—Tal vez he tenido demasiado whisky o tal vez estoy demasiado sola, pero quiero esto por esta noche y sin pensar en nada más.

Él sonrió y besó el interior de su mano sin apartar sus ojos de ella.

Le desabrochó los botones del corsé para quitárselo y cuando solo el vestido de algodón quedo separando sus manos de su cuerpo comenzó a desanudarse la corbata.

—Sin pensar en nada más —repitió y dejó que la corbata cayera de sus manos—. Esa es la parte importante ¿no?

—¿A ti no te molesta?

—No, al principio me sorprendió y reconoceré esta noche que también me asustó un poco —. Apartó sus manos de su ropa cuando Olivia comenzó a desabrocharle el chaleco—. Pero no es tan escandaloso como primos que se casan y tienen hijos, así que he dejado de darle importancia.

—Supongo que si lo dices así parece fácil.

—Es fácil, solo no pienses en eso —. Se quitó la camisa dejando su torso al descubierto y la tiró hacia el suelo—. Solo somos un hombre y una mujer consolándose mutuamente.

Olivia cerró los ojos y abrió los labios a la expectativa cuando sintió que él la besaría. Extendió sus manos sobre su vientre, trazando las líneas de sus abdominales y ascendió hacia los pectorales para alcanzar sus hombros. Jonathan la abrazó, eliminando cualquier distancia entre sus cuerpos y en cuanto sus labios se encontraron la besó como no se había atrevido a hacerlo esa mañana en altar.

Devoró su boca, arrancándole incluso un jadeó en el proceso y recorrió sus curvas con sus manos hasta llegar a sus caderas y poder estrujar sus nalgas y apretarla aún más contra su vientre.

Ella lo detuvo antes de que se quitara el pantalón y ante su mirada de confusión y asombro, comenzó a repartir besos por su mejilla y su cuello.

—No te apresures.

Él dejó caer ambas manos, olvidando su intención de quitarse la ropa y volvió a besarla, siguiendo su ritmo, lento y suave, pero pasional e intenso.

Cuando ella invirtió lugar y lo empujó gentilmente hacia la cama se dejó caer sentado y la miró como un guerrero miraría al ángel que llega para llevarlo hacia el cielo. Volvió a besarla cuando ella se acomodó sobre sus piernas y ascendió sus manos desde sus rodillas hacia los muslos, levantándole la camisa en el proceso.

Sus labios se pegaron como dos imanes y la lengua de ella se adentró en su boca y comenzó a provocarlo y excitarlo como nunca antes Jonathan lo había experimentado. No estaba acostumbrado a una mujer que tomara el control, normalmente ni siquiera las prostitutas lo guiaban a menos que fuera un virgen.

Ella se quitó la camisa y su cuerpo desnudo sobre el suyo lo deslumbró. Miró sus senos pequeños y suaves, adornados por esos botones rosados y no contuvo sus ganas de subir sus manos y tocarlos. Ella no lo detuvo y mientras él acariciaba sus senos y repartía besos sobre estos, comenzó a mover sus caderas contra el bulto entre sus piernas.

—¿Sí sabes que en mi cabeza lo que haces en estos momentos es extremadamente inapropiado ¿verdad? —. Olivia se rio y le levantó el rostro para besarlo—. Los...Los médicos dicen que estas cosas enloquecen a las mujeres.

—Los médicos son los locos, Jona.

—Pero estás...frotándote contra...Bueno, ya sabes.

—Y te gusta ¿verdad? —. Asintió, incapaz de mentir—. A mí también.

—¿No te sientes loca o...algo?

Negó y volvió a besarlo, empujándolo lentamente hacia atrás para que se acostara. La miró, desorientado cuando sus labios comenzaron a descender por su torso y aunque por un segundo pensó en detener cualquier barbaridad a punto de tomar lugar, su mente cambió por completo de idea cuando el calor se extendió por su columna hasta alcanzar su miembro erecto.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORWhere stories live. Discover now