—Que a mi me gusta como me lo haces tu— traza círculos en mi abdomen desnudo causándome escalofríos.

Nos miramos con una media sonrisa, como si ambos supiéramos lo que queremos hacer en este momento.

—Estoy lista— me separo disimuladamente cuando mi amiga camina hacia nosotros.

Los siguiente qué hacemos es entrar a la piscina, nadamos un rato mientras hablamos y después de media hora salimos para comer, Stephan nos cuenta como nos fue en Italia, lo que hizo, deshizo, lo que compró e incluso nos enseñó fotos. Por otro lado René habla de lo mucho que le gustaron los regalos que le trajo su novio, fueron dos vestidos, unos tacones, recuerdos de Roma y un brazalete de diamantes.

Seguimos comiendo mientras hablamos de cosas sin sentido, de un momento a otro mi amiga empieza a hablar sobre anoche.

—Estaba muy nerviosa— confiesa sonrojada.

—Pero estuviste perfecta— le dice Stephan acariciando el brazo de la chica a su lado.

—Tu lo hiciste Perfecto— mi amiga lo mira con una sonrisa y después deja un beso en sus labios.

Desvío mis ojos a otro lado haciéndome la tonta.

—Te veías hermosa— la halaga Stephan —Te amo.

<<Te topas con puros hombres mentirosos>>, ignoro a mi subconsciente.

—Te amo más— le dice ella dándole otro beso.

—Tanta miel me empalaga— comentó haciendo que mi amiga suelte una risa y Stephan me mira sonriendo de medio lado.

—Cuando tengas novio te vamos a decir así— niego sonriendo.

—Morirás sin ver eso— reímos.

—Entraré de nuevo a la piscina, ¿vienen?— Stephan y yo negamos —Okay.

René se pone de pie para caminar hasta el borde de la piscina y después saltar al agua, el rubio la observa mientras que yo lo observo a él, con mi amiga a su lado trato de no mirarlo demasiado pero ahora que está distraído lo hago, me doy cuenta de que está diferente, tiene algo, estoy cien por ciento segura,no deja de mover la pierna izquierda como si estuviera ansioso.

Me paso a la silla en la que estaba mi amiga antes lo que hace que Stephan me mire, tiene unas gafas de sol puestas las cuales no son tan oscuras ya que puedo ver sus ojos.

—¿Que tienes?— lo cuestiono.

—¿Por que?

—Estas raro— nuestros ojos se encuentran —Te ves raro.

—No me pasa nada, solo estoy cansado por el viaje– desvía la vista hacia su celular el cual toma —Tomémonos una foto.

Lo miro dudando, no le creo nada —Esta bien.

Me hago un poco hacia atrás, pongo una de mis manos en su cabello mientras que la otra la recargo en su hombro, sonrió con los labios cerrados, el también lo hace y después toma la foto, esta es la primera que nos tomamos desde que nos conocemos, jamás lo habíamos hecho.

My obsession | Henry CavillWhere stories live. Discover now