10. Protection Gear

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No quería ponerme sentimental ni ñoño, pero viendo la última parte de mi email anterior, lo dejo por tarea perdida.

No es que lo vea malo para estimular tu memoria, solo es que duele, me duele y mucho, porque antes lo hacíamos todo juntos, estábamos siempre juntos, en clase, patinando, en el trabajo.

Sí, en el trabajo. Trabajábamos juntos en una tienda de skate. En serio que desearía que no hubieses olvidado al manager Oka.

Es como un segundo padre para mí.

Bueno, un padre mujeriego, burlón y a veces cargante, pero se preocupa mucho por mi, por nosotros.

Siempre me pide que le actualice cómo vas tú, si hay algún cambio, además de por supuesto tu camino ascendente ante el estrellato del skateboarding.

No lo digo con despecho, no siento envidia, sino pena de no poder estar ahí para compartirlo contigo.

Todos nos alegramos por ti. Incluso el manager Oka ha puesto un póster tuyo en la tienda y presume ante los clientes de que tú trabajaste en la tienda. Todos se asombran y se hacen selfies con tu póster y Oka. Aunque si yo también estoy en ese momento y les cuenta que yo te enseñé a patinar, piensan que es una broma y no me hacen ni caso. Duele y el manager Oka lo nota y por éso últimamente ha dejado de incluirme a mí en su discurso turístico.

Como te dije es muy considerado y buena persona.

¿ Quién otro te hubiera contratado porque su empleado a tiempo parcial se lo suplicara?

Es que con esa caligrafía, Langa. ¡ Ay! Aunque tu letra en inglés es igual de horrible.

Dime que has fruncido los labios y arqueado las cejas. Por favor.

De todas formas Oka estaba muy contento contigo luego porque eras tan amable, tan sincero con los clientes, que aumentaron las ventas. Parte también era lo atractivo que eres, la verdad sea dicha. Yo a veces estaba un poco celoso cuando algunas clientas te echaban los trastos, pero luego veía como tú les cortabas los pies y me sentía tan honrado de que entre toda la gente, yo fuera para ti...Bueno, aunque está en la lista de Tadachi te hablaré en otro email de esto. Cuando tenga ánimo.

Te voy a contar ahora de una anécdota con una de esas clientas. Me acuerdo de que era un par de años más mayor, que iba con una amiga y a la que no le importó para nada cuando a la pregunta de que edad tenías le respondiste diecisiete.

Su amiga soltó:

— Si es un yogurín.

Tú no lo pillaste, pero yo sí, y me puse tras el mostrador a la defensiva mientras tú le enseñabas diversos modelos de protectores.

Se veía a la legua que no los necesitaba porque su tabla tenía el desgaste de alguien que tiene mucha práctica, pero era una excusa para acercarse a ti.

Al fin se decidió por el pack más caro y sin dejar de reírse e intercambiar miraditas con su amiga, te preguntó si se los podía probar.

Se me escapó un:

—¡ No !

Pero tú me miraste con mucho asombro porque el manager Oka sí los deja probar.

—¿ Ese modelo no se lo puede probar ? — quisiste confirmar confundido.

Yo apurado, me inventé la excusa más tonta.

—Sí, sí que se los puede probar. He gritado porque Sketchy me ha mordido.

Tú hiciste un barrido rápido con la mirada por la tienda porque, claro, no se le veía.

—Entonces, ¿ sí puedo?

Tú señalaste la silla delante del mostrador y la tía me echó tal mirada de triunfo mientras se sentaba, que me subió la bilis.

Tú le pasaste una rodillera y ella empezó a ponérsela subiéndola por su larga pierna descubierta por los shorts que llevaba.

—¡ Ay, no puedo ! — fingió lamentablemente.

—Yo la puedo ayudar — te ofreciste y te agachaste para subirle la rodillera. Ella soltó un suspiro que me pareció un gemido.

Me dieron ganas de darle con uno de los ejes que yo estaba clasificando.

—¿ Sabes? Te he visto en S —soltó de pronto la tía.

—Muchos me han visto en S — le replicaste con tu voz más inocente. Ella soltó una risita.

— Eres Snow, ¿ verdad ?

Tú asentiste con la cabeza, las dos empezaron a reírse tontamente.

—Y él es... — empezaste señalándome a mí, pero ella no tenía ningún interés en mí.

— ¿ La próxima vez me dedicarás tu victoria ?

Me quedé muerto. ¿ Cómo era tan descarada ? ¿ De qué iba ?

— Las victorias de Beef no se dedican — intervine al fin.

Ella me ignoró y siguió sonriéndote.

Tú dijiste con naturalidad.

—Si Reki dice que no se dedican, es que no se dedican. Él sabe mejor las reglas de S que yo.

Aquello me satisfizo mucho.

La fulana me echó una mirada de odio, pero no era de las que se rendían con facilidad.

—Snow, ¿ me firmarías los protectores?

— Solo si los compras.

La chica hizo una exclamación de asombro por tu réplica. Recuperó la compostura y se echó a reír.

Así ella consiguió unos protectores firmados por el mismísimo Snow y se convirtió en la envidia de otras, tú una venta de unos protectores caros a alguien que no los necesitaba para patinar y yo que te pusieses meloso conmigo cuando ellas se fueron y me dijeses:

— No debes ponerte celoso, Reki, pero me encanta.

Y yo claro, me derrití, con tu mirada y tu sonrisa que solo eran mías.

Cada día de septiembre  Sk8. Renga ( Completado ) Where stories live. Discover now