Debería describirte un poema

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Él,
no sé si debería describirte un poema,
o escribirte entre estrofas lo bien que le sentaste a mi alma.
Aunque sería reabrir una herida,
recordar que eres el eslabón más pesado de esta cadena.
Te llevo atado al corazón,
enlazado a una canción.
Que tus ojos de mar y los míos de tierra
se juntaran siempre para tener la misma conversación
se salía de control.
En esos casos, no había elección.
Si nuestras manos no podían tocarse,
al menos que nuestras pupilas hicieran un intento
por acariciarse.

Él,
la madrugada siempre fue una buena compañera,
los rincones e incluso las escaleras
estaban cansadas de observarnos
librar la tercera guerra mundial, con nuestros labios.
Una vez, encontramos la manera de hacer el amor
con la respiración.
Iniciamos una revolución;
aunque nunca nos decidimos saltar a la parte
en la que combatían nuestros cuerpos,
tú y yo sabíamos conformarnos
con los besos.
No lo confesé,
sin embargo tenía miedo.
En esas cuestiones siempre he sido un inexperto.

Él,
tú tan excento de baja autoestima
y yo que al mirar mi reflejo,
quedaba envenenado de la inquina.
Pero no es el tema,
Al fin y al cabo
aquel era el menor de los problemas.
Hicimos de todo para poder querernos tras la cortina.
Sabes que eso no era para mí,
mas no pretendo olvidar esas escenas.

¿Quién diría que tendrían que pasar dos años
para escribir el prólogo de la novela?
Desearía,
que tuviera una secuela.

Y agradezco aquellos días,
créeme.
Aquellas tardes de charlas sin sentido,
pero agradables,
a pesar de que nuestras teorías del origen de la vida
fueran tan inexplicables.

Todo cambió,
puedo decir que nuestros corazones
eran demasiado adolescentes.
Ni tú tan malo, ni yo tan inocente;
que querernos en silencio,
que escaparnos a escondidas para vernos,
que tan solo entre miradas discretas, nos ardiera la piel
para mí fue más que suficiente, Él.

Pulsaciones Por RenglónWhere stories live. Discover now