Capítulo 26: El primer infierno, digo, entrenamiento

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Bufé por cuarta vez consecutiva

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Bufé por cuarta vez consecutiva. Era muy temprano, demasiado, y, como si el haber tenido que levantarme antes de lo normal no fuera lo suficientemente malo, tenía que soportar a los idiotas del equipo, a Samuel observándome y a mis habilidades queriendo rebelarse en mi contra y demostrar mi verdadero potencial.

Comencé con los estiramientos como el resto del equipo, pero alejada de todos. Podía sentir la mirada de Silas sobre mí, mas yo no estaba interesada en hablarle, ni en escucharlo. No sabía si se había molestado porque ayer la había cerrado la puerta en la cara, o si se había sentido más culpable y había decidido dejar de fingir que no veía como su equipo se comportaba. No me importaba, ni un poco, o por lo menos eso me gustaba repetirme. Porque la realidad era que sí me importaba, él era el único amigo que tenía en esa escuela y ya me había acostumbrado a hablar con él todos los días.

Centré mi atención en la forma en la que estaba respirando e intenté que no se notara que mis pensamientos comenzaban a enfadarme. Debía darme un respiro mental, ya bastante tendría cuando comenzara el entrenamiento, si Simmer se dignaba a aparecer. Él nos había convocado tan temprano por la mañana para agregar un entrenamiento más aparte del de la tarde, pero aún no había llegado y habíamos estado esperándolo por diez minutos.

La puerta del campo de entrenamiento se abrió y por ella ingresó Simmer. Se veía relajado, como si no le importara el habernos hecho perder diez minutos. No obstante, su semblante relajado desapareció cuando vio a Samuel sentado en las tribunas. Mi supuesto padre lo estaba observando con el ceño fruncido en una mueca disconforme. Y Simmer no era tonto, sabía que no le convenía tener a Samuel en su contra, él mismo lo había dicho, me había permitido entrar en el equipo por él, para tener su apoyo.

—Muy bien, como hay una nueva integrante, vamos a hacer un entrenamiento en conjunto, dirigido por Silas, como ya la mayoría saben y teniendo en cuenta los resultados de este, trabajaremos en pulir las fallas hoy por la tarde —anunció con un tono tenso.

Se giró una o dos veces a ver a Samuel y luego volvió a prestarnos atención.

—Dividámonos en dos —pidió Silas—Rhys, Oliver, Megan y Sasha por un lado y Sam, Maia y yo por otro —indicó y Sasha no tardó en rodar los ojos.

—Maia va a ser mi compañera de dúo, debemos practicar juntas —obvió y su mirada macabra se posó sobre mí.

Silas la observó a ella y luego a mí, una y otra vez hasta que suspiró.

—Por hoy no, necesito medir el nivel de Maia, así que va a estar en mi equipo —decidió y volteó en busca de la aprobación de Simmer.

El entrenador se encogió de hombros y se sentó en las gradas para observar. Ya podía imaginarme el desastre que seríamos en las regionales si Simmer le ponía tan poco empeño a los entrenamientos. Ni siquiera parecía tener la intención de explicarnos tácticas de pelea que pudieran ayudarnos a defendernos o a atacar con mayor efectividad.

La sombra oculta (completa)Onde histórias criam vida. Descubra agora