9. Quiero tener hijos

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-Hugo ¿Te imaginas que en vez de tener hijos por separado todo cambia y los tenemos juntos?- Me dice Sirena mirando el cielo estrellado. Es invierno y ahora cada día el sol cae antes y aparece la luna para alumbranos. Cuando ocurre eso a Sirena y a mi nos encanta estirarnos a contemplar las estrellas y pedir deseos cuando alguna es fugaz.

-Sería lo más maravilloso del mundo. Podrían estar siempre juntos, sin que nadie se lo impida.- No les pasaría lo mismo que a nosotros, ellos serían hermanos y se tendrían siempre, pero, aunque Sirena tenga hijos con otra persona, nunca los vamos a separar.- ¿Lo pedimos como deseo cuando pase una estrella fugaz?

-¡Sí!- Responde ilusionada Sirena-Pero para tener hijos nos tenemos que querer y nos tenemos que casar, Hugo.

-Cuando seamos mayores.

Al momento veo como una estrella recorre todo el tiempo a la velocidad de la luz. Pasa y de golpe se apaga. He pedido el deseo, el deseo que Sirena y yo queremos que se haga realidad. Somos pequeños, aún no sabemos ni cuando ni cómo podrá suceder eso, pero ahora mismo es lo que menos nos preocupa, tan sólo confiamos con que eso se hará realidad.

Sonrío al recordar ese momento con Sirena cuando éramos pequeños, cuando simplemente éramos y inocentes y no veíamos la realidad más allá de con ojos de niño pequeño.
Sé que eso que deseamos ese día nunca ocurrirá. Ese deseo no se hará realidad. No la encuentro, aún no he sido capaz de hacerlo y cada vez me rindo más aunque la note cerca, muy cerca de mí.
Por otra parte tengo a Julia, de momento, aunque las cosas no vayan bien en mi cabeza solo pasa su nombre para ser la madre de mis hijos.

En mi aún no había aflorado el insitino paternal, siempre pensé que lo tenía dormido y que nunca saldría a la luz. Solo pensaba en ello cuando recordaba esa promesa con Sirena, que nuestros hijos jugarían juntos. No pensaba que eso iba a cambiar tan pronto, de un momento a otro, pero desde el momento que dormí junto a Mía y Eva esos pensamientos no paran de sonar en mi cabeza.
¿Seré un buen padre?
¿Julia querrá tener hijos conmigo?
¿Será el momento de empezar a intentarlo?
Aunque no nos hayamos visto desde que salió del bar enfadada porque supe plantarle cara no nos hemos vuelto a ver. Hemos habaldo, sí, pero solo por WhatsApp. Nos nos hemos llamado, hemos evitado esuchar la voz del otro, ninguno a hecho la intención de hacerlo y yo mucho menos, ahora le toca a ella.

Toda esta semana he estado mucho más cercano a Mía y Eva. Las he visto cada día. Se han acercado al bar cada tarde, muchos mediodías he ido yo a comer con ellas por petición de la pequeña y muchas tardes que Flavio me ha dejado libres las he pasado en su casa jugando a miles de juegos que yo jugaba de pequeño con Sirena.
Con ellas me siento bien, a salvo de cualquier pensamiento negativo que pueda pasar por mi mente. Cuando estoy rodeado de ellas por mi mente solo pasan cosas buenas, sonrías en mis labios y mariposas en el estómago cada vez que Eva se acerca a mi y aún no sé porqué es.
Hoy por la tarde Eva dejará a Mía en mi casa, según ella tiene recados importantes por hacer y me pidió como favor que me quedara con la pequeña. No dudé ni un segundo en aceptar, más que un favor es un regalo para mi. Mía me hace sentir a Sirena muy cerca, sentirla cerca me hace no perder la esperanza de encontrarla algún día.

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