Villainous - Imperator

19

La mansión de Black hat logró una cierta rutina tras largos meses de convivencia. Las versiones de ambos universos asimilaron la presencia de sus contrarios hasta ser parte de su día a día. Por supuesto, esta "familiaridad" moría de puertas para afuera, puesto que los villanos en su universo todavía tenían que mantener un negocio y una imagen. Al mantenimiento típico del lugar, el negocio y la organización, se le sumó la búsqueda de, como había dicho Demencia en alguna ocasión, "el plan para no morir". "El plan para no morir" constaba de dos fases: ocultación y destrucción, una forma para no ser descubiertos antes de lo previsto y una forma para acabar con el dictador loco.

¿En quién cayó toda esa carga?

—En mí. — refunfuñó Flug sobre su mesa de diseño. — Siempre me cargan a mí con todo lo molesto. Como si no tuviera suficiente trabajo.

—No te quejes tanto, al menos tú puedes salir. — le contestó Slug desde la otra punta del laboratorio.

Una de las formas en la que los héroes habían colaborado con los villanos era en no dejarse ver demasiado a menudo fuera de la residencia. 6.0.6. era lo suficiente distinto a su homologo como para ser reconocido pero irónicamente prefería quedarse durmiendo o jugando con el oso azulado, Decencia tan solo tenía permitido salir por los terrenos y las inmediaciones por si algún individuo la tomaba por Demencia y quería venganza o simple pelea, White hat era el que había recibido las mayores restricciones, estaba confinado dentro de la mansión sin excepciones. Slug había sido el más "suertudo" de los héroes, un cambio de ropa valía para parecerse al Doctor Flug y salir a hacer recados menores.

—Ven a echar un vistazo, el regulador está ajustado.

Flug se levantó con fastidio y llevó para observar la maquina con apariencia de árbol, una forma fruto del diseño de Slug. El científico malvado había observado que si bien sus creaciones eran mucho más sencillas y robóticas, las de Slug trataban de mantener una apariencia natural; fauna y flora de todo tipo dándole un estilo steampunk que a Flug no le desagradaba y reconocía cierto sentido irónico. La máquina-árbol frente a él era una muestra. Su función era sencilla pero esencial, servía para enmascarar parte de la energía de los Hats presentes en ese universo. Si lo que atraía al dictador era el poder Hat, que de pronto hubieran dos por el precio de uno solo adelantaría su fin, y ocultarse por completo también resultaría sospechoso, la decisión final fue el punto medio. El tronco del árbol mecánico de hierro, cobre y oro acogía un núcleo ancestral recolectado por los hermanos Hat que cumpliría la función mientras que las "ramas" de la máquina de esmeralda amplificarían al máximo su alcance.

—Con esto ya terminaríamos una cosa menos de la que preocuparnos —Asintió Flug satisfecho con el resultado— por ahora.

—¿Alguna idea de como parar al conquistador de mundos?

—Demasiadas ideas pero si no sé a que nos enfrentamos es difícil avanzar. Sabemos que poderoso, que tiene recursos infinitos y que quiere el poder de cada Hat del multiverso.

—Y White no ha encontrado nada en ninguna mitología de ningún ser semejante. Así que, sin precedentes, nos enfrentamos a una fuerza imparable.

Flug rió desplomándose sobre la silla más cercana con la cabeza gacha y los brazos flácidos. Slug se cruzó de brazos todavía de pie mirando fijamente el árbol.

—¿Cómo vamos a hacerlo, Slug? Esto es un sin sentido. Black hat y White hat podrían contra él sin problemas; dos contra uno. — Los cristales de Flug brillaron suavemente con malicia—Quizás mi jefecito podría llegar a un acuerdo beneficioso para ambos.

—Imagino las negociaciones. — fantaseó Slug con burla— El cadáver de tu jefe sobre la mesa y el dictador observando las vistas de su nuevo mundo conquistado. No creo que sea aficionado a la charla, Flug.

—¡Yo hablo el idioma de los puños! Jaiyá. — Demencia invadió la escena cayendo desde ¿el techo?. Sus siseos característico se entremezclo con su gritos y movimientos de karate mal.

—¡DEMENCIA! — gritó Flug yendo hacia ella. — Que te tengo dicho de meterte en mi laboratorio, podrías romper algo o romperme a mí. Maldita loca, pejelagartija.

Mientras los villanos montaban un caos, Slug no pudo evitar sentirse el único adulto con más de una neurona funcional. Negó con la cabeza, replanteándose todas y cada una de sus decisiones vitales hasta que vio a Decencia entrar agobiada al laboratorio. Sonrió. Había decisiones que tomaría con gusto una y mil veces, sin pensarlas, y adoptar a esa niña había sido una de ellas.

—¡Lo siento! — se excuso la muchacha azucarada. — Estábamos con 6.0.6 y 5.0.5. y de pronto, la perdí de vista y se esfumó. — se detuvo y alterada trató de volver a su postura mecánica. Enfocó su atención en el árbol mecanizado y su núcleo antinatural.

—Eso nos mantendrá en un ligar discreto a la mirada de indeseables. Puedes estar tranquila. — trato de relajar Slug.

—Se ve realmente hermoso.

Slug asintió calmado, por muy traumática que fuese aquella situación, Decencia había dado pasos gigantes en un recuperación. Quizás la locura estaba siendo una influencia positiva en la joven, por ahora. Slug también llevaba días reparando en el suave maquillaje que Decencia llevaba puesto. Estaba orgulloso pero jamás se le ocurriría mencionarlo en voz alta, había testado esta opción en el pasado y el resultado había sido contraproducente. Ante el alago o señalamiento masculino, Decencia se desmotiva y encierra en si misma, retrocediendo en su aprendizaje.

—Pues tu madre te abortó en esa bolsa sucia que llevas. — dijo Demencia a un Flug que echaba humo.

—No digas sandeces. Si alguno de los dos tiene mala madre eres tú, la tuya se acostó con una iguana cuando tomaba el sol.

—Hablas demasiado, nerd. Intentas compensar tu pito corto.

—¡DEMENCIA!

Literalmente los héroes empezaban a ver la cuenta a tras para que Flug explotase de rabia, para cuando Flug sacó su pistola laser, Slug y Decencia habían huido lejos de la escena.

La jornada laboral podía darse por terminada.

Ha pasado realmente mucho tiempo desde la última vez que escribí. Espero que la espera valga la pena y no estar tan ausente. No sentía la capacidad para continuar escribiendo y he tenido varias tardes de releerme todo el material para ponerme al día, recordar y poder retomar esta historia. 

Espero que todos estéis bien y gracias por vuestra paciencia.