Acomodó su mano en el hombro del joven y abrió un hilo de respuestas sobre esos seres en su teléfono.

—Desde un punto de vista científico —habló Yang Xingjie—, los fantasmas igual son una especie de fuerza natural. Existen en otra dimensión del espacio. Es como cuando quemas papel moneda en julio, no importa dónde lo incineres, incluso si lo haces en tu dormitorio, siempre sentirás una brisa al final. Esa ráfaga son tus parientes visitándote.

—Sí —El joven pensó en esos dramas del canal TVB[4]: mientras quemaban papel moneda, al final se apreciaba un poco de viento. Al instante, se le erizaron los vellos y se apresuró a decir—. ¡No hablemos más de esto!

Yang Xingjie carcajeó y giró la cabeza para mirarlo, sus mejillas eran coloradas. Chi Xiaoduo rápidamente palideció. La otra parte se aprovechó de la situación para alejarse de él. Luego, el joven bebió una taza de té y su rubor disminuyó.

—En Japón se habla mucho de demonios, pero nosotros, los chinos, no lo hacemos. Platicamos más sobre fantasmas y dioses. —bromeó.

Chi Xiaoduo entendió y comentó—: Son una cultura que registran a sus yōkais.

—Los espíritus de las montañas y del mar salen de vez en cuando. No obstante, en una ciudad no te encontrarías cosas extrañas como esas. Debido a que hay mucha gente; si realmente existieran los yaoguais, rara vez estarían en las metrópolis.

El joven soltó un "hmm" y agregó—: Si te topas con uno de ellos en la ciudad, ¿sería un yaoguai muy poderoso?

—Tal vez —murmuró Yang Xingjie con una sonrisa—. ¿Crees que uno muy poderoso te atacaría? —Empezó a analizarlo detenidamente—. A menos que tengas algo que él quiera.

Chi Xiaoduo sintió que de nuevo se burlaban de él y observó al contrario sin comprender sus palabras. —Si existen, ¿qué pensarían de nosotros, los humanos?

Yang Xingjie lo meditó por unos instantes y respondió—: Imagino que odiarían a los humanos. ¿Tú qué dices?

—¿Por qué?

—Piénsalo —habló casualmente—. La gama de actividades de los seres humanos es cada vez más amplia, y hemos ocupado todos sus hogares. Los sitios con un buen clima, condiciones habitables y fácil transporte se han urbanizado. Todos somos residentes en la ciudad, no tenemos consideración ni sentimientos sobre la tierra. Pero puedes reflexionarlo, debe ser terrible cuando la casa en la que has vivido durante generaciones fue demolida y transformada en cierto lugar para otras personas. Es más, los yaoguais viven mucho tiempo. Después de cientos de años, cambian de vivienda, la pierden y se vuelven a mudar, para nuevamente ser expulsados. Finalmente, se quedan en zonas donde la gente no puede ir, como montañas nevadas y mesetas, donde no vive el hombre. Están solos y tristes, por lo que deben odiarnos hasta la muerte.

Chi Xiaoduo pensó que sonaba razonable. Si trabajó duro toda su vida, ahorró dinero para comprar una casa y solamente para que algunas personas la demolieran sin explicación, lo separan de su familia, teniendo que dejar su ciudad natal, todo eso definitivamente sería muy doloroso.

—Pero los yaoguais son tan fuertes —dijo el joven—. Cuando los veo en la televisión, tiene poderes, magia y esas cosas. Si quisieran causar problemas, ¿no sería cuestión de minutos?

—Cuando lleguen los soldados, bloquéalos, y cuando suba el agua, haz crecer las orillas[5] —Yang Xingjie respondió—. Los humanos también tienen contramedidas. Cuando estudiaba en la academia de policía, vi muchos sucesos sobrenaturales. Por supuesto, los altos mandos no dirían nada explícitamente; pero incidentes de homicidio, desapariciones y expedientes sin resolver no se podían explicar a través de la ciencia. Todo eso se clasificó como "casos especiales".

Aviso Posterior al Entrenamiento: Exorcista Registrado de Primera Clase NacionalМесто, где живут истории. Откройте их для себя