Cómo ocultar un crimen

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—No fue tu culpa y nadie sabrá lo que pasó, ¿está bien? vamos a hacernos cargo —la abracé para que se calamara.

—Tengo que escapar, ahora más que nunca. No voy a regresar a mi casa.

Miré hacia mi derecha, porque percibí la presencia de Aaron. Dejé a Grecia donde estaba.

—¿Qué hacemos? ¿No hay un protocolo o algo así cuando pasan estas cosas? Igual que en Scielo1 —le pregunté.

—Sí, por supuesto que lo tenemos. O hacemos desaparecer los cuerpos o armamos un escenario. La gente del proyecto suele encargarse, pero tardarán en llegar desde Londres. Debemos hacer algo rápido, ya empiezan a apestar. Y sus padres los están buscando, llamarán a la policía, si es que no lo han hecho ya y será más complicado.

—¿Los hacemos desaparecer? Podemos dejar los cuerpos en el espacio inter dimensiones. —sugirió Liam.

—No es buena idea. Los buscarán, investigarán y nos veremos en problemas —contestó mi hermano.

—¿Entonces que sugieres genio? Haz un plan, rápido.

—Deben hallar los cuerpos, pero tiene que parecer un accidente —dijo Aaron.

—El night crawler les arrancó el corazón, los cuerpos deben estar demasiado deshechos para que no lo noten—le respondió Liam.

—¿El jaguar imaginario? —acotó Tiago.

—No parece el ataque de un jaguar —respondió Aaron—. No debe quedar demasiado de los cuerpos para que no noten el motivo de muerte. Así que a menos que podamos lograr que un jaguar se coma lo que resta, no será creíble.

—¿Tiburones? —consideré yo. Y gané la atención de los chicos—. Hacia el norte, por los arrecifes, suele haber tiburones. Si lanzamos los cuerpos ahí, es posible que se los coman, o al menos parezca que ellos los devoraron. Si tenemos suerte tardarán días en hallarlos y el agua ayudará a que se descompongan más rápido. —Expliqué, mientras sentía que no hablaba en serio, como si planeara la escena de una novela. Jamás en mis dos vidas me habría imaginado pensando cómo desaparecer dos cadáveres.

—¿Y cómo justificamos que acabaron allá?—me preguntó Aaron.

—Un accidente de auto. Estaban manejando ebrios y cayeron. Grecia iba con ellos, el mar la arrastró o los tiburones se la comieron por eso el cuerpo no aparece. Así la hacemos desaparecer a ella también.

—Ni Grecia ni los otros chicos tienen un auto —replicó mi hermano.

—¿Te lo robaron?

—¡¿Quieres tirar mi auto por un arrecife?! —se exaltó.

—Sí, ¡para hacer desparecer dos cadáveres y que no nos veamos involucrados!—le respondí—. De paso hacemos huir a Grecia. ¿La gente del proyecto la puede ayudar con eso? —le pregunté a Aaron.

—Sí, documentación falsa y pueden llevarla a la sede de Londres. Prometo que no experimentarán con ella ni nada... no más de lo normal. Lo hemos hecho antes, para ocultar estos temas.

—Entonces es perfecto. Hacemos parecer que conducían ebrios y lanzamos el auto. Solo debemos pensar en cómo explicar que te lo robaron— le dije a mi hermano—. ¿Te noquearon y despertaste recién?

—No.—Se puso serio.

—Tiago, el seguro va a pagar por el auto y papá te comprará otro. No te golpearemos muy fuerte, lo suficiente para que se crean que te noquearon.

—No hablo del auto, ¡y nadie va a golpearme! decir que me lo robaron es muy rebuscado. Haremos parecer que yo conducía —determinó.

—¿Y fuiste el único sobreviviente? Eso es menos creíble —le reclamó Liam.

TransalternaWhere stories live. Discover now