—Marrón —corrigió el hermano de Jamal, Ayren.

—Negro marrón entonces —dijo Adrian—. ¿Quieres hacer galletas conmigo?

Jamal asintió y juntaron sus masas para amasar juntos.

—Podemos hacer corazones ¿quieres?

—Y estrellas —agregó Jamal tomando uno de los moldes.

—Sí, me gustan las estrellas.

Olivia besó la cabeza de Adrian con una sonrisa y acarició el cabello enrulado de Jamal.

—¿Se están divirtiendo? —. Todos los niños asintieron—. Bueno, cuando terminen se lavan las manos para cenar ¿sí? Jian, vigílalos mientras no estoy, por favor.

Ella pasó junto a Jonathan por el pasillo y él la siguió hacia el salón.

—¿Me besaras ahora? —preguntó quedándose en la puerta.

Olivia agregó unos leños al fuego de la estufa y tomó uno de los libros sobre mantenimiento del hogar que había estado leyendo en su momento libre esa tarde y lo guardó en el estante.

Cuando se acercó a Jonathan, él no perdió tiempo de rodear su cintura con sus brazos y atraerla hacia su pecho.

—De verdad lo siento, cariño.

—Lo sé, tienes un rostro muy expresivo —. Le acomodó el cuello de la camisa y unió sus labios—. Mañana te quiero despierto a primera hora ¿de acuerdo?

Asintió y sujetó su rostro para volver a besarla y que esta vez ella no se apartara tan repentinamente de él.

—La casa ha quedado hermosa —. Ella sonrió contra sus labios y concordó—. ¿Necesitas comprar algo más?

—De momento no creo que haga falta. Estuve leyendo este libro sobre como dirigir una casa y creo que he aprendido una cosa o dos. Principalmente que debo esforzarme para ganarme tu amor... —. Rodó los ojos y Jonathan la siguió hacia la cocina—. Una buena esposa es el regalo de Dios para los hombres...decía el libro. ¿Lo soy? 

—Definitivamente lo eres, ángel.  

—Y tu lo eres para mí —. Lo besó otra vez, sintiéndolo sonreír contra sus labios y agregó—. Los niños me han estado ayudando a preparar galletas para la semana y tengo entendido que Lisie y Kyle han ido al pueblo a comprar alimentos, así que tendríamos que tener todo para el resto del mes.

—De acuerdo ¿y cuáles serán mis ordenes, señora?

—¿Aparte de no emborracharte mucho?

Jonathan asintió y esquivó a los niños para poder acercarse a ella.

—¿Qué debo hacer?

—Cultivar la tierra y cuidar de los animales. Necesitamos otra vaca, los niños no tienen leche y yo la necesito para cocinar.

—Veré si puedo comprar algunas.

—Y también algunas cabras...Y otras gallinas y un perro.

—¿Un perro?

—Ajá, alguien debe cuidar a los animales en la noche ¿no? Lo dice el libro.

Jonathan no estaba seguro de cuantos gastos implicaría todo eso, pero estaba dispuesto a echar un vistazo en la ciudad o negociar con algún granjero para conseguir dos vacas, un par de cabras y algunas gallinas. Luego podían aparearlas entre sí para tener más.

—Está bien, intentaré conseguir todo eso —. Volvió a besarla y se detuvo antes de irse hacia el exterior—. Y no seas blanda con los hombres, si necesitas algo se los dices.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora