Capítulo 21: El faltante

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Luego de mi tortura voluntaria la tarde anterior, había decidido que la extendería un poco más

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Luego de mi tortura voluntaria la tarde anterior, había decidido que la extendería un poco más. Bueno, la sombra había sido quien me había convencido. Le pareció que era buena idea que fuera a ver los reclutamientos. Él creía que era una manera óptima de saber cuáles eran las habilidades de quienes me rodeaban a diario. También pensaba que era una forma de que yo practicara encontrar puntos débiles. Y que de esa forma podría subir un poco mi dañada autoestima, puesto que vería que mis habilidades eran mejores. Aunque esa última parte no me había convencido. Ver a otros hacer lo que yo debía ocultar no me parecía la mejor manera de elevar mi autoestima, por el simple hecho de que sería recordarme una y otra vez que Samuel y el consejo creían que yo no valía y que por eso me habían enviado con un instructor privado, aun estando en una de las mejores escuelas de especiales del país y, supuestamente, del mundo.

Me acomodé en el centro de las gradas y clavé mi vista en el dúo de hermanas que entró. Era Ailin junto a su gemela. Esperaron a que el entrenador Simmer las llamara y luego se colocaron en el centro del campo. El entrenador se levantó de su lugar y Silas lo siguió. El último llevaba puesto el uniforme del equipo, que era un pantalón negro largo con una línea roja en el lado externo de cada pierna; y una remera ajustada, color roja y de mangas largas negras. Además, llevaba puesta una banda roja atada a su bíceps derecho, la insignia provisoria que indicaba que él era el capitán.

—Muy bien, Ailin, Sasha, van a competir entre ustedes —explicó el entrenador.

—Pero, nosotras nos postulamos como dúo elemental —dudó Ailin.

—Lo sabemos, pero para poder decidir si funcionan como dúo, deben demostrar que pueden luchar entre ustedes, que conocen los puntos débiles de la otra que, llegado el momento, en las competencias deberán cuidar —habló Silas con tono calmo y amable.

Ailin asintió y le dedicó una mirada dudosa a su gemela. Desde donde me encontraba podía notar que no confiaba en ella y, por lo visto, el entrenador y Silas también. Los dos se alejaron y dieron la señal para que iniciaran. Ailin cayó a los pocos segundos por culpa de un temblor del suelo, pero logró pararse y atacar a su gemela con un vendaval fuerte, más de lo que se esperaría de alguien con esa inseguridad. Pero un vientito no fue suficiente para derribar a su hermana, que volvió a derribarla al mismo tiempo que le lanzaba esferas de fuego que la pobre chica apenas pudo esquivar.

La batalla, en total, no superó los tres minutos. Ailin cayó tantas veces que el entrenador decidió acabarla antes del tiempo reglamentario de diez minutos.

—Suficiente —advirtió y Silas ayudó a Ailin a pararse—. Lo lamento, Ailin, pero estás fuera. Sasha, quiero que te quedes para las segundas pruebas.

Suspiré, había sido evidente que eso iba a suceder.

Pasaron otros tres dúos, y ninguno quedó completo. El primero fue rechazado, del segundo solo aceptaron a uno y el tercero una vez más fue rechazado. Entonces llegó el turno de Rhys y yo me acomodé para poder ver con precisión cada uno de sus movimientos.

La sombra oculta (completa)Where stories live. Discover now