Capitulo 5

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—¡Por fin aceptó, Emma! Ahora sólo falta que llegue a Munich, después veremos

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—¡Por fin aceptó, Emma! Ahora sólo falta que llegue a Munich, después veremos. —escuché a Leon hablar en la sala de la casa.

—Tranquilo hijo, Emily será tu esposa muy pronto y toda esta pesadilla habrá terminado para todos.—contestó mi madre.

Los dos hablan sin darse cuenta de mi presencia, yo estoy bajando las escaleras para desayunar, siento mucha curiosidad sobre qué es lo que siempre están hablando. Cada vez que los encuentro solos ellos disimulan, pero no soy tonta, estoy segura de que me ocultan algo.

—Espero que tengas razón Emma, yo necesito que todo esto acabe pronto, estoy harto de vivir alejado de ella como si fuésemos dos extraños, es muy frustrante. —la voz de mi novio suena como si estuviera muy irritado, no tenía idea de que se sentía así.

—Ten paciencia porque algo me dice que ese viaje les servirá de mucho para volver a compenetrarse. Sólo ten mucho cuidado de la gente que verá allá ¿Me entiendes? —la advertencia de mamá detonó algo dentro de mí y me pregunto ¿A quién o quiénes yo no debería ver en Munich? Se supone que yo no conozco a nadie allá.

—Por eso no te preocupes, todo está perfectamente arreglado, Emily no verá a nadie que pueda arruinar su progreso. —sentí mi corazón latir frenéticamente al escuchar las palabras de Leon.

Un frío helado recorre todo mi cuerpo y sentí que podía perder el equilibrio en cualquier momento, tuve que aferrarme a la baranda de la escalera para no caer.

No entiendo de qué están hablando mi madre y Leon, qué es lo que está pasando, por qué no debo ver a nadie.

Por estar perdida en mis pensamientos y en las preguntas que me vienen a la cabeza, no me di cuenta de que la mucama me vio parada en la escalera.

—¡Señorita Emily! ¿Se encuentra bien? Está pálida. —su exclamación llamó la atención de mi madre y mi novio, que aparecieron corriendo con expresión de nerviosismo y algo más, tal vez temor de que lo que yo podría haber escuchado.

—¿Mi cielo, estás bien? ¿Qué sucedió? —mi madre se acercó a mí y tomó mis manos, la observo detenidamente sin poder emitir ningún sonido. —¡Por Dios cariño, estás helada y pálida! —volvió a exclamar mamá asustada.

—Emily, ven aquí te llevaré a tu habitación para que descanses —Leon me tomó en sus brazos y me llevó a mi habitación, mi madre nos acompaña y entre los dos me ayudan a sentarme.

—¿Qué sucedió amor? —preguntó Leon tomando mis manos heladas.

—No lo sé, yo estaba bajando las escaleras y sentí una sensación muy extraña, el cuerpo se me congeló. —mentí.

En ése instante, volvió a aparecer la joven mucama que fue mi delatora, aunque no la culpo de nada, más bien le agradezco mucho su preocupación. Trae en sus manos una taza de té humeante, estoy segura de que es la bebida caliente que mi madre siempre prepara para mí.

Mi vida en tu mirada - Vol. 2- YA EN FISICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora