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Capítulo 26

La muñeca de Shen Tingwei fue agarrada bruscamente por alguien. Aún no había podido recuperar del todo sus sentidos, sus ojos eran tan grises como si estuvieran cubiertos de niebla matinal, y miró a Lian Jue confundido: —¿Qué pasa?

La expresión de Lian Jue era inestable, agarró la mano de Shen Tingwei y lo levantó de la silla casi con brusquedad: —Ven conmigo al hospital.

Shen Tingwei fue arrastrado por él y tropezó ligeramente, su muñeca fue agarrada dolorosamente y antes de que pudiera retirarla, su corazón se apretó de repente como si comprendiera la repentina anormalidad de Lian Jue.

La expresión de Lian Jue era rígida, pero sus movimientos llevaban un pánico sin precedentes. Shen Tingwei fue arrastrado por él hacia la puerta durante unos pasos antes de que pudiera llamar apresuradamente a Lian Jue: —Espera, un momento, ¿vas a salir así?

Los pasos de Lian Jue se detuvieron y en sus ojos apareció una mirada opaca que no le pertenecía. Pasaron unos segundos antes de que soltara su mano y caminara más rápido hacia el primer piso.

Shen Tingwei se frotó la muñeca enrojecida, y esperó a que la figura de Lian Jue desapareciera por completo en las escaleras antes de reprimir el impulso de volver a su habitación y tomar una pastilla. Así que simplemente levantó la mano y golpeó su pecho en un intento de aliviar su irregular ritmo cardíaco.

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Ni siquiera las clínicas privadas más exclusivas pueden evitar el inconfundible olor a agua estéril en el aire.

Shen Tingwei se sentó en una silla acolchada en el frío pasillo, con la mano inconscientemente apoyada en el vientre, y el sonido de una pequeña charla provenía de la puerta del consultorio a su lado. Sólo escuchó vagamente las palabras "desnutrición" y "anemia", que no eran dolorosas de escuchar por sí solas, pero distraían durante el embarazo.

De vez en cuando, Lian Jue respondía con palabras sueltas, sonando tan serio como un alumno de primaria respondiendo a una pregunta en clase. Los ojos de Shen Tingwei estaba medio caídos, y después de una pausa, un par de zapatos de cuero negro brillante aparecieron en su vista.

—Sr. Shen, este es su salario del "Parque de Trampolines". —Lin Chen le entregó una abultada bolsa de papel kraft algo abultada: —El Director General Lian me ha pedido que fuera hoy a tramitar los procedimientos de renuncia en su nombre.

—Hmm. —Shen Tingwei lo tomó sin emoción y no dijo mucho.

Lin Chen se sentó a su lado y, al percibir su estado de ánimo, no pudo evitar decir algo más: —De hecho, el Sr. Lian está preocupado sobre todo por tu salud. Anoche, cuando se enteró de que te habías lesionado, me pidió que te enviara un medicamento para los moretones, y también pospuso la reunión de la junta directiva prevista para esta mañana. Se puede ver que el Sr. Lian te valora mucho, y espero que el Sr. Shen no lo culpe por su forma de ser.

Shen Tingwei sacudió la cabeza y de mala gana tiró de las comisuras de la boca: —Lo sé.

Lin Chen sonrió y Shen Tingwei no dijo nada más, continuando con la mirada fija en el patrón de las baldosas a cuadros del suelo del pasillo.

Cuando Lian Jue salió del consultorio con el informe del examen, Lin Chen se levantó y regresó rápidamente al trabajo: —Sr. Lian, el contrato ha sido preparado según sus instrucciones y el vuelo ha sido reservado. El vuelo es a las 10:27 de esta noche. Los documentos de solicitud se han presentado esta mañana y el vuelo aterrizará mañana a las nueve en punto. Ya me he puesto en contacto con el conductor para que los recoja a usted y al Sr. Shen una vez aterricen del avión.