Capítulo 3: Primavera

257 28 72
                                    

"¿Qué regalo quieres para tu cumpleaños?".

• ────── ✾ ────── •


Un pequeño pájaro blanco platinado aceleró en la interminable nieve que caía en el exterior, alcanzando al tren, antes de picotear suavemente la ventana. Xiang Cheng giró la cabeza para observar a través del cristal, y el pajarito nuevamente voló alto desapareciendo por completo.

El hombre se movió hacia un lado de la ventana para mirar. Sus labios se abrieron ligeramente y susurró—: Anda, vamos, no me sigas.

La pequeña ave se marchó. Xiang Cheng se retiró la gastada gorra militar, se pasó la mano por el cabello, se rascó la cabeza viarias veces mientras metía sus manos en los bolsillos. Dobló sus largas piernas y se apoyó en el inodoro temblando al mismo tiempo que cabeceaba.


• ────── ✾ ────── •


A las seis de la madrugada, el ferrocarril llevaba veintiún horas de trayecto cuando llegó a Guangzhou. Xiang Cheng fue arrastrado y expulsado de la terminal de tren por la muchedumbre que regresaba del sur para la fiebre de los viajes de Año Nuevo[1]. Estuvo a punto de ser llevado a la estación de policía debido a que no logró encontrar su boleto.

Después que salió de la terminal, escuchó a su alrededor personas hablar en cantonés. Una lluvia ligera descendía del cielo, y en el quiosco de periódicos, el propietario veía la televisión al mismo tiempo que se mantenía cálido con un calentador, lo que provocó que el joven se confundiera mientras miraba la escena.

—Quiero hacer una llamada. —dijo.

El dueño no lo notó. Xiang Cheng alzó la voz y comentó—: ¡Señor, quiero hacer una llamada!

—¡Entonces haz una llamada! —respondió la otra parte—. ¿Por qué me miras?

Xiang Cheng dejó la mochila y la maleta de cuero en el suelo, luego sacó el celular para revisar sus mensajes. Según el texto, su amigo del pueblo le envió el número de uno de sus conocidos para que se pusiera en contacto con él y tuviera un lugar donde quedarse temporalmente.

Marcó, y nadie le contestó; por lo que estuvo esperando mientras el dueño lo examinaba.

Un momento después, Xiang Cheng volvió a intentarlo; sin embargo, el resultado fue el mismo, nadie respondía. Todavía le quedaban diez dólares en el celular, las tarifas roaming[2] eran muy caras, así que usó su teléfono con prudencia. Además, ese aparato ya tenía años y, a pesar de lo estropeado que estaba, a veces funcionaba y otras no. Incluso, en algunas ocasiones colgaba automáticamente la llamada, lo que lo frustraba muchísimo.

Cada diez minutos marcaba de nuevo, teniendo así cuatro llamadas sin respuesta. El propietario observó al hombre todo el tiempo, obviamente resentido por este maldito trabajador migrante parado frente a su quiosco de periódicos que le quitaba espacio. La otra parte solamente pudo darse por vencido, se inclinó para levantar su enorme maleta con forma de montaña y de repente se dio cuenta ¡qué había desaparecido!

Inmediatamente se congeló en el acto, miró a su izquierda y luego a su derecha al mismo tiempo que cargaba la mochila en el hombro; su rostro se llenó de conmoción e ira al percatarse que había sido robado. Con pasos apresurados, caminó hacia una calle despoblaba reprimiendo su rabia y resoplando por un momento, antes de encender un cigarro para calmarse.

Con dos de sus dedos sosteniendo el cigarro, Xiang Cheng entrecerró los ojos y creó un círculo imaginario en el aire.

Como si el humo estuviera vivo, giró para después obtener la forma de un extraño duende. Varias veces rodeó el cuerpo del joven para finalmente darse la vuelta y volar en dirección opuesta.

Aviso Posterior al Entrenamiento: Exorcista Registrado de Primera Clase NacionalWhere stories live. Discover now