Darion se puso de pie llevándose su plato vacío hacia el lavado y se colocó el sombrero.

—Recuérdeme nunca hacerla enojar, señora. ¿Cree que podría convidarme con un poco?

Olivia tomó una cuchara de metal de un cajón y la cargó con un poco del merengue que había batido para acompañar el pastel de moras que las mujeres habían hecho esa mañana. Se la entregó a Darion, quien le agradeció con una enorme sonrisa y antes de que a Jonathan le ganaran los celos, le dio una cuchara para él también.

Jonathan se rio al percatarse de que Olivia lo había leído sin siquiera mirarlo y se llevó el merengue a los labios.

—¿Quieren pastel? —. Los dos asintieron, ahora con sus ojos brillantes de emoción como dos niños y Darion volvió a sentarse—. Vale, pero es una excepción porque trajeron un venado, esto iba a ser para el postre de la cena.

Le cortó una porción a cada uno, incluyendo a Uncey que esperaba pacientemente y la cubrió con una generosa cucharada de merengue, un poco más de merengue para Darion y Jonathan que para Uncey, quien no era muy fan de lo dulce.

—Mmm, el mejor pastel de moras con merengue de mi vida —halagó Darion y ella sonrió, le apretó gentilmente los hombros y besó su cabeza y la de Jonathan.

—Ayuden a Terrell con el pozo cuando terminen ¿de acuerdo? Y Jona, necesito que consigas unas vacas, cielo, ya te lo había dicho.

—Oh, cierto...Veré si puedo conseguir algo en la mañana.

Afuera de la casa, Derby se había arrodillado lejos, detrás del granero, para que los hombres no lo vieran lavando ropa y pasaran el resto del año humillándolo. Estaba teniendo serias complicaciones intentando entender la técnica para frotar la tela entre sí contra la tabla de lavar y entre sus intentos fallidos se estaba empapando.

Se tensó, cuando vio a Jian caminando hacia él desde la letrina y dejó lo que hacía, para sentarse sobre sus talones y limpiarse la frente sudorosa.

—¿Qué hace, señor Apted?

—¿Qué pareciera?

—Que ha perdido la cabeza —se burló y él lo repitió con voz aguda y poniendo sus ojos en blanco—. Pensaba ayudarlo, pero veo que solo se maneja bastante bien...

Ella comenzó a regresar sobre sus pasos hacia la casa, tras haber hecho sus necesidades en la letrina, pero Derby la detuvo, desesperado por un poco de ayuda y se disculpó.

—No pretendía ser grosero, es solo que tu madre...La mujer sabe cómo volverme loco.

—¿Ella lo ha puesto a lavar ropa? —. Asintió, evitando mirarla por la vergüenza—. ¿Y por qué está aquí atrás solo?

—Porque... —. Se rascó la nuca y alzó los hombros, esperando que ella lo dedujera por sí sola. No lo hizo—. No quiero que me vean.

—Oh, le da vergüenza...comprendo. También he hecho cosas que me dieron vergüenza —. Ella se arrodilló en el suelo a su lado y le señaló la remera que lavara para que volviera a tomarla—. Le enseñaré como se hace.

La miró un tanto inseguro, pero siguió su indicación tomando la prenda y dejó que ella apoyara sus manos sobre la suya para que las moviera según correspondía. Hacia arriba para frotar y hacia abajo arrastrando la tela sobre el relieve de la madera.

—¿No es tan difícil ¿verdad?

—No realmente —dijo continuando por sí solo—. Aunque me tomara todo el día lavar todo esto.

Jian miró hacia la ropa que él tenía apilada a un lado sobre una manta en el pasto y se rio.

—A ver, yo le ayudo.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORWhere stories live. Discover now