Busquemos Una Salida Juntos

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Noté como en la habitación apareció otra persona. Los vampiros se quedaron más callados de lo que ya estaban. Sentí sus miradas en mi espalda, pero decidí ignorarla.

Juliet...— oí la voz preocupada de Alex en mi mente.

—Sssshhh, no me digas nada ahora.— susurré y clave mi mirada en el suelo.

—¿Dónde estoy?— exigió saber una voz femenina. Me di la vuelta lentamente y vi a la chica rubia delante de mi. Sus ojos castaños pasaron del cuerpo de Scott a mi.
—Juliet... ¿Tu me llamaste?— levantó una de sus cejas y empezó a esperar una respuesta.

—Si, fui yo. Estas en mi castillo. Tienes que curar a Scott, le mordió algo y esta en un peligro mortal.— le explique y señale hacia la cama en la que estaba Scott sudando.

Con las manos se cubrió la boca para evitar dar un grito y con unos pasos elegantes se acercó al cuerpo débil de Scott. Se arrodilló en el suelo y empezó a acariciarle la frente con cariño.

—Se lo dio un Devora Almas...— empezó a pensar en voz alta Melody.

—¿Puedes salvarle?— quiso saber Dante, clavando su mirada desconfiada en ella.

—Creo... Que si, espero que no sea demasiado tarde. El veneno de los Devora Almas se extiende rápido por el cuerpo.— bajo la mirada triste, pero en seguida la volvió a poner en Scott.

—¿Qué necesitas para curarle?— preguntó nervioso Max. Era una de las pocas veces que le veía así.

—Su sangre y la mía, necesito mezclarlas.— respondió y con su mirada empezó a buscar algo con lo que poder hacerse un corte. Dante sacó de su cinturón una pequeña daga y se la dió. Melody tragó saliva y con la mano temblorosa cogió la daga. Por la parte en la que se encontraba la herida le hizo un corte que en seguida empezó a sangrar. Luego ella misma se hizo un corte en la palma izquierda y nada más salir sangre de ella, la acercó al corte de Scott.

Me era imposible apartar la mirada de ahí. En cambio Dante y Max retrocedieron unos pasos para darle espacio a Melody. El ángel se centraba en lo que estaba haciendo, observaba cada pequeño movimiento de Scott, analizandole con miedo de que fallase en lo que estaba haciendo.

—¿Y si les dejamos a solas? Creo que Scott está en buenas manos.— le susurré a Dante al oído, este asintió con la cabeza y empezó a tirar del antebrazo de Max para sacarlo de ahí. Max parecía estar encantado con esa imagen, ya que a él le encantaban las situaciones románticas.

Max le miró incomprendido, pero al final nos siguió. Melody me dedico una débil sonrisa de agradecimiento y luego le volvió a poner su atención en el vampiro rubio.

****

—Necesito que me escuches.— pidió Alex en mi mente.

Di un suspiro, crucé los brazos y empecé a esperar a que siguiese con lovque quería decir.

—Chicos, podríais cuidar o guardar la Rosa un momento. Alex y yo tenemos que hablar.— interrumpí la conversación que habían empezado a tener Dante y Max entre si. 

—Claro, no hay problema, os dejaremos a solas.— me guiňó el ojo Max quien se acercó para coger la Rosa, pero Dante fue un poco más rápido y fue él quien me la quitó de las manos. 

 —Lo siento, pero capaz te veo de pedir un deseo a lo loco y no voy a permitir que pongas en peligro a mi hermana.— gruňó Dante como si fuese un animal. Max levantó una de sus cejas sintiéndose un poco ofendido, pero aún así decidió tomarselo todo como una broma.

—¿Y qué iba a pedir? Es imposible que sea más sexy de lo que ya soy.— sonrió dejando que su personalidad volviese a llenarse del ego que siempre tuvo. 

Just My Destiny (Libro 3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora