—A ver, pichones, vamos a cantar la canción de los números ¿se la acuerdan?

—¡Sí!

Olivia se sentó con su enorme panza y comenzó a levantar unos carteles donde tenía dibujados los números.

El uno es un soldado haciendo la instrucción.

El dos es un patito que está tomando el sol.

El tres una serpiente que baila sin parar.

El cuatro es una silla que invita a descansar.

El cinco es un conejo que salta sin parar.

El seis es una pera redonda y con rabito.

El siete un caballero con gorra y con bastón.

El ocho son las gafas que usa don Ramón.

El nueve es un hijito atado a un globito.

El cero una pelota que acaba esta canción.

Terminaron la canción y se puso de pie para dejar los papeles en su mesa y dejarles salir a descansar un rato, pero una fuerte tensión en su vientre la hizo detener cualquier movimiento y apretar su abdomen.

Ahogó un quejido ante el agudo dolor en su cuerpo y sintió un líquido algo suave recorriéndole las piernas desnudas. Supo inmediatamente lo que era y jadeó.

—¿Se encuentra bien, señora Morgan?

—Sí...Sí, ¿pueden ir a buscar al doctor Aston por mí?

Uno de los niños se fue corriendo sin pérdida de tiempo, saltó por sobre las cosechas, esquivó al perro Ollie que corrió detrás de él en busca de jugar y prácticamente irrumpió en la casa de Darion y Harvie sin molestarse en golpear e interrumpió a este último en medio de su lectura.

—¡La señora Morgan esta con dolor, señor! ¡Lo llama a usted!

Harvie se puso rápidamente de pie y fue hacia el salón de clase, no sin antes mandar al niño a buscar a Susan, Lisie, Cate y Jian. Necesitaría la ayuda de las mujeres para preparar un buen ambiente donde Olivia pudiera dar a luz.

—¿Ya has roto bolsa?

—Sí...Oh, Dios, es un poco más doloroso que mi primer parto.

—Debe ser por el tamaño de la panza.

—¿Seguro?

No le respondió y la ayudó a caminar hasta la casa.

Harvie tenía ciertos miedos con respecto a ese parto y por dicho motivo llevaba todo el mes de diciembre y lo que tenían de enero leyendo en sus libros de medicina sobre embarazos dobles. Su más grande preocupación era cuando uno de los bebés estaba listo para nacer, pero el otro aún no se había puesto en posición; muchas veces eso acababa en cesáreas, procedimiento que no podían llevar a cabo en el siglo diecinueve sin 1) que Olivia sufriera cada segundo de dolor, sintiendo como la cortaban y 2) sin que ella muriera desangrada.

Las mujeres entraron por la puerta principal al tiempo que Olivia y Harvie entraban por la cocina y al verla, Susan corrió a ayudarla y las demás subieron a preparar el dormitorio.

—Jian trae agua, yo conseguiré unos trapos.

—Iré por las mantas —avisó Lisie.

—¿Deberíamos ir a buscar al señor Morgan? —curioseó el mayor de los niños de la mina—. Puedo ir corriendo.

—Tú has eso, niño, ve rápido.

Olivia consiguió subir las escaleras con la ayuda de Harvie y Susan y se apoyó en el borde de la cama a respirar hondo en lo que Susan le quitaba la ropa y la dejaban tan solo con su camisola.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang