Placer y tus brazos aspirando mis gemidos

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Aun me acuerdo,
esa horrible sensación que me asfixió al despertar.
Algo iba mal al pasar contigo cada noche,
jugueteando con mis zonas inacabadas,
contra mi voluntad.
¿Verdad?
Lo cierto es que me dejaba atrapar,
rozar tu boca de ensueño
era una de esas escenas que nunca debía terminar.
Aún recuerdo,
lo que era abrir los ojos y sentirse
en un mar de orgasmos fingidos.
Parecía que aquella versión de nosotros
pertenecía a la realidad.
Sin embargo al vernos, en clase, cada mañana
ni nos hablábamos,
ni nos mirábamos.
Fantaseo con la idea de que también me soñabas,
para que suene más bonito: "nos soñabamos".

Mi momento favorito,
era cuando aparecían tu y tus dedos,
tu cuerpo retozando entre mis manos,
tus besos destrozando cada regla
que implantaron en mi mente,
tus palabras derribando muros, construyendo puentes
para que no tuviera
que cruzar a nado un río repleto de pirañas,
ansiosas por devorar - sin avisar-
cualquier cosa que removiera las aguas.

Aún recuerdo despertar;
y que hubieras desaparecido,
me dejaba hundido, confundido.
Despertar y haberme fundido,
durante ocho horas, contigo
era mi momento fijo.

Sin embargo jamás dejé de escucharte
escupir palabras sin sentido.

<<Hombre y Mujer.
Punto,
se casan y tienen hijos>>

Lastimabas mis oídos,
pero cada noche a lo largo de seis meses fuiste mío,
de mi cama,
de mi piel,
de mi subconsciente excitado
con cada uno de tus sonidos.

<<Hombre y Hombre.
Placer
y tus brazos aspirando mis gemidos
al ritmo de mis latidos>>

Despertar y callar,
solo mis sábanas mojadas
tenían permitido ser testigos.

Pulsaciones Por RenglónWhere stories live. Discover now