One-shots de los chicos y chicas de Maze Runner
Los personajes no son míos, le pertenecen a James Dashner, en cambio las historias si son de mi propiedad.
(LOS PERSONAJES DE ESTA HISTORIA SON MAYORES DE 18 AÑOS)
¡Recuerden que todo es ficción!, Si t...
Espero te guste❤️ (Gifs solicitados para esta historia) ______________________________
~Narra Ana~
Llevo 4 meses de relación con el encargado de los corredores; Minho.
El es un amor de persona. Es amable, simpático y cariñoso. ¿Qué más puedo pedir ?. Estando con él, jamás puedo aburrirme. Cada día es una aventura.
Me fascina estar con Minho y lo que más espero del día es el anochecer, pues es cuando tenemos nuestro tiempo a solas. Podemos platicar durante toda la noche sin cansarnos y sin que se acaben los temas de conversación.
Cuando estamos en nuestro momento, le gusta recostarse en mi pecho mientras sus fuertes brazos me abrazan de la cintura.
Nuestro tema de conversación que más nos facina a los dos, es cuando el me pidió ser su novia.
~FLASHBACK~
Estaba dormida tan pacíficamente cuando la puerta de mi cabaña se abrió de golpe.
—¡ANA!— grito Minho
Me levanté asustada. Él corrió y se subió a mi cama de un brincó. —¡Me nombraron encargado de los corredores! —beso mi mejilla para después salir corriendo de mi cabaña mientras gritaba y festejaba.
Me quedé aturdida. Parpadeé varias veces —¡Maldito chino!
—¡Soy coreano!— eso me sorprendió. Pensé que ya estaba lejos.
Me cambié y salí de mi cabaña. Desayuné rápido para poder despedir a los corredores y al nuevo encargado.
Cuando Minho me vio, sonrió. Yo desvió la miraba. Era inevitable ponerme nerviosa.
Llegue al lado de Newt — Cuídense mucho chicos —los despedí
Todos entraron pero Minho se quedó observándome. Lo mire tratando de adivinar en qué pensaba, y porque no había entrado al laberinto con los demás. Se acerco a mí, volvió a sonreír y me besó.
Hace mucho que esperaba este momento, así que lo tome de la nunca y le seguí el beso.
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Al separarnos, tomó mis manos y dejó en beso en cada una. —Ana, ¿serías novia?
No pude evitar soltar una risita — por supuesto que si.
Minho empezó a saltar de la emoción. Me volvío a besar para después adentrarse en el laberinto.
Sonreí embobada mientras lo veía alejarse.
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