—Ya les dije que no fue por ustedes, no tuve opción.

—Siempre tuviste la opción de contar con tu familia, pero estabas tan concentrado en eludir responsabilidades que solo buscaste la primera salida fácil. Ahora ya no. Hablaré con el personal del hospital para que te lleven a Scielo2, ahí hay una clínica mejor que esta y está más cerca de casa.

—No me encontraste ni hace veinte minutos y ya estás controlando mi vida de nuevo —mi padre sonaba realmente frustrado.

—Sí, perdóname por preocuparme por ti y buscar lo mejor para mi familia. Voy a dejarte descansar, tienes muchas explicaciones que darle a tu hija. Estaré en contacto —fue lo último que dijo el señor Cohen antes de salir de la habitación.

—¡Vamos pasarla muy bien juntas Sophie! —Sara me dio un sonoro beso en la mejilla y acompañó a su padre.

Permanecí incrédula por lo que acaba de suceder. Esperé que papá dijera algo. En lugar de eso se puso los auriculares y volvió a encender su computadora.

—¡Papá! —exclamé indignada, cerrándole la laptop.

—¿Qué?

—¿Cómo que qué? Tu familia acaba de aparecer. ¿Y no vas a decirme nada?

—Qué quieres que te diga. Ahora no voy a sacármelos de encima. Mi padre es un fastidio, Sara también. Pero me alegra ver que estén bien. Tendremos que ver la forma de cambiarnos el apellido nuevamente y escapar en cuanto pueda salir de aquí.

—No, papá, no vamos a huir de nuevo.

—Sophie si ellos nos encontraron, tu otro abuelo lo hará también.

—¿Y qué? Que lo haga. Ya no soy una niña a la que puede secuestrar y matar. Las cosas han cambiado. Y olvídalo a él. ¿No te alegra ver a tu familia? ¿De verdad tu padre es tan horrible? —quise empatizar con él. Si hablábamos de padres conflictivos, yo era experta.

—Mi relación con él es complicada. ¿Recuerdas lo de cumplir expectativas? Él me crió destinado a manejar su empresa, jamás le importó si yo quería o no. De todas formas no me fui por eso. Tú ya sabes el motivo. Ocultarme tras sus piernas no era una opción. Iban a hacerles daño a ellos también. Mi padre piensa que su dinero y posición social lo hacen intocable y no es así. Me fui por la seguridad de ellos.

—Entonces no quieres alejarte de ellos. No los alejes por mi papá. Acabo de perder a mi otra familia y es horrible. Imagino lo duro que fue para ti dejarlos, o ellos. Por tantos años no sabían nada de ti. No sé, piénsalo. —Le di un beso en la frente y me fui. Quería que descansara.

Ian me esperaba en la puerta.

—¿Escuchaste algo de lo que pasó?

—Todos en la sala de espera y el personal médico se enteró—me respondió—. Así que al final el señor Cohen no era un viejo pervertido que quería algo contigo.

—No, parece que no. ¿Sabes algo sobre él?

—Sé mucho sobre él. Tiene una empresa de desarrollo de software en Scielo2: "Galata". 3IE está intentando comprarla o asociarla. Desarrollaron una inteligencia artificial tras la cual están desde hace tiempo. Nunca pudieron imitarla. Pero tu señor abuelo le tiene algún odio visceral a mi padre y su compañía, se ha negado a cualquier negocio con ellos por años.

"Galata", por supuesto sabía de ella. Los últimos años esa empresa había estado en boca de todos. Creaba programas alternativos a los de 3IE, mejor funcionamiento, más accesibles. Jamás hubiese imaginado que el dueño era mi abuelo.

—Genial, lo único que me faltaba, ahora somos hijos de empresarios rivales.

—No, sabes que yo no tengo nada que ver con 3IE. Eso es cosa de los hijos del calendario.

TransalternaWhere stories live. Discover now