—Que frío —lo escuchó susurrar en su oído y se estiró para alcanzar su abrigo de la silla junto al barril y así extenderlo sobre ellos—. ¿Cenaste?

—Sí ¿tú? Te dejé un poco en tu tienda.

—Lo vi y ya comí. Muchas gracias. ¿Cómo te sientes?

—Un poco mejor ¿tú?

—Estoy bien —mintió y se ocultó en su cuello sin dejar de abrazarla, para entrar en calor—. Muerto de frío.

Olivia sonrió al sentir sus labios dejando un rastro húmedo por su cuello hacia su hombro y llevó una mano hacia atrás para acariciarle la pierna por sobre el pantalón. Su deseó por él no disminuía a pesar del tiempo que pasara y tres años eran mucho tiempo para haber estado sola.

—¿Puedo? —. Asintió, girando su rostro hacia su hombro para besarlo y Jonathan se desabrochó el pantalón aun acostado de lado—. Debo madrugar, así que no puedo dormirme muy tarde.

—Entonces seremos algo rápidos.

Le levantó la camisa para dejar su sexo desnudo y sin quitarse por completo sus ropas, sujetó la base de su miembro y se guio en su interior. Ella regresó su rostro hacia la pared de la carpa y se mordió la mano para evitar gemir por lo alto. Él besó su hombro y todos sus músculos se tensaron al adentrarse en su interior.

Sintió sus suaves nalgas apretándose contra su vientre cuando se empujaba en ella y le acarició las piernas desnudas hasta colar la mano por debajo de la camisa y apretar sus senos.

—Uhm, me encantas —susurró en su oído y mordió el lóbulo de su oreja robándole un gemido—. Bésame, Olivia.

Se salió un momento para que ella pudiera girarse en sus brazos y volvió a adentrarse en ella mientras la besaba y sus lenguas se acariciaban. Se giró sobre la cama, acabando sobre su espalda con Olivia sentada en sus caderas y no dejó de besarla mientras ella tomaba el control de los movimientos y lo adentraba en su interior una y otra vez, gimiendo de la forma más jodidamente excitante, en su boca.

—Te amo.

—También te amo, nena.

—En serio lamento todo esto, todas las mentiras y secreto —susurró, esperando que él realmente la hubiera perdonado por sus errores y le diera una oportunidad para no volver a cometerlos—. No volveré a mentirte.

—Está bien...Confío en ti.

—Pero no me iré —. Él suspiró—. En la granja me deprimo y me siento sola.

—Lo sé, aunque no comprendo como puedes preferir este lugar.

—No lo prefiero, pero al menos aquí me distraigo y mantengo mi mente ocupada y estoy tranquila, sabiendo que tú estás bien y que los niños están a salvo en la granja.

Le acarició la mejilla y tiró de ella hasta que se apoyó sobre su frente.

—No quiero perderte, Olivia, no puedo...

Lo besó y acarició su mejilla, consolándolo con el calor de su cuerpo y lentos movimientos de su cadera. Él suspiró.

—No puedo prometer que nade me sucederá, Jonathan, ambos sabemos que lo nuestro no puede ser para siempre...

Bufó, interrumpiéndola antes de que continuara con aquellas palabras y negó. No quería pensar en el futuro o en la supuesta mujer que conocería y a la cual amaría, no podía amar a otra mujer como amaba a Olivia y de eso no tenía duda. Estaba encaprichado con ella y obsesionado hasta el punto de matar a todo el mundo y encerrarla en una burbuja para asegurarse de que nada ni nadie la lastimaría.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORWhere stories live. Discover now