Los Jinetes Del Apocalipsis.

Soy famoso1.2

—Ese grupo.— continuo All Might —estaba conformado por Yaoyorazu, Iida, Todoroki ,Kirishima y el joven Midoriya.— Hizo silencio.

—Ya sabemos lo que le paso a Midoriya, pero de los demás— Tsukauchi, miro a los demás con la mirada, preguntando si podía continuar, para recibir una afirmación.— La joven Yaoyorazu creo un dispositivo de rastreo, el cual se nos fue entrego, pero al parecer creo dos dispositivos, el de nosotros tenía tu ubicación exacta, pero el de ellos fue jaqueado para dirigirlos a otro lugar.

—Cuando todo se calmo, después de la aparición del grupo Los Jinetes, Tsuyu nos informo que ellos te habían ido a buscar, pero no sabíamos nada— Siguió Aizawa, quien tenía sus manos en el rostro ocultando su mirada.

—U.A. a mantenido ese secreto, nadie sabe que no han sido encontrados.— prosiguió Nezu— el joven Kirishima dejo su celular encendido, gracias a eso pudimos localizarlo y encontrar ciertas cosas en un almacén abandonado, una de ellas era ese celular, el dispositivo de rastreo, y..— Nezu lo pensó, trago la bilis que se asomaba por su garganta— Los restos del director del hospital general Kyudai Garaki, también conocido bajo el seudónimo de Durama Ujiko.

—Durama UjiKo?— Pregunto por fin Katsuki quien mantenía la mirada baja, los adultos lo miraron— El tipo con pico de pájaro, lo menciono, recibió una llamada y, no escuche bien, pero dijo algo como de encargate del Doc, Durama Ujiko, debe morir, después corto.

—Katsuki, necesitamos saber, que fue lo que paso, que te hicieron— Pregunto Aizawa con cierta preocupación en su voz.

—¿Hacerme?,¿De que demonios hablan.?— Los adultos solo lo miraron con cara de lastima, odiaba esa cara.

—Al parecer no lo has notado,- All Might sonrio amargamente, y froto sus manos— Mejor dinos, Joven Bakugou, que sucedio.

Katsuki solo suspiro, sabia que le iba a costar, y mucho.

—-Flashback.-—

Tenia un buen rato despierto, — Te unirás a nosotros— Talvez era la quinta vez que ese sujeto le preguntaba.

Miro como esa chica loca era atendida por el sujeto musculoso, al parecer le estaba quitando las vendas de un brazo, luego miro como esa niña aparecía.— Bakugou, Kat-Katsuki— Aquella niña lo miraba con pregunta en su rostro, miro como le rompían el otro brazo a la loca por querer tocar a la niña, para que luego ese sujeto con mascara de cuervo lo arreglara.— Eres ese,Bakugou Katsuki,— Escucho solo ruidos de los demás, esos ojos, aquella mirada llena de odio, de tristeza, de parte de aquellos ojos rojitos, con esa cara tierna, los demás desaparecieron de la habitación, el sujeto ojimiel y la infante se quedaron.

—Que mierda quieren?—miro como ese sujeto se encaminaba a una mesita donde tenía múltiples aparatos médicos, y una cajita de terciopelo negra.

—Permíteme presentarme, mi nombre es Chisaki Kay, —Dijo pinchando uno de los brazos de pelicenizo— y el de esta hermosa niña que esta aquí es Eri— Otro pinchazo en su otro brazo, estaba extrayendo su sangre mientras pinchaba una y otra vez sus brazos y piernas.  —Sabes por que estas aquí.

—No me interesa una mierda, cuando me suelte, te matare bastardo de mierda, hijo de —Sintió un pellizco en su pierda donde la niña lo miraba.

—Las malas palabras no son buenas— Aquella mirada triste que se le era dedicada, aquello ojos llenos de rabia y ternura, era la misma, la misma que ese bastardo pecoso le daba.

—Cuida ese vocabulario,— el ojimiel saco su teléfono y atendió una llamada.— Ya esta todo listo, bien. Encárgate del Doc, Durama Ojiko debe morir —Luego colgó y dirigió su vista al pelicenizo, quien lo miraba con odio. — La razón del porque estas aquí, es porque fuiste elegido para ser uno de nuestros conejillos de indias, pero a diferencia de lo otros a ti si te dejaremos libres— Tomo la pequeña caja de terciopelo, y la abrió mostrando seis contenedores, cada uno con líquidos brillantes —No tengas miedo, no te dolerá, solo será un pinchazo y estarás fuera de nuestros planes, Kurogiri necesito que te lleves a Eri — Una niebla aparecio a su lado, aquel sujeto vestido de barman apareció en de ese lugar, el ojimiel cargo su arma y apunto al pelicenizo.