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『E9」

Jamie llevaba más de media hora en el sofa de la sala, con los pies sobre el resplado, los movia repertidas veces en un pequeño patrón. Miraba el techo tratando de encontrar respuestas a las preguntas más difíciles como, ¿Por qué todo junto se escribe separado y separado se escribe todo junto?
Esperaba que el destino le diera las soluciones, pero lo único que vio fue a su hermanita caminar hacia ella y tocar su nariz con su manita.

Soltó un suspiro largo y sonoro, llamando la atención de su madre; quien al verla en tal estado no dudó en preguntar.

-¿Y ahora?-

La mujer esperaba recibir una respuesta coherente, pero al parecer su hija no dejaría de suspirar en un buen rato.

-Si no te pasa nada, entonces no te quejes-

-Madre, estoy aburrida. ¿No puedes dejarme salir un rato en la moto de papá?-

Clara, como toda buena madre respondió a su desesperanzada hija. -¿Por qué estas aburrida?, siempre hay cosas que hacer por aquí. Seguramente encuentras alguna en qué entretenerte-
Típica frase maternal, la cual no le pareció ni un poco graciosa a la adolescente.

-¿Y si mejor te pones a ayudar a papá?, el restaurante debe estar lleno de comensales- Clara intentó no reir, pues ya sabia por donde iba esta conversación.

-No sé ni para qué me molesto en preguntar- se quejó al tiempo en que se sentaba de manera correcta en el sofá.

-Sabes que no puedo darte permiso para ello- dijo su madre tomando en brazos a Julieta.

-¿Por qué?- volvió su vista a la mayor. -¿Por qué aun estoy castigada?- Hasta ya habia perdido la cuenta después de 2 meses.

-No, no, no- corrigió al instante. -Bueno si, en parte eso y porque aun no tienes permiso ni edad para conducir-

Jamie se puso en pie al instante de manera tan repentina, que obligó a su madre a cuetionar. -¿Y ahora en qué estás pensando?-

La chica sonrio hacia su madre y esta se adelantó a decir. -Eres igual a tu padre y sus ideas repentinas-

-¿Qué tal si vamos a clases de manejo?- soltó por fin.

A decir verdad, Clara espera alguna otra cosa que involucrara peligro, conociendo a su hija mayor y a su esposo.

-No es mala idea, mija- admitió

-¡Genial!, me inscribiré para comenzar mañana mismo las clases- expresaba feliz yendo hacia la salida, hasta que las palabras de su madre detuvieron su andar.

-¿Y quién dijo que tu tomarías las clases?-

-¿Cómo?, pero...

-Las tomaré yo y asi podremos salir las tres juntas-

Pensándolo bien, el plan de Jamie no salió como se lo esperó.

-Será divertido- admitió la señora Lake-Núñez.

-No te imagino manejando una vespa, madre-

-Descuida, no será una vespa- agitó una mano en el aire en un gesto de despreocupación. -Será un auto-

Jamie y Julieta intercambiaron miradas confusas ante la disposición de su madre. -Iré por el casco de Papá- concluyó Jamie para ir a la habitación en busca del dichoso objeto.

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