𝟬𝟯 | Las huellas que nunca desaparecen

156 28 8
                                    

CAPÍTULO 03

𝐍𝐀𝐈𝐀
______________________________

Sigo caminando hasta asegurarme de estar lo más lejos posible de la cafetería. Ver a Kim Taehyung me ponía de muy mal humor, y más cuando este trataba de pasarse de listo conmigo. Ahora mismo me pregunto si realmente existe un hombre que piense de manera razonable, que no dé ver vergüenza ajena cuando habla, que sepa comportarse de una buena manera, que no sea como Taehyung de inepto. Pero bueno, creo que le estoy pidiendo demasiado a este mundo como para que me entregue a un chico como el que estoy pidiendo.

Bajo la velocidad de mi caminata cuando ya estoy otra vez cerca de mi facultad. Trato de respirar con la misma normalidad de antes; sin embargo, gracias a mi anemia siento que me puedo desmayar en cualquier momento. La vista la tenía un poco borrosa, el corazón no dejaba de latirme, y podía jurar que ahora parecía una persona borracha al estar caminando de un lado a otro sin tener un buen equilibrio. No creo poder más, voy a caer al suelo muy pronto.

—Naia —escucho al decano Kim delante de mí. Trato de actuar de una manera sutil, pero los temblores seguían en mis rodillas y esto no pasó de desapercibido por él—, ¿Te encuentras bien? Te veo un poco pálida. ¿Necesitas que te lleve al policlínico?

Niego repetidas veces jadeando. Con la ayuda de el decano, logro sentarme en una banca y seguir recuperándome de la corrida.

— ¿Padeces de una enfermedad? —pregunta, preocupado. Asiento lento.

—Anemia.

—Santo Dios, ¿y tienes una condición médica para participar en el equipo de baile? —niego—. No puedo arriesgarme a que partícipes en ese equipo si traes contigo una enfermedad. Tu tía...

—Minjoon sabe de esto. Ella sabe que puedo hacerlo sin exigirme tanto —le explico—. Ahora sólo estoy así porque acabo de correr desde la cafetería hasta acá.

— ¿Y dónde mierda está Taehyung? —masculló el decano mientras buscaba con la mirada a su hijo—. Se supone que él te acompañaría en todo el día.

Prácticamente de él estaba huyendo.

—Me separé de él desde hace un rato. Tuvimos una pequeña discusión y decidí no molestarlo más —digo, más tranquila. Me siento de manera recta y miro al decano—. No creo que pueda llevarme bien con su hijo, señor Kim.

— ¿Por qué lo dices, Naia? ¿Te hizo algo?

—Me llamó una prostituta al suponer que yo me acosté con el director de la universidad.

El señor Kim no dijo nada al respecto, solo se tapó la cara con mucha vergüenza y soltó un suspiro cansado. Ver la imagen del decano de esa manera me hacía suponer que Taehyung no valoraba a su padre y que siempre le traía problemas con cualquier cosa que hiciera; pero sólo es una suposición, que si llega a ser cierta, creo que Kim Taehyung no sabe lo que se siente no tener un padre que esté a tu lado sin importar qué.

Ahí estaba la cosa que teníamos en común él y yo: odiabamos a nuestros padres. Pero la diferencia es que yo sí tengo una razón y él no, tal vez solo lo hace para creerse único entre todos sus amigos y sentirse el rebelde de su grupo. Era patético, y daba mucho asco.

— ¿Es difícil para usted cuidar a Taehyung? —pregunto, cautelosa. El señor Kim asiente y muestra una sonrisa triste—. De seguro es una etapa de inmadurez de la vida de él. Ya pasará.

—No creo que solo sea eso, Naia. —arregla su traje mientas responde con cierto sarcasmo—. Ya no importa. Necesito seguir trabajando, pero te prometo que hablaré con Taehyung sobre lo que te dijo.

Bad Boy » Kim Taehyung [BTS] Onde as histórias ganham vida. Descobre agora