Tightrope ⇝ Regulus Black ✔

ocho

Según yo había quedado claro en el capítulo anterior xdxd pero se los reafirmo aquí hsjsjjs: Sirius no está enamorado de Jane, sólo se siente atraído físicamente por ella.

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Jane se sentía completa cuando estaba con Regulus. No sabía cómo explicarlo, pero una sensación de calidez le llenaba el corazón cada vez que el menor de los Black estaba a su lado. 

La chica se dirigía muy emocionada a su clase de pociones del viernes, lista para ver a Regulus y contarle lo que había hecho toda la semana. 

Llegó al aula casi corriendo, apenas entró y se dio cuenta de que aún era muy temprano. Ningún estudiante había llegado aún. 

Tomó asiento en su lugar habitual y trató de esperar con paciencia a que todos llegaran, claro que la paciencia no era algo que caracterizaba a Jane Potter. Movía su pierna con rapidez mientras mordía la uña de su dedo pulgar y trataba de centrarse en la lectura. Pero por Merlín, estaba nerviosa y sólo podía ver un montón de letras sin sentido alguno. 

Sus demás compañeros comenzaron a entrar y no ver a Regulus le causaba muchísima ansiedad. Exactamente, ¿por qué se estaba muriendo de ganas por verlo? 

Respiró profundamente y acomodó su túnica tratando inútilmente de distraerse con algo. 

Sintió electricidad recorriendo su cuerpo y sus manos temblaron ligeramente cuando vio la delgada figura de Regulus Black entrando al aula. Tenía ese porte elegante y misterioso; su expresión estaba igual de seria que siempre, como si odiara al mundo; un mechón de cabello ondulado caía grácilmente sobre su frente y se movía con suavidad mientras caminaba. 

La chica no pudo evitar sonreír como una tonta enamorada. 

Rápidamente, los ojos grises dieron con los cafés de ella, Black sonrió sutilmente y pronto llegó a su lado para tomar asiento. 

—Hola, Jane— saludó el chico. 

—Hola, Regulus. ¿Qué tal todo? 

El nombrado dejó salir un poco de aire y levantó su dedo índice indicando que no hablara, él comenzó a buscar algo en su mochila y sacó un libro que dejó sobre la mesa. 

Lo deslizó hacia la chica. 

—Te traje un regalo. Pensé que tal vez te podría gustar. 

Jane ahogó un grito de emoción mientras veía el libro con suma atención. Lo tomó entre sus manos y lo abrió para mirar el título, era un libro de astronomía. 

Sin poder con tanta emoción, Potter saltó de su asiento y abrazó con gran fuerza el cuello de su contrario. 

Black se quedó pasmado un momento por tan repentino acercamiento, pero no podía negar que le gustaba. Deslizó una mano por la espalda de la chica y la presionó contra su cuerpo. 

—Me encanta, Regulus— habló sin separarse— te lo agradezco mucho. 

—Me alegro. Es de mis libros favoritos y pensé que te gustaría. 

Se separaron, pero sólo un poco. Nunca antes habían estado tan cerca como en ese momento y agradecían que su mesa estuviera al fondo del salón y que nadie les estuviera prestando atención. 

Con el valor que una Gryffindor posee, Jane puso una mano en la mejilla del chico y dejó un suave beso en la otra mejilla. Black se sorprendió un poco, pero vaya que le había encantado aquel gesto. 

Se separaron y volvió a su asiento, con las mejillas y orejas de un intenso color rojo. Fue lo más adorable que Regulus hubiera visto jamás. 

—Me encantas, Jane— pensó en voz alta. 

Al darse cuenta de ello, maldijo a su subconsciente por traicionarlo de esa manera. 

Pero ella no lo había escuchado. Miraba con emoción el nuevo libro, Regulus se sintió aliviado aunque bastante triste. 

Nunca había ocultado lo que pensaba o sentía pero en realidad no lo expresaba abiertamente. Tenía miedo, vaya que lo tenía y no estaba muy seguro de la razón. 

Era la hermana de James, el chico popular del colegio, al que más admiran pero que también temían. Meterse con James era igual a problemas asegurados y Regulus no quería eso.

Regulus nunca le había temido, podía mirarlo a los ojos sin retroceder, pero sabía que su hermanita era algo así como su punto débil. Ningún chico que intentaba acercarse a Jane salía con vida, no tan literalmente, pero casi. 

¡Al demonio con James Potter! Si le quería arrancar la cabeza por acercarse a Jane, que lo intentara. Valdría cada maldito momento. 

—Jane— le habló con suavidad.

La nombrada miró con una gran sonrisa a su contrario. 

—¿Si? 

La clase estaba por comenzar, todos los estudiantes estaban completamente metidos en sus asuntos que ni siquiera los notaban. 

Regulus tomó con fuerza la barbilla de su contraria y estampó sus labios con los de ella. 

Jane sintió sus músculos tensarse por la sorpresa, pero le bastó sólo un momento para cerrar los ojos y dejarse llevar. 

Los labios de Black eran increíblemente suaves y se movían con agilidad, no pareciera que fuera su primer beso. 

En cambio, aquel era el primer beso de Jane y fue mejor de lo que hubiera imaginado nunca. 

Se separaron un poco y se miraron a los ojos, la morena sonreía emocionada tratando de entender que acababa de besar a Regulus Black. Él le dirigió una corta sonrisa mientras acariciaba su mejilla. 

Definitivamente, besar a Jane Potter había sido mejor de lo que había imaginado desde que la conoció y quería volver a hacerlo.