—Jonathan, por favor...

—Pero —continuó—, sé que no harás lo que te diga, así que voy a ayudarte. Solo quiero dejar en claro lo que pienso.

Sus labios se curvaron y lentamente se convirtieron en una enorme sonrisa hasta que saltó a sus brazos y lo besó. Era imposible no quererlo con todas sus fuerzas cuando era tan considerado y la entendía de tantas formas.

—Espero no arrepentirme —lo escuchó susurrar mientras la abrazaba—. Ahora explícame que produce la enfermedad, sino es porque son prostitutas.

—En cierta forma sí es por eso —. Se apartó unos centímetros, pero la cercanía entre ellos permaneció pues inconscientemente ambos la necesitaban—. Pero no tiene nada que ver con inmoralidad. La enfermedad se transmite sexualmente.

—Sigo sin comprender.

—La sífilis es una infección bacteriana y sí, sé que no sabes que es eso, pero puesto en pocas palabras es un organismo tan pequeño que el ojo no puede verlo y el cual una vez ingresa en nuestro cuerpo puede producir enfermedades. Dependiendo de que organismo sea podrá generar distintas enfermedades.

—Organismo que no podemos ver...

Regresó a la habitación de las mujeres con él siguiéndola.

—Para que una persona se infecte debe haber tenido relaciones con alguien previamente infectado.

—Entonces se enfermaron por culpa de algún hombre —. Olivia asintió y Jonathan miró a su alrededor—. ¿Y por qué no veo a ningún hombre enfermo?

—No lo sé, pero de momento quiero priorizar la salud de estas mujeres. Sin las herramientas adecuadas no es posible curarlas, así que tendremos que confiar en que su propio cuerpo combata la enfermedad —. Evaluó el aspecto de las mujeres y se retorció los dedos—. No sé si puedo salvarlas, pero puedo intentarlo mejorando las condiciones en las que se encuentran.

—¿Eso puede darles una posibilidad?

—Así es, la alimentación, la temperatura y la higiene son conceptos claves para combatir cualquier enfermedad. Dudo que sobrevivan todas, pero podemos reducir la letalidad de la enfermedad lo suficiente para que algunas lo logren.

—De acuerdo, dime que hacer.

Se colocó un delantal en su vestido para protegerlo de las sustancias desagradables que manipularía asistiendo a esas mujeres y envío a Jonathan en busca de agua limpia; tantos tarros como pudiera cargar, le habían dicho. Jian también se decidió a ayudarla, después de largos minutos de deliberación. A diferencia de Jonathan ella no sabía que provocaba la enfermedad y creía que era la inmoralidad de las mujeres, que, como ella, habían venido sus cuerpos. Temía también enfermar.

Olivia miró las mantas sucias de las camas y a las mujeres igual de desagradables en ellas. Sentía que se le acumulaba una tarea detrás de otra y debía correr contra el reloj para poder lograrlo todo efectivamente. Debía abrir todas las ventanas, las más de doscientas que tenía el edificio y volver a cerrarlas antes de que refrescara. Era imposible que lo hiciera sola sin pasar todo el día en la tarea. Tenía que limpiar los salones ocupados por mujeres y esos salones eran grandes (enormes incluso) y también debía cambiar las mantas y lavarlas. Más de treinta mantas era. Debía prepararles de comer y asistirlas mientras comían y luego atender todas sus otras necesidades; como baños, distracción, salud mental, entre otras cosas.

Sabía que sola sería imposible e incluso con la ayuda de Jonathan y Jian no terminarían todo en un día.

Dejó la habitación de las mujeres y asomó al pasillo, buscando al personal. Encontró a un grupo de hombres reunidos al final del pasillo, cerca de los pies de las escaleras y se acercó. Estaban hablando sobre algo que les alteraba y enmudecieron cuando la vieron llegar. Algunos incluso mostraron desagrado.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORWhere stories live. Discover now