El tipo de traje.

Capitulo 1: Despedido.

Me miraron al entrar a la sala.

Había llegado unos 25 minutos tarde y mi superior no estaba muy contento que digamos, me esperaba en la sala de reuniones para "Hablar sobre mi desarrollo" .

-Lenz, llega algo tarde...- Decía el robusto hombre sentado en la punta de la mesa larga y ancha donde sus súbditos cómo yo nos sentábamos a escuchar sobre valores que muchas veces no entendíamos y movíamos la cabeza en modo de afirmación vociferando un "Sí, Jefe" genérico y de serie. -Tome asiento por favor- Indicó haciendo un gesto hacia la silla a unos 3 metros de él.

A mis costados estaban los imbéciles de siempre, Allen Marshall y Martin Rivera, los dos con unos nervios que me lo contagiaron en segundos... Mí duda se aclaró cuando escucho la ronca voz del ejecutivo, que más que ejecutivo en ese momento era el mismísimo Adolf Hitler.

-Estamos en crisis, la familia RedWood se encuentra en crisis, económica ya saben- Esa comparación con nosotros y la empresa como que si fuésemos familia, me hizo imaginar como un Padre hecha a su propio hijo a la calle, ya me venía venir el resto.­-Y bueno, debemos sacar temporalmente a algunas personas de esta gran familia que es RedWood y Asociados.

Siempre fui algo vago, al igual que los otros dos pobres diablos sentados al lado mío, pero no creí que me fueran a mentir al momento de despedirme "Estamos en crisis" Crisis, claro, la crisis de la familia RedWood no puede sostener a 3 vagos pero si tu Rolex, tus zapatos Gucci edición de verano, y tu BMW estacionado en el sector vip del estacionamiento que contaba con un asistente que abría las puertas de todos los forrados que llegaban ahí. -Quería comunicarles a ustedes, estimados, que prescindimos de sus servicios.- En la cara de Allen y Martin se le notaron ojos agrietados a punto de romperse en un mar de llantos.

Apreté los dientes con fuerza, el impulso de ira me estaba tomando por completo y quería destruir toda la sala de juntas con los presentes incluidos, pero me limite a tomar aire hondo y exhalar.

-Dispondrán de unos 15 minutos para desalojar sus cubículos, nos hemos molestado de parte de administración y les dejaremos estas cajas bastantes espaciosas para que puedan llevarse sus cosas con más facilidad.-

"No te hubieses molestado, hijo de puta" pensé un momento, pero la indignación se me fue al instante, si seguía haciendo del vago en la empresa ya me lo veía venir, y, acá estoy juntando las pocas cosas que tenía sobre la mesa ya que no era casado no tenía fotos de nada y de nadie en la mesa. Mi gafete, con mi foto y mis datos "Sebastian Lenz, contador, sector 2" el logo de RedWood y Asociados más un plastificado muy pobre que ni parecía plastificado y un prendedor para enganchártelo en la camisa o lo que sea que uses.

Me había mudado desde Alemania a Estados Unidos, Utah y para ser más exactos a Millard Country, municipio no muy grande ni muy chico, un buen lugar para vivir... Salí del edificio localizado en el centro de la ciudad y me dirigí a mi casa.

Pasaron unos 20 minutos hasta llegar a mi casa mientras escuchaba Blakfish, el día estaba confuso ya en sí, tenía variopintas dudas sobre mi despido y sus motivos ¿Me habían despedido por ser lo más suelto posible? ¿Me habían despedido en serio por recortes económicos? ¿O solo era una excusa? Rebotaban las preguntas en mí cabeza y sin ninguna respuesta me acompañaron camino a casa desde me había bajado. Mí traje se mantenía limpio siempre... Siempre que lo llevara a la tintorería por supuesto, ahora sin dinero casi con tan solo un poco que me sobró del salario anterior, iba a ser difícil aguantar hasta que me den la indemnización correspondiente por el despido.

A llegar a la puerta veo muchísimas boletas amontonadas, había pasado un mes sin llegar ni una y hoy, justo hoy aparecen todas juntas. Al parecer hoy las finanzas están en mí contra.

Entré y el silencio reinaba en la casa, con la corbata floja y el saco del ambo sobre la caja donde tenía las pocas cosas de mí cubículo. Al encender la luz del living caí rendido en el sillón donde habré dormido unos 30 minutos y hubiesen sido largas horas, pero un estallo sonó y retumbó por toda la casa, levantandome de inmediato.