Capítulo II

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Capítulo II: Llamado

El pequeño había salido jalando a su hermana de la mano, casi a rastras, con el corazón en la garganta y el sonido de la tierra perforando en sus tímpanos, el temblor bajo sus pies y el sudor frío del pánico y del miedo perlando su blanquecina frente, del color de la porcelana, siendo tapada por su pelo rebelde y el pequeño flequillo que dejaba asomar sutilmente una curiosa marca de nacimiento. Los sollozos de su gemela se abrían paso a través del bullicio de su alrededor, incomodándolo, todo su entorno pasaba borroso, como una mancha en la existencia de las cosas mismas, la cocina, la sala, e inclusive la puerta que les llevaba al pórtico, a la salida y seguridad ansiada en esos momentos, estaban a pasos de llegar y se detuvo, su hermana chocó contra él, reclamando con un quejido, la saco de la casa con velocidad, sin darle tiempo a captar unos chillidos por su llanto, y lloriqueo, un berrinche en pleno terremoto, nada nuevo. Su mirada se paseo con velocidad por toda la estancia, quejándose de no poder ver bien con la oscuridad que comenzaba a cubrir los rincones y parte del pasillo, y ahí, a escasos metros, una bolita rosa chillaba con pánico, rogando por un salvador, corrió hacia pato, el cerdo bebé de su hermana, y lo tomó en brazos para sacarlo de ahí lo más rápido posible, sus piececitos descalzos hacían ruido, y con fuerza y desesperación se aporreaban contra la vieja y desgastada madera del pórtico, sus tíos consolaban a Mabel, casi olvidándose de que él seguía ahí adentro salvando a la criatura rosa que pertenecía a su hermana, ahora en sus brazos.

Un bostezo mudo salió de su garganta, seca y áspera, bajó al cerdito que se quedó a su lado, chocando su lomo contra sus rodillas, para llamarle la atención, queriendo recibir mimos y caricias, Dipper se agachó y lo acarició distraídamente con una de sus manitas, mientras que la otra se restregaba contra sus ojitos lagañosos, pesados y caídos por el sueño, buscó a la madre luna con su mirada achocolatada, pero sólo encontró nubes tapando su brillo y a sus acompañantes, las estrellas, acomodó su pequeña pijama de cervatillo cuando el frío chocó contra él, el viento del bosque le hacía ponerse en alerta, su tío decía que aquel prohibido bosque, estaba infestado de bestias y monstruos capaces de devorarlo, Ford, le solía contar historias antes de dormir de aquel encantado bosque que le dejaban noches en vela, con la curiosidad picando en todo su ser y el miedo de ser comido por un monstruo, o ser capturado por él, nunca supo quién era, su tío decía que él, era una criatura temible, mala y ambiciosa, que se aprovechaba de los débiles, solía narrarlo como el puto amo malo de historia de thriller psicológico, ¿Pero que entendería de todo eso un niño de siete?, mucho si contamos de que hablamos de Dipper Pines, el viento les azotó, y el suelo dejo de temblar, el silencio fue el único ruido que se extendió por aquel recóndito pueblo, los árboles se mecieron, la paz se restauró, pero la calma no regresó, sus tíos seguían mimando a Mabel, quien lloraba a lágrima suelta, pareciendo que tardaría varios minutos más en calmarse, sus pequeños pies se movieron por si solos, un destello en la oscuridad de aquel prohibido bosque, le atraía como el fruto que condenó a la humanidad, le hizo acercarse al primer pino que lo separaba de su inminente destino, algunas hojas secas se pegaron en las plantas de sus pies, no le importo, la curiosidad era un arma de doble filo en su ser, un murmullo se escuchó a su alrededor, volteo la cabeza, ¿Estaba bien lo que iba a hacer?, el murmullo, como una canción de cuna le volvió a llamar, entonces decidió seguirla, ¿Qué tan malo sería?.

EVM ZJFR~

V113O19 1 J217A18~

"SLQR"

Y se adentró al bosque, tratando de vislumbrar algo entre tanta oscuridad, aquel que le murmuraba o el pequeño brillo que crecía metros más allá de donde estaba él, jaló su short gris que comenzaba a alzarse, hacia abajo, algo incómodo con todo aquello que pisaba, siendo hipnotizado por aquel susurrante llamado.

𝐃𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐋𝐚 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 | 𝐁𝐢𝐥𝐥𝐝𝐢𝐩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora