—Jane, cariño —la mujer se acercó a la cama— ¿te encuentras bien?

Pero Jane no respondió y permaneció con la mirada fija en el exterior.

—Tal vez debas comer algo o si sientes algún dolor puedo llamar a un sanador. El señor quiere que te atiendan.

Jane dejó salir una risa sarcástica.

—Déjame morir. Eso es lo que quiero.

Narcissa se sentó en el borde de la cama junto a Jane y la miró con tristeza.

—En realidad no me puedo ni imaginar por lo que estás pasando. Pero sé que eres una chica fuerte, Jane —se acercó a ella un poco más y luego susurró— te puedo ayudar a escapar.

Pero Jane ni siquiera se inmutó ante las palabras de la mujer.

—Él me va a encontrar... a donde sea que vaya —las lágrimas se deslizaron en completo silencio— y todo fue mi culpa. Sólo quería recuperar a Regulus y si no hubiera venido a este lugar... estaba tan cegada en mi rabia que ni siquiera lo pensé con claridad.

Narcissa tomó la mano de Jane con muchísimo cuido y luego se aclaró la garganta.

—Jane, cariño... ¿te has cuidado? —preguntó con precaución.

La nombrada miró a su contraria con el ceño fruncido pero de pronto algo hizo click en su cerebro y por poco siente que se desmaya.

—Es imposible —negó con la cabeza y un nudo se formó en su garganta— No, no, no, no. Yo no... él no.

—Jane, tranquila.

—Narcissa, por favor. Dime que esto es una pesadilla. Dime que no es cierto.

Narcissa se quedó cayada y esperó a que la chica se tranquilizara. Jane llevó la mano que no sostenía Narcissa hacia su vientre y comenzó a llorar con mayor intensidad.

Gritó.

—No le digas, Narcissa. Por favor, no le digas.

—Tranquila, Jane. Esto se quedará entre nosotras.

De pronto fue como si Jane regresara a la realidad y por primera vez en meses se diera cuenta de lo que ocurría en realidad.

Regulus estaba muerto y ahora estaba embarazada del hombre más temido del mundo mágico.

Comenzó a hiperventilar. Narcissa le ayudó a relajarse y a controlar su respiración. Los minutos comenzaron a pasar, ninguna de las dos dijo palabra alguna.

—¿Qué quieres hacer? —preguntó finalmente la rubia.

Jane la miró fijamente.

—No lo quiero —contestó sin ninguna duda— y tampoco quiero que nadie lo sepa, mucho menos él.

—¿Estás segura, Jane? —insistió.

—Completamente —la interrumpió.

—Entiendo. Pero entonces debes irte de aquí cuanto antes.

Jane comenzó a buscar en su memoria. Había estado presente en cada reunión y aunque no había puesto atención a nada, lo había escuchado absolutamente todo.

—Está noche él saldrá.

Narcissa asintió.

—Esta noche será.

Era un plan sencillo, el problema era si funcionaría. Jane estaba muy débil por no haberse alimentado adecuadamente durante meses y hacer una aparición en su estado podría resultar en una catástrofe por lo que debía regresar a casa por otro medio.

Tightrope ⇝ Regulus Black ✔Where stories live. Discover now