A la mañana siguiente cuando Derby salió de su dormitorio claramente era un hombre distinto sin alcohol en su sangre. El alcohol era el verdadero problema en esa relación.

La vio sirviendo el desayuno y notó el moretón rojo en su mejilla. No se animó a acercarse o tocarla, tan solo se sentó en la mesa junto al niño que dejó de comer al verlo y llenó una taza con su café.

—Deberías cubrirte esa mejilla...digo...

Jian se detuvo en lo que hacía, limpió sus manos en un trapo y desapareció hacia su dormitorio para ponerse algo de maquillaje. Cuando regresó, ya no se notaba el golpe.

Ninguno habló durante la comida y el ambiente fue tenso para los tres hasta que Derby se puso de pie y abandonó la casa para ir a trabajar.

—¿Dos dólares? ¿Estás segura? —

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—¿Dos dólares? ¿Estás segura? —. Olivia asintió y puso la bandeja con pasteles en el centro de la mesa para que todos se sirvieran y eso hicieron, dejándola vacía mucho antes de que pudiera agarrarse uno—. ¿Y seis a los que no trabajen para nosotros?

—Exacto.

Se sentó y sonrió cuando Jonathan le puso su pastel en el plato y empezó a comer sus huevos.

—De acuerdo, lo haremos como dices entonces. Tengo tres familias interesadas en mudarse y te alegrara saber que el pequeño Denver está entre ellos.

—Oh, ¿Denver Atkinson? Hace tiempo no lo veo, a ninguno de los niños de hecho. ¿Cómo están? ¿No los han hecho trabajar ¿verdad?

—No, no, pero tampoco puedes volver a dar clases todavía, debes descansar al menos otras dos semanas.

Mordió su pastel y no protestó, de todas formas, eso de pasar las tardes sin nada que hacer, le dejaba tiempo para cocinar y estar con sus niños y a Olivia le gustaba. Era muy común que los padres nunca tuvieran tiempo para sus hijos y estos crecieran solos o con una niñera, Olivia hacía esa excepción de dedicar sus días a ellos.

—Haré la primera venta esta tarde —anunció él y todos los niños dejaron de comer para verlo, incluso Olivia—. Tengo unos compradores interesados en lo que hemos extraído.

—¿Por cuánto?

Jonathan dejó un poco de suspenso antes de dar la respuesta.

—Padre, dinos —apremió Eli.

Se rio, bajó su comida con un trago del jugo de frutas y echó su espalda hacia atrás en la silla.

—Ciento treinta y cinco mil dólares.

Comenzaron los festejos y los planes entre todos en la mesa y Olivia se cubrió la boca del asombro y empezó a negar como si no terminara de creérselo. Ciento treinta y cinco mil dólares era mucho más de lo que jamás habían tenido y podían hacer tantas cosas con ese dinero.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORWhere stories live. Discover now