𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒 ━━ 𝖲𝖺𝗇𝗈 𝖬𝖺𝗇𝗃𝗂𝗋𝗈

━━ 𝟢𝟢𝟨: 𝙷𝙴𝚁𝙼𝙰𝙽𝙾

𝓛a mirada negra y lila de Moon se pasea por aquel barrio, pendiente de las pocas personas que podrían transitar por éste. La chica se termina escondiendo en la esquina de un callejón, y entonces, alza su mirada hacia el cielo dándose cuenta de lo encapotado que estaba y que, en vez de nevar, llovería. Moon agacha su cabeza una vez más, haciendo que su pelo tapara ambos laterales de su rostro y afina su oído para escuchar más atentamente a su alrededor. Aprieta sus manos, al igual que su mandíbula, y cierra los ojos momentáneamente cuando escucha a dos personas hablar en particular.

—Joder, hoy tiene pinta de llover.— rechistó la voz de un chico. —Las tormentas hacen que haya mala conexión y que esos gilipollas no puedan disfrutar de las peleas que transmitimos.

—Eso da igual, ellos seguirán pagando por ver a dos idiotas pegarse a muerte. Son el único estímulo que tienen en su vida de mierda.— contestó otra voz que Moon conocía muy bien. —Seguramente saldremos después, menos mal que he traído un paraguas para Senju. Parezco su hermano mayor.

Moon en ese punto había asomado su cabeza disimuladamente por la esquina del callejón y podía vislumbrar a la perfección a las dos personas que se encontraban por entrar a un edificio. Uno de ellos le daba completamente igual, pero al otro, no podía parar de mirarle por mucho que quisiera. 

Admiró el rostro de aquel hombre de veintisiete años, los cuales había cumplido hacía relativamente poco y que Moon no había podido celebrar con él porque no se hablaban desde hacía un largo año. Observó, a pesar de la lejanía, el como se le seguían marcando dos hendiduras en sus mejillas al hablar, y sus ojos negros como el carbón que podían mirarte con cariño, pero que podían reflejar hasta el más fiero peligro en ellos. Su voz sonaba ronca, como de costumbre, aunque Moon era capaz de apreciar el tono melancólico que transmitía porque ella podría descifrar los sentimientos que su hermano sentía nada más escuchando su tono de voz.

—Sí, pareces su hermano mayor.— susurró Moon cuando su hermano mayor se internó en compañía de su compañero al edificio que servía como lugar de reuniones de la pandilla a la cual pertenecía. —Veo que me has reemplazado, aniki.

Moon se dio media vuelta para marcharse, colocándose de mientras el toppaku de la Kanto Manji, el cual era de color blanco y similar a una gabardina, pues a Moon le llegaba hasta sus gemelos. Con sus manos temblando, se abrochó el abrigo y prosiguió caminando con rapidez, para salir del territorio de Brahman ahora que se había asegurado de aquello que se negó a creer.

Ella ya no podía estar presente en la vida de su hermano, pero eso no significaba que no recibiera noticias suyas. Moon, aunque se repitiera a sí misma que a pesar de ser hermanos, no tenía porqué preocuparse por él, seguía haciéndolo. Había escuchado rumores de que Kishaba Aki, uno de los miembros de la primera generación de la banda de los Black Dragons, había decidido unirse recientemente a Brahman, una pandilla que muchos decían que era similar a los yakuza. Pero, Moon desde que lo escuchó por primera vez, se había negado a creerlo.