CAPITULO XI: EL FUEGO CONOCE LA GASOLINA

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Luego de planear todo, le conté a la mamá de "M" todo lo que haría y le pedí permiso para que pudiera volver a su hija mi novia, ella acepto. Me dijo que jamás había visto a su hija tan feliz. Eso, sin duda alguna, conmovió mi corazón.

Una semana antes del cumpleaños de "M" habíamos estado organizándole una fiesta sorpresa, la mamá me pidió que un día antes, "M" y yo saliéramos todo el día para que la mamá y la hermana pudieran cocinar. Obviamente, accedí.

Le dije a "M" que un día antes de su cumpleaños saliéramos y ella acepto, me sentía muy nerviosa y también entusiasmada. Aunque, seguía sin saber a donde llevarla o qué hacer.

La fuí a traer y le dije que pasáramos comprando Alitas, a ella le encantan las orientales así que pedí la mitad de orientales y la mitad de alitas a la barbacoa. Fuímos a mi casa y le enseñe mi habitación, ella la observo detenidamente y halago muchas cosas que tenía en ella, estuvimos conversando y comenzamos a besarnos.
El beso comenzó siendo tierno pero empezó a tornarse pasional, comencé a besarle el cuello y poco a poco fuí quitando las prendas de ropa que ella tenia puesta, la observe totalmente desnuda. A diferencia de ella, yo aun tenia casí todo, estaba en mi periodo así que no podía hacer gran cosa. Detalle su cuerpo intentando guardar esa imagen en mi mente, cada lunar y cada pequeña parte de él. Bese cuidadosamente su cuello como si ella fuera a quebrarse en cualquier momento, lo que estaba viviendo en ese momento era sin duda alguna una de las experiencias más hermosas que había tenido el placer de presenciar.
Baje por sus pechos besándola suavemente y continúe bajando hasta llegar a su estomago. Mi corazón estaba tan acelerado y mi mente por primera vez se había silenciado, no podía pensar con claridad, no sabía que hacia y era la primera vez que hacíamos esto.

Bajé a sus muslos y los bese suavemente, levantaba la mirada para poder ver su rostro el cual a veces la encontraba viéndome y otras veces simplemente estaba con los ojos cerrados. Decidí armarme de valor y acercarme a su sexo, lo bese suavemente sin prisa alguna y escuche un pequeño jadeo de parte de ella.
Mi corazón se acelero aun más pero escucharla comenzaba a volverse uno de mis sonidos favoritos, necesitaba más, tenia que seguirla escuchando. Dí una pequeña lamida y escuche su gemido, ¡Carajo! ¿Se puede alguien viciar al sonido de una persona? Porque me comenzaba a hacer adicta a este sonido que emanaba de la mujer que tenia en ese momento desnuda en mi cama.
Comencé a ir un poco veloz y ansiosa por seguir escuchándola, mientras movía mi lengua adentro de ella, a veces levantaba mi mirada para ver como su cuerpo se movía y su columna se arqueaba, sus manos comenzaron agarrando con fuerza la manta que cubría mi cama, pero con forme fueron pasando los minutos sus manos se dirigieron hacia mi cabello.
Ese fue uno de los actos más sexys que nunca imagine necesitar sentir o ver, sus gemidos comenzaban a escucharse cada vez más fuerte y más constantes.
Pero por alguna razón sentí como si ella jalara mi rostro hacia arriba, y por primera vez no entendí si quería que subiera o continuara. Decidí continuar hasta que agarro mi rostro y lo jalo, mi subconsciente asimilo que quería que subiera a donde ella estaba. Así que eso hice, subí y la bese dándole a probar de ella misma.
Su sabor era bastante peculiar, nunca había sentido sabor parecido pero sin duda alguna se había vuelto en uno de mis sabores favoritos. Me recosté en su pecho y me quede ahí, escuchando su respiración agitada y su corazón acelerado.

¿Qué acababa de suceder...?

Acaricie levemente su cuerpo con mis manos y decidí quedarme ahí, nunca me había sentido tan cómoda con alguien. Simplemente cerré por un momento mis ojos y me dieron ganas de llorar, siempre he sido una persona bastante sentimental a pesar de mostrarme fuerte ante las personas. Y quería llorar en ese momento porque me sentía cómoda, y a pesar de estar en mi casa ella se sentía como mi hogar.
Levante mi rostro y uní nuevamente nuestros labios, necesitaba saber si lo que estaba viviendo era real y no era solo producto de mi imaginación. Porque sentía que todo estaba siendo demasiado perfecto para ser real.

Decidí romper el silencio preguntándole que había sentido, me dio a entender que le había gustado. Otra pregunta que surgió de mí fue si ella había llegado, a lo que ella se quedo estática y me dijo que no lo sabia y que no tenía ni idea. Luego de conversar un poco ella se levanto agarrando su ropa y fue a mi baño, me acerque a la ventana y respire el aire que en ese día estaba recorriendo. Ella desde mi baño me hizo una pregunta que sin duda alguna me preocupo, y era si yo la había penetrado de alguna forma, a lo que respondí que no. Ella me dijo que se había manchado de un poco de sangre...
Comencé a entrar en pánico ¿La había lastimado? Comencé a preguntarle como se sentía y empecé a disculparme con ella. Ella salio del baño ya cambiada pero de igual forma preocupada al igual que yo.- ¿Estas segura que no metiste nada?- Me pregunto nuevamente, a lo que yo negué. No la había penetrado porque no quería lastimarla.
Ella agarro su celular y le pregunto a su hermana, yo daba vueltas en mi habitación preocupada por lo que acababa de suceder.
Su hermana respondió diciendo que era normal, que habían personas a las que le sucedía eso cuando les hacían un oral. Mi alma regreso a mi cuerpo, ¿Normal? Nunca había escuchado de algo similar ni siquiera en todos los libros que había leído. Ella me vio preocupada y me beso, diciéndome que había sido un día maravilloso. Eso me tranquilizo, le dije que fuéramos a comer. Bajamos y nos servimos, comenzamos a comer en silencio mientras nos mirábamos a los ojos.
Era increíble la conexión que sentía con ella, era demasiado. Sentía que cuando ella me miraba a los ojos mi alma se desnudaba ante ella.

Hablamos de mucho y de nada a la vez, yo continuaba pensando en lo que acaba de suceder. No le preste demasiada atención a lo que decía debo admitir. Mi mente repetía la escena una y otra vez, repetía cada sonido que ella había emitido, mi cuerpo comenzaba a reaccionar de nuevo cada vez que las escenas pasaban en mi cabeza.

Luego de comer, decidimos ir por un helado. Uno de los helados cerca de donde ella vivía, cuando los probé supe que eran diferentes a los otros ¡Estaban deliciosos!, ella me contó sobre muchas cosas, de como se sentía y como se había sentido. Ese día por primera vez quería decirle que la amaba, que estaba enamorada de ella.
Sabía que si lo decía en ese momento yo podía llegar a arruinar todo nuestro día porque no sabía si ella lo sentía igual, o si tan solo yo era la que estaba siendo intensa y estaba yendo demasiado rápido.
La observe tan detenidamente que la veía pasar en cámara lenta, veía como ella acomodaba sus lentes cuando se estaban resbalando, o como su cabello tenia un estilo hermoso, como su sonrisa aparecía cada vez que decía algo que la alegraba y como sus ojos brillaban. Sus manos se movían intentando expresar también lo que ella decía, una sonrisa aparecía en mi rostro cada vez que la miraba.

Realmente es una mujer perfecta, no entendía como las personas la habían lastimado antes, no entendía porque a veces la insultaban por como hablaba o las acciones que tenía, no entendía porque la criticaban por su forma de pensar.
Yo solo podía ver una persona que toda la vida a sido de alguna forma independiente, una persona valiente y una persona capaz.
Jamás alguien me había provocado tanta admiración.

La admiraba, la admiraba porque a pesar de su edad ella había sido capaz de llevar muchas cosas, porque a pesar de que tiene miles de muros subidos sigue alumbrando la vida de las personas y sigue siendo una persona alegre.

Definitivamente es la persona que más admiro...

El Sol Y La Luna (Una Historia De Amor (Im)posible)/ Joha GirónWhere stories live. Discover now