Platónico

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Hansol caminaba decidido hasta su hogar.

Hoy era el día.

Por fin hoy se había armado de valor para confesarse.

Confesársele a Boo Seungkwan, su amor platónico de hace más de seis años.

Sinceramente tenía muchas dudas. No estaba completamente seguro que su amigo sintiera lo mismo por él. Sabía que era importante para él mayor, y que este le quería muchísimo, pero querer y gustar eran cosas muy diferentes.

Y todos le llamaban negativo, pero muy dentro de sí, presiente que su mayor no compartía sus sentimientos.

Abrió la puerta de su departamento, y lo primero que vio fue a Chan desparramado en el suelo mientras comía helado.

  El menor ya se había adaptado a vivir con ellos...tal vez demasiado, considerando como la sala estaba hecha un desastre.

-Chan...¿Qué es todo esto?- Preguntó, observando lo que supone son pertenencias de su amigo- ¿Harás una venta de garaje?

-Son cosas que Jun hyung me regaló- Respondió, sorbiendo su nariz- Solo las estaba mirando.

-¿Mientras llorabas y comías helado?- Inquirió con una pequeña sonrisa, haciendo que Chan rodara sus ojos.

-Yo no lloraba...es que se me metió algo en el ojo.

Hansol soltó un "Mhm", para nada convencido, y empezó a mirar con curiosidad lo que Chan tenía.

Eran algunos peluches, prendas de ropa, incluso habían algunos anillos.

-Woah, Jun hyung tiene dinero- Exclamó, levantando un álbum que él había querido hace mucho, pero no pudo comprarlo por lo cara y agotado que era.

El menor soltó una carcajada y negó.

-Ah, esa vez pasamos por una tienda de música, y comenté que lo quería, y él dijo que lo conseguiría para mi- Contó Chan, sonriendo mientras compartía su anécdota- Le dije que no era necesario, que yo vería como lo compraba, pero simplemente me ignoró y para el día siguiente ya lo tenía en mis manos.

Hansol sonrió al escuchar lo lindos que eran esos dos. Él quería algo así, una relación armoniosa con la persona que le robaba los suspiros.

Y hablando del Rey de Roma, Seungkwan salió de la cocina, portando un puchero en sus labios.

-Lee Chan, has estado así por dos horas, ya levántate- Regañó al menor de todos, mirándole con reproche, y después se volteó a verle con una tierna sonrisa- Hola, Nonnie.

Él cerró los ojos al sentir un suave toque en sus cabellos.

Ah, Seungkwan siempre era especialmente gentil con él...claro, a veces no dudaba en darlo como sacrificio a los buitres cuando le convenía, pero era más cariñoso con él que con cualquier otro.

-Hola, Kwannie- Saludó con ojos brillantes.

Chan, por su parte, hizo la imitación de que estaba vomitando.

-Guárdense sus muestras de afecto para cuando estén solos, por favor.

-¿Saludar a mi mejor amigo es una muestra de afecto?- Preguntó el mayor, sin ser consciente de la mueca de Hansol.

Pero Chan si lo notó.

El menor alternó su vista entre los dos, y soltó un jadeó de sorpresa al haber unido los cabos. Tapó su boca con ambas manos, no pudiendo creer que su suposición era medianamente correcta.

Cuatrillizos Moon [96 line]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora