TIENDA DE POCIONES BRUJAL

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Continuaron con el recorrido, llegaron a una zona donde habían varios negocios alrededor, se podía leer diferentes anuncios con títulos poco habituales como, 'Armas de Guardianes de Cronos', 'Pociones Brujal', 'Calabozos y Dragones', etc...El maestro Trini las dirigió a la tienda de ropa de 'La mode Babette' donde los recibió una señora de gran tamaño, la cual se hacía llamar Madame Babette. En su interior había vestidos, pantalones, uniformes y toda clase de ropa; solo faltaban zapatos.

―¡Buenos días mi bella dama! ―expresó Trini con alegría. Al instante madame Babette gritaba de emoción mientras las chicas se tapaban los oídos.

―¡MONSIEUR TRINI YA REGRESÓ!

Sin poder reaccionar el maestro a tiempo, ella ya lo apretaba contra su cuerpo, en un abrazo asfixiante. Ambas jovencitas se aguantaron la risa al ver la escena de amor. Después de varios segundos Trini pudo zafarse para tomar bocanadas de aire.

―Si. ―respiró profundo. ―Ya regresé ―,volvió a respirar ―gracias por el recibimiento madame.

―De nada musculoso hermoso. Pero ¿Cuál es el motivo de su visita?

―Necesito uniformes de la academia para una señorita de primer año.

Zara dio un paso al frente, entretanto madame la observa de arriba abajo. Se acercó a la niña para medirla con un listón de color rosa, le midió la cintura y otras extremidades. Le pidió también quitarse las botas, la chica accedió.

―Me gusta tu estilo niña, esas botas de cintas te hacen parecer aventurera como yo.

―Gracias madame- Ambas sonrieron.

―¿Puedes recogerte el cabello para medirte mejor?

Zara se acordó en ese instante de la instrucción de su tía. Apartó el cabello de su espalda y lo junto todo en la parte trasera del cuello sujetándolo con ambas manos, ocultando su marca. A madame se le hizo extraño su comportamiento pero lo ignoró imaginando torpeza de la niña.

Después de unos minutos de trabajo, madame Babette terminó. Exhausta de su labor, se sentó en una silla cerca de un gran espejo de pared, les dijo que volvieran en una hora para darles el pedido. Al salir, el maestro Trini dio consentimientos a las chicas para merodear los diferentes negocios, mientras él hacía otras visitas pendientes.

Amaya se interesó por un negocio de herbolaria, donde una planta de color azul crecía en la puerta. En cambio Zara decidió ir la tienda de Pociones Brujal, sentía un extraño deseo de ingresar, como si la estuviera llamando. Al entrar a la tienda, el lugar se encontraba oscuro y con un olor a jugo de uva. En las paredes había repisas de madera llenas de frascos de diferentes tamaños y colores, en cada uno tenía una etiqueta con nombres raros como prefacio, salamandra, vómito de dragón, etc..Ella pensó <<Que nombres tan únicos>>, siguió mirando hasta llegar al mostrador, donde en la parte de atrás estaban los frascos más pequeños, en repisas también. No se podían distinguir bien los nombres por la oscuridad, cuando en ese instante se iluminó todo, volteó para mirar y una anciana jorobada iba abriendo las cortinas de la tienda.

―A mi hermana siempre se le olvida abrir las cortinas del negocio. Al menos se levantó temprano esta vez. Esa bruja es una vieja floja.

―Buenos días señora, disculpe si la interrumpí ―dijo sorprendida Zara.

―Buenos días jovencita, no os preocupéis, pero podéis ayudarme en hacer un amarre a estas cortinas. Ya no tengo la fuerza necesaria para hacerlo.

La anciana le extendió una cuerda, la chica aceptó en ayudar y ella la observó con atención.

―Nunca te había visto por aquí.

―Así es señora, llegué esta mañana.

―¡Vaya! ―exclamó con emoción la bruja. ―Mi hermana tenía razón, esa bruja loca ― .Hizo una pausa, se frotó las manos y sonrió a la jovencita. ―Ahora yo me disculpo por no presentarme, mi nombre es María P. Pero podéis decirme la bruja Maria.

―Gusto en conocerla pero ya terminé y debo irme ―dijo asustada.

―Esperame, dejame darte algo.

Zara aceptó por cortesía, en eso la bruja se encaminó a la parte trasera de la tienda. Se oía demasiado ajetreo pero al final salió con un cofre. Le hizo señas de acercarse a mirar su interior, la chica dio pasos lentos, observó dentro del cofre y para su sorpresa el contenido era un espejo hexagonal pequeño.

―Cógelo, es para tí ―comentó la bruja observando con agrado la sonrisa de la chica.

Ella lo tomó, cabía en la palma de la mano, lo miró varias veces. El espejo daba un brillo plateado, su parte trasera era transparente e incluso no pesaba.

 El espejo daba un brillo plateado, su parte trasera era transparente e incluso no pesaba

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―¿Es un espejo? ―preguntó.

―Es algo mucho más importante niña. Eso era parte de un gran espejo, el cual usaban los oráculos, hijos de la luna, llamados los Hanas. Antiguos guardianes proféticos y....

Antes de poder terminar de hablar, otra voz detrás de la bruja dijo.

―¡Están muertos! ―manifestó una segunda anciana, tenía una misma joroba y salía de la trastienda.

―¡Hermana no digas eso! No se sabe con exactitud si desaparecieron o se extinguieron ―dijo María P.

―¡BAH!, Tonterías todos sabemos que esa hechizara los habéis destruidos. Maldigo a esa Morgana y su hechicería maldita. ―manifestó.

―¡No tenéis remedio!, Jovencita os presento a Maria J. Mi loca hermana y bruja de los pies hasta la joroba

―Un gusto conocerla señora ―dijo la chica.

La bruja María J. la observó y después habló.

―¡Vaya! Tenéis un aura diferente, es algo explosivo pero está retenido. -hizo una pausa para mirar a su hermana y ambas asintieron con la cabeza ―El espejo es tuyo.

―¿Mío?,¿Por qué?

―Todos tenemos diferentes participaciones en la vida de alguien y nada es al azar. El de vosotras, os era entregar este fragmento del oráculo a la persona indicada, el cual pasó a vuestras manos hace mucho tiempo y ahora está con la persona correcta; os tuve una visión que pasaría en esta semana estelar. El porqué debéis tenerlo no lo sabemos, eso pregúntaselo a los espíritus para iluminarte. ―explicó Maria J.

―¿Cómo funciona?

Ambas hermanas se encogieron de hombros.

―Como había dicho antes, solo los Hanas podían usarlos ―aclaró María P. la pregunta de la chica.

El Oráculo de Zara. &quot;Despertar del Fénix&quot;Where stories live. Discover now