25. Premonición

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Su cuerpo se sentía débil, sentía un ardor constante en todo el lado derecho de su cuerpo, hasta abrir sus ojos le empezaba a doler; así que por ahora solo su mente se encontraba despierta, sentía que estaba echada sobre una superficie rocosa y húmeda, por lo que suponía que estaba en la celda en la que había despertado anteriormente.

No abría los ojos aún, pero varias lágrimas empezaron a asomarse en sus mejillas; el dolor que había experimentado le estaba calando hasta el alma, ya que no solo habían sido las agujas. Después de despertarse de su inicial desmayo, se encontró en una camilla conectad a varias máquinas que al parecer le estaban pasando una sustancia a su cuerpo, ello provocaba ardor en su cuerpo y vómitos agresivos, tanto que tuvieron que sedarla para que dejara de reaccionar; a la tercera que recuperó la conciencia, se encontró conectada a de nuevo a máquinas que le daban pequeños electroshocks, y estos iban en aumento cada vez más; hasta que del dolor, una vez más se desmayó.

Pudo haber pasado un día completa, pero para ella sintió que había pasado todo un año, no quería seguir ahí, la estaban torturando; y sentía que su cuerpo ya no resistiría más a todo ello. Se quería morir, parte de ella esperaba que su cuerpo se desvaneciera y ya no tuviera que sufrir más; pero, también quería ver a su sol y su luna una vez más. Quería ver a su hermosa hija reírse o ver esos ojos verdosos enormes que tenía, besar sus cachetes y acariciar su suave y pequeño cabello; parecía recordar el olor natural de su cuerpecito o su shampoo especial, que no daría ella por tenerla una vez más en sus brazos.

Solo rogaba de que Law cumpliera su palabra y la llevara con Zoro, y rogaba que esté la aceptara a su pequeña; rogaba que Inti la protegiera y rogaba porque nunca pase por lo que ella estaba pasando por esos momentos. Esperaba que creciera feliz y protegida, que el ser hija del Cazador de Piratas, Zoro Roronoa; fuera más una ventaja que desventaja, cosa que sí fue para ella.

No sabía si hablaba desde el dolor que estaba sintiendo físicamente, pero le era imposible recordar el porqué se había enamorado del peliverde; no podía verlo con todas las lágrimas pesando en sus ojos, lágrimas que de ser nostálgicas, pasaron a ser de rabia. Empezaba a maldecir el día que se encontró a Zoro en la playa, el momento en que decidió ignorar a Inti y ayudarlo, el momento en que se fijó en su rostro, el momento en que se besaron por primera vez, y el momento en el que decidió hacer el amor con él; cada uno de ellos los recordaba con una capa de amargura y desolación. 

Sí, ella había decidido dejarlo o echarlo de la isla por su bien, aunque parte de ella rogaba que no se fuera; la marina y Sanji habían sido factores externos que habían dado el empujón final a que él se fuera, y era exagerar, pero había sentido que Zoro se había llevado parte de su alma ese día. Pero también se llevó su tranquilidad.

Damian la había amenazado todo ese tiempo con exponer cuál había sido su relación con el pirata si es que no se portaba bien con él; ella se resguardó en la casa de la señora Gen junto con Inti inmediatamente después de la partida de Zoro, y la señora Gen ya no la dejó ir, aún más cuando salió el tema de su embarazo. A partir de ahí, empezó a cuidarse de que nadie notara ningún cambio, su ropa empezó a ser holgada desde el día siguiente que se enteró de su embarazo, siguió trabajando atendiendo a los clientes con toda normalidad y soltura; Inti empezó a correr en el bosque y en la casa de la señora Gen hacía una especie de flexiones con ella encima para ir agarrando fuerza para moverla; la mujer no pudo evitar sonreír al recordar todo lo que hizo su amigo por ella.

Cuando Damian, en un descuido de ella, vio que estaba embarazada; Inti y ella se prepararon para huir, pues la amenaza del hombre era avisarle a la marina. El viejo Erasmus le dio uno de los pequeños barcos que utilizaban para los intercambios comerciales anuales y tras una rápida, pero emotiva despedida con ambos viejos, zarparon. Ella trató de convencerlos de que se fueran con ellos, ya que Damian era capaz de involucrarlos, pero se negaron rotundamente, prometiendo que ellos iban a hacer todo lo posible para que el hijo del alcalde quedara como un loco.

Pero al parecer no había sido así, pues la marina la terminaba buscando en cada isla que usaba de parada; por lo que con siete meses de embarazo, tuvo que aprender a pelear con lo que podía de su cuerpo, e Inti también; un día que ambos se encontraban acorralados y no encontraban salida, su amigo en lo último que creían que podía hacer soltó un rugido tan potente que noqueó a varios oponentes. No habían encontrado respuesta nunca a ello, pero les sirvió de ayuda en los siguientes meses que restaron, hasta que dio a luz.

Todo ese año había sido una situación de no parar, y su mente y cuerpo ya no lo soportaban; estaba colapsando, o ya lo había hecho; se estaba resignando a morir en ese lugar, pues a pesar de que Law había sido un idiota egoísta, sabía que cumpliría su palabra, su hija estaría ahora con él o con Zoro; pero sea como sea, ella estaba con Inti y sabía que su amigo iba a hacer lo posible para protegerla. Su Quilla estaba a salvo, y ella ya podía irse en paz.

* * *

Zoro observaba como el gato estaba mirando la lejanía del mar, por donde estaba la cabeza del Sunny, sentía que había algo con el tigre, lo veía intranquilo e inquieto. Por lo que se acercó a donde estaba el animal, ni bien se puso a su lado, él esperaba que le rugiera o le gruñera, pero nada de ello pasó.

- ¿Te pasa algo? - le preguntó; Inti no se inmutó y siguió mirando al mar; sin embargo, Zoro notó como el pecho del animal se agitaba considerablemente - ¡Hey, gato! - se puso a su altura - ¿Qué tienes? - Zoro sostuvo al tigre al notar como sus patas temblaban y casi se desfallecía - ¡Chopper! - llamó a su nakama - ¡Chopper!

- ¡¿Qué pasa, Zoro?! - se acercó el renito asustado, y más al ver el estado del tigre - ¡Inti! - el pequeño doctor se acercó asustado y empezó a examinar al animal.

-¡¿Qué tiene?! 

- No lo sé, es como si sus fuerzas se desvanecieran. ¡Oye, Inti! ¿Qué tienes? - se acercó a su rostro y se quedó en blanco al entender lo que el animal decía - "La están matando"

- ¡¿Qué?! ¡Oye, Inti, habla claro! - agarró su cabeza y la puso entre sus piernas.

- A (Tn)_______, están matando a (Tn)_______ - susurró el renito; no, no había explicación para que el gato dijera algo como eso, pero lo conocía tan bien que sabía que no haría tonterías como mentir.

- Inti - agarró su rostro - Inti, por qué crees eso - dijo mientras acariciaba con fuerza su panza.

- "La siento lejos" - tradujo Chopper.

- Ya, ya, ya - empezaba a exasperarse Zoro - ¿Puedes administrarle algo para que se sienta bien, Chopper? 

- ¡Sí! Le daré calmantes y lo dormiré para que no se desgaste.

- Bien - se dirigió al tigre - llamaré a Law, tenemos que apresurar este camino; ha pasado ya una semana, y no vamos ni la cuarta parte del camino.

- ¡Zoro, no creerás que...!

- No entenderé a ese gato, Chopper. Pero algo que sé, es que (Tn)______ es un tema serio para él.

Zoro se encaminó a la sala de control para tomar el Den Den Mushi, pero antes de tomarlo, suspiró pesadamente, pues el corazón le latía y dolía constantemente; claro que le creía al tigre, y eso era lo malo.

"Oye, (Tn)______ - dijo como si rezara - resiste por favor, sea lo que sea, resiste. No te atrevas a irte por favor."

Dejó que su corazón se calmara, se limpió las lágrimas y llamó a Torao.

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¡Holi! :3 ¿Qué creen que tenga nuestro minino? :c 

Gracias por leerme <3 no saben cuanto me animan :3 

Lost (Zororo Roronoa x Reader)Where stories live. Discover now