Capítulo 26

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Oí unos golpes en la puerta.

—Cariño, ¿estás bien? —.Preguntó mi madre preocupada. Hacia al menos quince minutos que estaba observando las imágenes.

Había sido tan ilusa, ¿Cómo pude haber pensado que EstúpidoAcosador se había olvidado de mi?

A su vez, una especie de alivio me recorrió. Al menos sabía que todo esto no había sido paranoia. Esta persona seguía conmigo, siguiendo todos y cada uno de mis movimientos.

Las fotos me habían inquietado, ¿Y si había oído mi conversación con Mark? No podía ni imaginarme lo que pasaría si de alguna manera me habría descubierto. Pero, si mi mejor amigo cumplía lo pactado, en menos de una hora tendría un llamado de él.

Aunque en realidad, no íbamos a hablar. Simplemente confirmar que estaba bien.

También estaba la última foto. El perro. ¿Qué rayos hacia ahí? ¿Qué significaba?

No podía ser un error. Esa imagen estaba allí por algo. Mordí mi uña a la vez que intentaba pensar.

El animal evidentemente estaba muerto, y EstúpidoAcosador quería transmitirme algo. ¿Pero qué? Intentaba pensar una alternativa a que él no quisiera matarme, o matar a alguien que ame.

Al tomar la fotografía entre mis manos, un recuerdo vino a mi mente, y entonces todo encajó.

Mi perro, él solo… sucedió de repente. — Se interrumpía al hablar, parecía estar recordando el momento. — Había mordido los cojines, y yo…. Le regañé. Luego… salió y cuando fui a llamarlo... —  Se tapó la cara con sus manos. — Estaba muerto.

Tanner. Por algún motivo, la imagen estaba relacionara con él. Debía hablarle urgente, y que me aclarara algunas dudas.

Una nueva sospecha comenzaba a formarse y debía comprobar si era cierta o no, o me volvería loca.

—¿Marie? —. Insistió mi madre. — Contesta o tiraré la puerta abajo.

Por otro lado, el hecho de que EstúpidoAcosador siguiera detrás mío, y la posibilidad de que hubiera escuchado mi conversación con Mark, hizo que me diera cuenta de que debía actuar.

Si bien debía hablar con Tanner, aun tenía un plan que había ideado con mi mejor amigo, que quizá fuera la clave para descubrir a mi acosador.

Esta idea surgió cuando al ponerle al día sobre todo lo que había pasado mientras Mark y yo habíamos estado separados, él me pregunto qué personaje me había tocado en la obra.

Desanimada le contesté que actuaría de la triste abuelita, y él, en peor estado que yo, me dijo que era un árbol.

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