Los buscó a ellos, hasta encontrarlos entre todos los asientos y saludó con una inclinación de su cabeza para dar comienzo a su discurso. Como habían acorado, Lincoln se dirigió hacia los estados del sur.

«Ciudadanos de los Estados Unidos: Cumpliendo con una costumbre tan antigua como el gobierno mismo, me presento ante ustedes para dirigirles la palabra y prestar el juramento prescrito por la Constitución de los Estados Unidos antes de tornar posesión del cargo de presidente.

No creo necesario discutir ahora todos aquellos asuntos administrativos que no tienen interés particular; por lo que me limitaré a manifestar que entre los habitantes del Sur predomina, al parecer, el temor de que con la nueva administración republicana peligrará la paz y la seguridad personal, sin que a mi modo de ver haya fundamento alguno para abrigar semejante inquietud.

En mi concepto no hay motivos para pensar así, y esto podría probarse hasta la evidencia, pues sin ir más allá, en todos los discursos del que ahora tiene el honor de dirigirles la palabra se podrá haber comprendido que no tengo intención de intervenir directa o indirectamente en el asunto de la esclavitud en los estados donde existe, pues no creo que tenga derecho para hacerlo, ni me inclino tampoco a ello. Los que me eligieron no ignoraban que yo había hecho esta declaración, y la prueba es que en el programa que me presentaron al ofrecerme sus votos, aparecía el siguiente acuerdo:

«El mantenimiento de los derechos de los estados, y especialmente el de que cada uno de aquéllos se rija por sus propias instituciones, es esencial para conservar el equilibrio de nuestro sistema político, y reprobamos la ilegítima invasión por la fuerza armada, de cualquier estado o territorio, considerándola como el más grave de los crímenes.»

No era algo que Olivia quisiera aprobar, desde su punto de visita era mejor erradicar la esclavitud en todos los estados, pero entendía la postura de Abraham y que podía quizás ser la única forma de evitar el conflicto desde sus raíces. Si no tocaban a los esclavos del sur, entonces el sur no tenía motivo para sentirse amenazado: y, aun así, habían abandonado la unión hacía algunos meses.

[...]La separación con que sueñan algunos estados de la Unión, que no era hasta hace algún tiempo más que una simple amenaza, es ahora, según parece, un plan resuelto. A mi juicio, la ley universal de la Constitución supone que la Unión de los estados ha de ser perpetua, por más que no se exprese esta palabra en la ley fundamental de todos los gobiernos nacionales.

Si se cumplen todas las disposiciones establecidas en la Constitución federal de nuestro país, la Unión existirá siempre, pues no es posible destruirla sin suprimir el instrumento que es la base de nuestro sistema político.

Aun suponiendo que los Estados Unidos no fueran un gobierno propiamente dicho, sino una asociación de estados, con carácter contractual solamente, ¿podrá anular el pacto una de las partes sin la aprobación y el consentimiento de las demás?

[...] Se sigue de aquí que ningún estado puede separarse legalmente de la Unión por su propia iniciativa; que todas las órdenes y acuerdos que así lo prevengan se deben considerar nulos y de ningún valor ni efecto, y que los actos de violencia cometidos en un estado o varios estados contra la autoridad de la Unión constituyen una insurrección o una revolución, según las circunstancias de dichos actos.

Opino, por lo tanto, que, según lo dispuesto en la Constitución y las leyes, la Unión es inquebrantable, y en este concepto, no perdonaré esfuerzo alguno para que se cumplan fiel y lealmente las leyes en todos los Estados. Haciéndolo así, habré cumplido con mi deber, y persistiré en mi resolución mientras me sea posible, a no ser que mi soberano y señor natural, que es el pueblo americano, disponga lo contrario retirándome el poder en debida forma. Confío en que no se interpretarán mis palabras como una amenaza, sino como firme propósito de defender y mantener constitucionalmente la Unión, pues de este modo no será necesario recurrir a las violencias ni verter sangre, si no se pone a la autoridad nacional en la obligación de hacerlo.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORWhere stories live. Discover now