Capítulo 15.

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Capítulo 15.

Lo he perdido. La confianza que Alex me había dado, las risas que compartimos, el beso, lo he perdido, ahora que él va a saber. Ahora  que voy a dejar que las palabras salgan de mi boca.
Pero antes, tengo que intentar. Tengo que luchar.
--Alex—Suplico, esperando que me de una oportunidad de explicar.
De explicar… ¿Qué? ¿Qué cosa? Tiene todo el derecho. Lo usé.
Lo merezco.
Él aprieta los puños. Su rostro es una mezcla perfecta de confusión y enojo.
--¿Qué está pasando aquí?—Exige.
Miro una vez más a Graham, quién me mira cansado.
--Tiene que saber—Dice—Los dejaré solos para que hablen.
No da ni dos pasos cuando Alex lo detiene.
--¡No, tú no te vas! ¡Los dos van a explicarme qué pasa! ¿Qué debo saber? ¿Por qué la llamaste Cassidy? ¿Alguien quiere matarte? ¿A las demás? ¿Qué…?
Es como ver a un niño sin su mamá, perdido, llorando, barreando. Mi impulso es alzar la mano y ponerla en su mejilla, pero no puedo.
Es tarde.
--Alex, yo… No sé dónde puedo empezar.
Él entorna sus ojos hacia mí.
--¿Te refieres a que hay demasiado?
Yo y Graham intercambian una mirada. Es la respuesta de Alex.
--Demonios—Gruñe, retrocediendo unos pasos y dándonos la espalda, comenzando a caminar en círculos.
Suspiro.
--Creo que debería empezar por decirte quién soy yo.
Él se detiene un poco y me mira.
--¿A qué te refieres? 
--Mi nombre, Alex. Mi nombre es Cassidy Blake.
Él frena en seco y se me queda mirando.
--¿Qué coños estás diciendo?
Miro el suelo, tomando aire y valor para continuar hablando.
--Es verdad—Interviene Graham.
Alex repite su pregunta-reclamo.
--Sé que tú conociste a alguien quién dijo ser Cassidy Blake—Continúo—Pero no lo era. 
Hago una pausa para ver su cara en shock y vuelvo a tomar aire. Graham toma mi mano en señal de apoyo.
--Su nombre era Isabel Blake. Es sólo que tú no sabías.
La vista de Alex viaja de mí rostro hasta las manos de Graham y mías juntas. Puedo ver las ruedas girando en su cabeza.
--¿Estás diciendo que era tu hermana?
--Mi hermana mayor—Asiento—Es por eso que llegué aquí.
Después de esto, él ya no me mira a mí. Mira a Graham y una mueca de dolor desgarra su rostro, haciendo que mi corazón se lamente.
--¿Te acuestas con la hermana de tu novia, cerdo imbécil?
Me sorprendo de simplemente tantas maneras. Suelto mi mano y empiezo a negar con la cabeza, dando pasos hacia él, pero no sirven, porque él retrocede.
--No, no, Alex…
No me quiere escuchar.
--Tú sabes que yo no haría eso—Gruñe Graham—Tú sabes que yo la quería.
--Bueno, pensé que nosotros éramos amigos, pero ninguna de esas dos cosas eran verdad. 
--Alex…--Intenta razonar con él.
--¡No! ¡Tú le hiciste algo! ¡Tú, imbécil…!
Alex se va contra Graham, pero él ya lo esperaba y lo esquiva. Lo toma por los hombros y lo empuja hacia la pared.
--¿Quieres saber la verdad, Alex? ¡Entonces escúchanos! ¡Su nombre era Isabel, y yo la amaba! ¡Yo la amaba y nunca le hubiera hecho nada! ¡Tú y yo éramos amigos, pero decidiste culparme a mí y no me diste oportunidad! Esta es la verdad sobre lo que sucedió con Isabel: Fue su decisión. 
Graham quita sus manos de él y Alex se tambalea.
--No, no. Ella nunca haría algo así.
--Es lo que yo pensé—Intervengo—Pero era cierto. Alex, lo siento, pero ella no es la persona que creíamos conocer. 
Él me mira y puedo ver la rabia cruzando por su rostro.
--Estás mintiendo. En todo. Ella nunca me dijo que tenía una hermana. ¡Yo la conocía!
--No la conocías tan bien—Escupe Graham con desprecio, alejándose de él y viniendo en mi dirección—Ella me lo contó todo. Cassidy no miente.
--¡Era mi mejor amiga!
--¡Era mi novia!
Tengo el impulso de gritar “¡Era mi hermana!”, pero eso estaría muy fuera de la foto.
--Chicos, dejen de discutir. Alex, ella… Ella te mintió. O no te dijo toda la verdad, lo siento.
--¿Por qué tendría que creerte? Has mentido en todo. ¿Por qué debería confiar en ti?
--Alex…
--¿Sabes qué? Tal vez tienes razón. Todo tiene sentido. A pesar de que no se parecen físicamente, ahora lo puedo ver mejor: ¡Las dos son unas mentirosas!
   Y duele.
¿No sería mejor que me hubiera aventado frente a un camión para que me matase?
--Bastardo…--Oigo decrlir a Graham, dando un paso hacia él para volver a aventarlo contra la pared, pero pongo una mano en su pecho.
Muy bien. Ya tuve suficiente.
--Si no te gusta lo que oyes, Alex, puedes marcharte. No volveremos a hablar sobre ello, no te preocupes.
Gruñe un poco más y camina en círculos más rápido. 
--¿Cómo pudiste hacerme esto?—Me pregunta, deteniéndose bruscamente frente a mí—Pensé que te gustaba. Pensé que eras mi amiga. 
--Y lo hago, Alex…
--¿Cómo no me dijiste que eras su hermana? ¿Por qué ella no me lo dijo?
--No te lo dije porque pensé… Yo hablé con las chicas, Alex, y ellas me convencieron de que tú eras el responsable de lo que le pasó a Isabel.
Frunce las cejas.
--¡Eso es estúpido!
--¡Lo siento, lo creí en ese entonces, no te conocía!
Entonces se detiene en seco y mira el suelo fijamente. Luego me mira a mí, como si hubiera descubierto la cosa más horrible en el mundo.
--Tú me usaste. Cuando me conociste, tú sí que querías algo de mí. Tú me usaste.
Las palabras resuenan en el lugar y queman en la parte trasera de mi mente.
¿Qué he hecho?
Quiero responderle, negarlo todo. Y no puedo. Y sé que él puede verlo. Sé que él sabe que es verdad.
Es todo verdad, es todo verdad.
Lo siento tanto.
  Sus ojos muestran el daño que he hecho y yo quiero morir. Me da la espalda y quiero avanzar hacia él y rodearlo con mis brazos. Quiero gritarle que lo siento. Quiero intentar persuadirlo que me perdone. 
 Pero no tiene caso. Este es el final del camino. Aquí es el segundo exacto en dónde yo me tropiezo con el muro que las mentiras que he escupido han construido todo este tiempo, impidiéndome seguir el camino.
Todas ellas, cada minúscula mentira que alguna vez dije me caza y me castiga con su frío y vacío silencio. Se burlan de mí, me sonríen con sus afilados dientes, me sostienen en sus crueles manos. Me susurran en el oído que ha sido mi culpa, me susurran que este es el precio. Me llenan. Ellas son todo lo que soy.
Son todo lo que poseo.
--Lo siento—Susurro. Lamento. Lloro. 
 Sus hombros se mueven hacia arriba y abajo. Miro a Graham, que mira al suelo, intentando darnos un poco de privacidad.
--¿Qué más hiciste?—Pregunta después de unos momentos, volteándose, pero evitando el contacto visual conmigo.
Me odia.
Me obligo a tragar saliva.
--Yo… Descubrí que no eras tú el responsable por medio de Graham. Me dijo que tú nunca estuviste con ella. Fue él. Lo hubieras visto, estaba arrojándole madera todo el tiempo.
Intento sonreír un poco, pero él no cede. Miro a Graham, con los brazos cruzados sobre su pecho, y me da una sonrisa de apoyo.
--Así que te dejé fuera de la ecuación—Continúe—Seguí investigando por mi cuenta y averigüé… cosas… Alex, ¿Sabes si Isabel se drogaba?
Me mira finalmente, y sus ojos muestran un frío que me congela.
--No. Ella no lo hacía—Responde.
Miro a Graham.
--¿Desde cuándo sabes esto?—Pregunta Alex a él.
--¿Quieres decir lo de Cassidy o lo de Isabel?
--¿A qué te…? Espera. ¿Tú sabía sobre… ella? ¿Isabel? ¿Sabías sobre quién era ella?
--Claro que lo sabía. Era mi novia.
Él nos mira a los dos, de uno a uno y siento que está imaginando cómo sería masacrarnos a los dos.
--Tú sabías su nombre real.
--Sí—Contesta Graham tranquilamente, como si no quisiera la cosa.
--Y que tenía una hermana.
--Sí.
--Y no me dijiste nada.
--Exacto.
--Eres un bastardo—Dice con el mismo tono despreocupado de Graham, pero con una firmeza en su voz.
Graham asiente.
--Ya me lo habías dicho.
Alex me mira.
--Entonces, ¿Estuviste saliendo con él mientras salías conmigo? ¿Es esa otra de tus mentiras?
--Te hemos dicho que no.
--Oh, bueno. Ya es ganancia, ¿No es cierto?
Sus palabras me queman. Me asfixian.
Intento ignorarlas. 
Graham gruñe algo pero le envío una mirada que dice “Cállate” expresamente.
--Descubrí cosas—Digo, intentando no ahogarme con mis propias palabras—Fui a ver a la señora Roussemount…
Me interrumpe:
--¿Quién?
--… Supongo que Isabel no te contó del accidente.
--¿Qué accidente?
Graham y yo le explicamos la historia, desde el principio, narrado por mí, y el final, narrado por Graham. 
Y al final de aquella historia, Alex pasa una mano por su cara y se sienta en la enorme mecedora en dónde pasó desapercibido.
--Qué mierda tan más grande.
--Vine aquí para saber lo que pasó. Pero sólo encontré pistas… Mentira; Sólo encontré dudas. Es curioso que encontré pistas en donde yo vivía. En casa. Encontré unas pastillas que no eran de nadie. Unas pastillas que aunque eran familiares para mí, son diferentes. Tienen un olor especial, pero conservan la misma imagen que las demás pastillas: Redondas y blancas—Suspiro--Poco después fui a la casa de Vivian… O bien, de la señora Roussemount. Encontré ahí las mismas pastillas. Es por eso si te pregunté si ella se drogaba.
--No. ¿Pero por qué es tan importante? Si se drogaba o no, ella no está aquí ahora. Ya no importa.
Graham habla por mí:
--Pensamos que tal vez ella pudo entablar de nuevo su relación con Vivian. Si ellas tenían las mismas raras pastillas…
Él bufa.
--¿Cómo saben que no es una droga común? ¿Cómo saben que ellas pudieron consumir por separado? ¿Por qué es tan importante si ellas dos volvieron a ser amigas?
--Porque Isabel no haría eso—Digo, un poco enojada—Ella no tenía relaciones con personas, no tendría relaciones con Vivian de nuevo. No, porque Vivian le recordaba tanto a Cam. No creo que Isabel haya consumido, por lo que me dices. La señora Roussemount está convencida de que ese no era el problema de su hija, y le creo. Toma—Alcanzo mi collar y lo abro para sacar la pastilla redonda y olorosa. Camino hacia él y se la pongo en la mano—Huélela.
Él lo hace y frunce el ceño.
--Nunca me la mostraste a mí—Me reprocha Graham.
--Porque tú confiaste en mí.
Alex me mira por un momento y creo que va a decirme algo, pero en vez de eso mira hacia la pastilla de nuevo.
--Tienes razón. Pero no encuentro el daño en que ellas volvieran a juntarse.
--Si ellas volvieron juntas, y no era por las drogas, entonces debe de haber una razón. Una razón grande—Estiro mi mano para tomar para pastilla de vuelta—Creo que las pastillas no son la razón, porque según las personas que la conocían, ellas estaban bien. Creo que es algo que consiguieron en el camino, estando juntas… ¿Sabes que Vivian fue asesinada?
--¿Y?
--Asesinada. Diferente a muerta. Tal vez… Tal vez la asesinaron por algo en lo que ellas dos se metieron juntas—Suspiro—Es que algo hicieron. Si se reunieron de nuevo, es porque había algo. Algo hicieron.
--Tú no lo sabes—Gruñe Alex.
--Es todo lo que tengo. Voy a aferrarme a ello.
Alex exhala fuerte.
--Bien. ¿Algo más, señorita ganadora del Oscar?
Graham y Alex se pelean un rato más por esa línea hasta que yo los detengo de nuevo.
--De hecho sí—Y me giro hacia Graham—Tú tenías razón.
--¿A qué te refieres?
--Que no era un accidente. Que los osos no se la comieron.
Graham parece entender y cierra la boca, viéndome fijamente.
--¿Qué?—Grita Alex--¿De qué están hablando?
Lo miro.
--¿Isabel? ¿El accidente en el que iba con las chicas? No fue un accidente. 
Alex me grita de qué estoy hablando, Graham se queda blanco.
--Prefería cuando me decías que no era cierto, que yo sólo era un lunático.
Alex se levanta de la silla.
--Espera, ya. ¿Es de lo que estabas hablando esta mañana?
Asiento al mismo tiempo que Graham me pregunta otra cosa:
--¿Cómo sabes eso?
--Kate. Ella me dijo que las chicas revisaron el auto tiempo después de salir del hospital y que los frenos estaban cortados. No fue un accidente.
Ellos se miran entre ellos después de mirarme a mí.
--Entonces… Chicos, creo…--Hago una pausa—O ella en verdad se metió en algo con Vivian, o fue por las chicas. Kate, An y Marina. Ustedes saben que siempre hubo algo mal en ellas. No pueden rechazar esta posibilidad.
Se miran entre ellos de nuevo. Casi parecen unas caricaturas.
--¿Crees que alguien la mató?—Susurra Alex—Como, ¿A propósito?
Duh.
--Sí.
--¿Por qué alguien haría eso?
--No lo sé. ¿Por qué alguien mataría a Serena?
Una chispa se enciende en los ojos de Alex.
--Hace más sentido—Intento razonar con ellos—Creo que hay alguien que quiere que ellas tres se queden solas. Por eso han estado cazando. Creo que por eso las mataron.
  Si no lo es, si asesinaron a Isabel por algo en lo que Vivian estaba involucrada y no por las chicas, entonces no tengo explicación porqué Serena está muerta, no tengo explicación porqué alguien estaba intentando quitar el aire de mis pulmones.
Y creo que prefiero esta opción. Y aunque la de Vivian es igual de válida, prefiero en la sé por qué me quieren matar.
No quiero depender del aire mágico de nuevo.
Secretos, secretos. Preguntas, en todas partes. Me hago la pregunta que me he hecho muchas veces:
¿Qué has hecho, Isabel?
Una vez más, no obtengo respuestas.
--¿Cómo estás tan segura de que por ellas las mataron?
--Porque ellas dos eran sus amigas, y murieron. ¿En verdad te creíste que Serena se había suicidado? ¿Qué a Isabel se la comieron los osos? Pff… Tal vez el responsable tomó el cuerpo de Isabel. ¿Qué pasó con el de Serena?
  Me arrepiento inmediatamente cuando veo la expresión de ambos.
--Oh, maldición. Chicos, lo siento. No era mi intención, yo…
Me quedo en silencio.
Dejamos que se expanda.
--Deberías contarle—Graham rompe el silencio.
--¿Qué cosa?
--Lo de que alguien quiere matarte.
--¿Qué?—Alex explote de nuevo.
--Ah, sí. Alguien quiere matarme.
Alex repite la pregunta- exclamación.
--Intentaron ahogarme en la piscina de la escuela. Y el incendio. No era un accidente. O al menos eso creo, porque me fui y unos minutos después, llamas. En mi habitación—Me giro hacia Alex—Tu tía cree que yo lo causé y que me marché para no resultar dañada por el fuego. Pero yo nunca lo hice. Así que creo que la opción de las chicas es más válida que la de Vivian, porque si no, no me explicaría porque alguien quiere matarme…
  Ambos están pálidos.
--¿Es todo?—Pregunta Alex.
--Creo que sí.
--Bien. Me marcho. No puedo con más. Me marcho.
Él se levanta y sale sin mirar atrás.
--¿Crees que va a querer saber de nosotros?—Le pregunto a Graham.
No me contesta. Se sienta en la mecedora y pone su cabeza en sus manos.

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