Jeon Jungkook, el nuevo líder del Yong Jegug, lleva el peso de su frágil imperio sobre sus hombros. Desesperado por una distracción, se dirige a un burdel del inframundo donde Kim Taehyung, la tentación envuelta en seda y encaje, está subastando su...
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—Puta.
Los puños de Taehyung enrollan las sábanas de la cama mientras Jungkook lo embiste por detrás.
—Maldita zorra.
Intenta hacer el menor ruido posible, pero no puede detener los gemidos que salen de su boca cuando Jungkook comienza a martillar su próstata.
—Todavía me odias, ¿huh? Apuesto a que amas que te folle.
Las manos de Jungkook se clavan en sus caderas, tirando de él hacia su miembro mientras empuja hacia adelante al mismo tiempo, y el aliento de Taehyung se atora en su garganta ante la sensación. Lo abruma, lo deshace. Y es exactamente por eso que Jungkook lo hace.
—Joder, vamos, putita, aprieta tu pequeño agujero alrededor de mi polla. Aprieta...
Taehyung se corre, gritando cuando su orgasmo lo golpea en enormes olas temblorosas, lo que hace que se apriete automáticamente alrededor del pene de Jungkook.
Jungkook se retira y Taehyung siente la cálida salpicadura de su semen llover sobre su trasero y espalda baja. Ambos hacen una pausa, su respiración entrecortada y áspera siendo lo único que llena el silencio en el dormitorio a oscuras. Entonces el pelinegro le da una palmada en el trasero como siempre lo hace, se levanta y se dirige al baño.
Taehyung espera, escuchando atentamente para saber si Jungkook abrirá el lavabo o la ducha. Cuando oye la ducha, suspira y se echa boca abajo, resignado a esperar su turno.
Cuando Jungkook solo abre el fregadero, significa que solo se está lavando las manos y refrescándose antes de salir de nuevo, pero cuando abre la ducha, significa que se está preparando para ir a la cama y Taehyung tiene que esperar unos buenos diez o quince minutos antes de poder tomar un baño y deshacerse de la sensación de las manos de Jungkook en su piel, de las manchas de su semen.
No hay manera de que se bañe con Jungkook y, hasta ahora, no le ha pedido que lo haga.
Taehyung ha sido el acompañante de Jungkook durante una semana entera y ya han establecido una especie de rutina. Jungkook le envía un mensaje de texto todas las noches en el teléfono que le había proporcionado cuando llegó con él, diciéndole cuándo regresará al penthouse y cómo quiere que Taehyung lo espere, lo que quiere que use.
21:30. Tanga de seda roja. Medias negras hasta los muslos. Culo arriba en la cama.
23:00. Bragas de encaje rosa. Medias negras hasta los muslos. De rodillas en el suelo frente a la cama.
Los mensajes son breves y profesionales. Taehyung simplemente envía un emoji de melocotón para confirmar que recibió el mensaje de texto (idea de Jungkook, no suya) y luego calcula cuánto tiempo le queda hasta que necesite prepararse.
Para su total mortificación y vergüenza, Jungkook le había regalado un buttplug el día después de su desastrosa cena juntos y le había indicado que lo usara para abrirse de antemano y estar "listo para comenzar" cuando Jungkook llegue a casa. Así que quince minutos antes de la llegada de dicho Jungkook, Taehyung se cambia los pantalones de chándal y camiseta a cualquier lencería que el otro le haya dicho que use esa noche en particular, lubrica el buttplug y se lo inserta dentro de él. Luego, para completar su humillación, espera en la cama, postrado a cuatro patas, levantando el culo en el aire como un gato en celo. Bueno, por lo general hace un poco de trampa y se acuesta boca abajo, jugando a Candy Crush en su teléfono hasta que oye que se abre la puerta del penthouse y luego lo apaga rápidamente y se coloca en posición. Entonces entra Jungkook, saca el buttplug y se lo folla. Siempre por detrás, siempre permaneciendo completamente vestido, y siempre durando unos diez minutos, más o menos. Taehyung odia que Jungkook tarde tanto en correrse.
