CAPITULO XV: MUDANZA

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No quería que se mudara...
"M" viviría cerca pero no tan cerca como lo hacía anteriormente.
Era un aumento de 15 minutos más, no me gustaba ese hecho pero me daba igual. Al principio la molestaba diciéndole que  la vería una vez al mes, pero en el fondo yo sabía que no podía verla solo una vez al mes.
Estuve ahí cuando fueron a ver la casa antes de que se pasaran, ella me explico como lo quería y todo lo que deseaba con su habitación. Me alegraba demasiado escucharla hablar de sus planes aun así solo sea para la decoración de su habitación.

Luego de varias semanas, ellas se mudaron y no pude ayudar en ello. Pues a mí padre le acababa de dar Covid-19. Y no quería enfermarlas, nunca me perdonaría enfermar al amor de mi vida.

Cuando las semanas pasaban, se me hacia eterno no verla. Hacíamos llamadas y eso nos ayudaba a sentirnos mucho más cerca, ya cuando mi papá estaba mejor lo primero que hice fue irla a ver. Recibí clases en su casa debido a que le mentí a mis padres diciéndoles que tenia un trabajo enorme el cual haría con mis compañeras, aprendí el camino hacia su nueva casa.

Lo material nunca me importo, pero sabia que cuando la iba a visitar mi tanque de gasolina bajaba demasiado. A veces desearía poder teletransportarme para no tardarme y no gastar nada, aunque era algo que no me importaba mis padres me regañaban diciéndome que tenia que ser consiente.

¿Cómo iba a ser consiente?

Era consiente, pero necesitaba ver al amor de mi vida. No podía dejar de verla por tanto tiempo porque amaba convivir con ella, amaba verla, abrazarla y tocarla.
Mi corazón no podía permitirse tal acción.

Lo intente...

Pero falle, necesitaba verla.

Nuestra rutina el primer día que fui, fue abrazarnos y quedarnos acostadas en su cama mientras conversábamos.
Acariciaba su rostro y su cuerpo mientras la escuchaba comentarme sobre todo un poco y lo que deseaba para decorar mejor su habitación.

Fue algo muy bueno realmente, sabía que mudarse para ella estaba siendo agotador pero sabía que un cambio siempre viene bien, aunque sea para comenzar de nuevo en algo o para tener nuevas amistades.

Acariciar su rostro se había vuelto una adicción, detallaba cada parte de el como si se tratara de la porcelana más frágil del mundo. Al verla solo podía pensar en cuanto la habían lastimado en su pasado, de las personas que no la habían valorado y de que yo me encargaría de amar cada parte de ella y de demostrarle que hay personas que la aman y hacen por ella todo.
Mi plan era el siguiente: Enamorarla siempre, hacerla sonreir y cuidarla.

Es mi niña, la mujer que me enamoro y con la que quiero pasar el resto de mi vida.
No me importaba si la tenía aquí o al otro lado del mundo, yo siempre buscaría la forma de encontrarme con ella.

Nunca había tenido una relación, no sabía si habían reglas o si se podía hacer o no algo. Pero de lo que si estaba segura es que me encargaría de ser la novia perfecta y la mejor amiga perfecta para ella.


Los días pasaban y yo comencé a verla más seguido de lo normal, tenía que mentir demasiado. Pues mis padres no sabían que tenia pareja y mucho menos que era una chica, buscaba miles de excusas para poderme escapar e irla a ver.
A veces solo nos acostabamos para abrazarnos y estar ahí por horas hasta que llegara el momento de irme, en otras hacíamos el amor rápidamente o simplemente nos poníamos a cocinar, o bueno, yo la miraba cocinar porque a penas si me dejaba ayudarla.

Y así pasaban mis días con ella, para algunas personas tal vez eran momentos aburridos ya que no hacíamos mayor cosa, pero para mí eran los momentos más sagrados y preciados que podía vivir.

Después de varias semanas ella se decidió en trabajar en Mcdonald's, acepte ir a dar las vueltas de los papeles que tenia que sacar para poder ser candidata a trabajadora.
Agarrar su mano y acompañarla por todos los tramites me hizo sentir llena, me hizo sentir como si ya estuviéramos de alguna forma viviendo juntas. ¡Me encantaba acompañarla a todas partes!

Cuando llegamos a casa después de un largo día solo nos acostamos y ella se coloco arriba mío para abrazarme de la forma en la que más me encantaba que me abrazara porque sentía su cuerpo tan cerca del mío y su corazón bailando con el mío.
La abrazaba mientras trataba pequeños círculos en su espalda y a veces un pequeña roce.

Por un momento hubiera querido detener el tiempo y quedarme en ese preciso momento, en donde eramos dos cuerpos pero una alma que al abrazarnos se unía nuevamente.
¡oh! Lo que deseaba parar el reloj y quedarme toda la vida con esa escena, pero tristemente llego el momento de despedirme.

Cuando llegue a mi casa simplemente le escribí un mensaje informándole que ya estaba en mi casa y agradeciéndole por el día de hoy, hablamos un poco y decidimos irnos a dormir.

Los días pasaron y ella me informaba que todo iba bien conforme al trabajo, y que pronto tendría su primer día de prueba. Me alegre demasiado, como si de mí se tratase. Me sentía tan feliz de que ella estuviera prosperando y queriendo llegar a sus metas a pesar de la edad que tenía.

Estoy muy orgullosa de ella...

El Sol Y La Luna (Una Historia De Amor (Im)posible)/ Joha GirónWhere stories live. Discover now