Paraíso de Flores Amatistas Part.1

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[Quince años antes de la fecha actual.]

[Nueve años antes de las 12:40 AM.]

Porque el Paraíso de Flores Amatistas lo crean dos personas.















Las nubes incoloras lloraban en la bella tarde resplandeciente, acariciando las verdes hojas de los árboles y abrazando la cera solitaria. Una mano rubí escapo del techo que impedía que las gotas lo tocarán descaradamente, un pequeño lago se formó en su palma comenzando a resbalar por los lados como pequeñas cascadas cristalinas, bajo su mano y suspiro cansado con ojeras que decoraban su rostro, bostezos que delataban su sueño y dolores que exigían un descanso. -Vaya, vaya, según el pronóstico del tiempo hoy haría calor. - Perú alzó la mirada con sorpresa al vocablo una voz de la nada, allí lo vio, un país primermundista y conocido por muchos, por todos en realidad, proveniente de una familia extremadamente Rica y de buena imagen, famosos y respetados por su grandeza. -Bueno, hubo lluvias peores. - hablo el que tenía una constelación en su bandera, con un tono dulce y bastante amigable, lejos de como solían describirlo. El peruano solo se le quedó mirando desconcertado mientras el mayor abría su paraguas carbón brillante, a pesar de ser algo simple se le veía bastante elegante. -Para mí si es una fuerte lluvia, en Lima no suele llover de esta manera. - vocablo Perú finalmente, surfeando la vista por los rincones de la calle donde paseaban unas pocas personas. - ¿Lima? -

-Sí, es mi capital. Allí vivo, paso la mayor parte del tiempo en aquel lugar y bueno, de vez en cuando voy a visitar las provincias.

- No tienes paraguas, ¿verdad? - Dijo al notar las manos vacías del peruano y como sus ojos buscaban una solución en las calles de Nueva York, dio una pequeña sonrisa bastante cálida y serena entregándole su paraguas carbón a aquel país latinoamericano. - ¿Eh?, no, no, gracias. Te mojaras tú. - USA río ante sus palabras, Perú notaba que hasta ello se le hacía bastante tranquilo como si el estadounidense soltara un aura de paz pura, como si su alma fuera el mismo paraíso donde cualquier persona quisiera quedarse a olvidar sus problemas y solo ser feliz en medio de la serenidad, realmente no se parecía a aquel chico engreído y con un muy alto ego fastidioso que todo el mundo solía hablar, tenía una mala fama en personalidad ¿porque? -Tranquilo, iré a un bar cerca de acá a pasar el rato y luego mi limusina vendrá a recogerme, tengo que alistarme para una cita. Tu hotel debe estar algo lejos así que es mejor que no te enfermes, tomando en cuenta que mañana tenemos una reunión con la ONU. - Cierto, por ello estaba en territorio norteamericano, todos los países suelen venir a quedarse en la ciudad de Nueva York días antes de la reunión acordada, sobre todo si su territorio está lejos, pues la buena puntualidad no sólo evitaba un regaño daba una buena vista de tu imagen y ello era extremadamente importante. Aunque claro, no siempre solían tener reuniones en la Sede de los Estados Unidos, la reunión en distintas Sedes varía, a veces en Austria, Suiza o Kenia. Suertudos. -No quiero molestarte con esto, pero realmente agradezco tu hospitalidad. - Negación, ¿siempre tenía que ser así? USA tomó su mano y la hizo agarrar el paraguas, así de fácil era aceptar una ayuda, se despidió al instante alzando la mano ligeramente y moviendo la de un lado a otro. Hecho a andar sin más luego de cubrir su rostro con una mascarilla que ocultaba su identidad, venga, era un país y claramente no podía andar sin unas gafas y un tapa bocas que lo dejaran en anónimo, hasta Perú los traía puestos, así evitarían el fastidio de la muchedumbre y reporteros.

- ¡Te vas a resfriar!

- ¡Andar así se siente ser libre, ¿sabes?, un día deberías intentarlo!

Perú suspiro dejando que aquel chico con astros albugíneos se valla caminando entre la descarada lluvia que acariciaba cada parte de su anatomía, miro unos segundos el paraguas carbón hasta que un tenue sonrisa decoro su rostro rubí con nieve blanquecina como la de Navidad, lo abrió protegiéndolo de la lluvia que también exigía tocarlo con manos de seda y camino con la misma serenidad que emprendía el estadounidense con cada una de sus palabras delatadoras, que por la envidia del mundo fue modificada entre oídos hasta darle un sonido amargo y poco agraciado, tan falsos como las sonrisas de las revistas. La noche no tardo en llegar, decorando las calles con faros resplandecientes y carteles luminoso, llamativos y entretenidos, la magia que solo sabía dar la gran ciudad de Nueva York. Perú salió de su hotel, con una manga larga negra con cuello alto, unos pantalones melocotones, zapatos de charol brillante y un saco largo marrón claro, mientras que una mascarilla cubría la belleza de sus franjas y dejaba en anónimo el país de las riquezas. Espero en una esquina con la mirada un poco baja, vagabundeando entre los mundos que existía entre su cabeza, mundos futuros o imposibles, mundo donde podía vivir como toda una persona normal, mundos donde podía nacer entre los brazos de una madre y la enseñanza de un padre, mundos donde crecía con el paso del tiempo, donde aprendía en una escuela y donde no tenía que ocultarse para ser hostigado, mundos donde tenía un límite de tiempo de vida, mundos con los que solo podía soñar gracias a ser un País. Un tacto cálido tapo sus ojos caramelos, Perú sonrió como ángel encantado y con la bendición de Afrodita en su vida, volteo viendo la misma galaxia en su al frente, deleitándose con cada astro brillante y encantador. -Entonces, aquí estamos. - Vocablo Perú divertido, el chico a su al frente sonrió como lo aria Hestia, le dio un dulce beso en su frente logrando un rubor en sus mejillas. -Sí, aquí estamos. - Dijo USA.

-Entonces, ¿qué planes tienes para esta cita?, ¿La típica cena romántica, un paseo en un carruaje con flores o una serenata con todas las personas bailando extremadamente coordinadas en medio de la calle como las películas de Disney?

-Oh no, acabas de arruinarme la noche. ¿En serio fue tan obvio?.- USA le siguió el juego, riendo un poco junto a aquel tricolor con ojos caramelo que mostraba una vida con la mirada, como una biblioteca con los cuentos mas fantásticos, lleno de libros de fantasía, amor, universos tan maravillosos que no era necesario ser un niño para sentirte un soñador entre las letras que describían una vida entre los campos o palacios, entre caballos o dragones fantásticos, entre el mar o la guerra, cumpliendo papeles como un pirata o un príncipe. Ambos comenzaron a caminar juntos entre la noche de una calle que hicieron "su" calle gracias a la peculiar forma que tenían de ver el mundo que los rodeara, como si no hubiera nadie más en las avenidas más que ellos dos, creando su mundo de poco a poco entre palabras, carcajadas, bromas y rubores, viviendo como si fueran personas normales haciendo su sueño realidad al lado de la persona que conquisto su corazón con honestidad, como si fueran dos adolescentes con su primer amor vivían para buscar la harmonía en un mundo de política, querido lector, no tengo idea que palabras más poner para describir aquel amor tan fantástico que se tenían ambos países, un amor incomparable con algún otro, un amor que bailaba la misma pieza que sus vidas entonaban. Dos almas inocentes que encontraron a quien solo veían en fantasías, con una vida que solo ocurría en sueños y sentimientos que solo encontraban en libros, con un aura Rubí que se mesclaba con la Zafiro formando un hermoso color amatista.

-Bien, bien, tengo otra pregunta. Tienes una guerra contra Canadá y México, ¿Ah quien destruyes? - Dijo el peruano con una gran sonrisa caminando entre rincones con poca luminiscencia y que tan solo se podía escuchar las palabras de ambos.

-Eso, es una pregunta bastante extraña a mi parecer. Pero obvio que a los dos, soy el mejor y ellos no me ganarían en una guerra. -Dijo orgulloso de sí mismo, con una mano en el pecho para verse a un más seguro de su respuesta. - Bien, ahora es mi turno, ¿Dónde crees que estarías si fueras una persona común y corriente? - Perú se quedó pensando, una vida siendo alguien normal, una vida sin tener que ser estrictamente de una forma única, una vida sin que cada palabra o cosa que haga podría dar una mala imagen a todo un territorio con 32,51 millones de personas. -Tal vez en mi casa, echado en la cama mientras como la misma comida de ayer y busco un buen canal en la televisión, sin preocuparme por razones de política, corrupción y por restaurar una buena relación con mis provincias, por lo único que me preocuparía seria por no tener plata y porque el día siguiente ya me cortaran la luz.- Perú soltó unas carcajadas por su mundo soñado, no era que le disgustaba ser un país, estaba orgulloso de ello, de pertenecer y ser una tierra hermosa con maravillas únicas, pero a veces simplemente también quería tener una vida normal donde por su única gran preocupación seria que todo subía de precio y no le alcanzaba el dinero para su comida. Sus pensamientos nuevamente se disolvieron con gotas descaradas acariciando su cuerpo. -Vaya, vaya, el pronóstico del tiempo realmente me a decepcionado el día de hoy. - Dijo USA dejando que la lluvia moje la palma de su mano. -No traes paraguas, ¿verdad? - Hablo Perú con una sonrisa, el estadounidense rio y tomo la mano del peruano con la delicadeza de la cera y siguieron caminando como si nada, dejando que los llantos de las nubes los comenzaran a bañar. -Andar así se siente ser libre, vamos, inténtalo. -

La radio de una tienda cercana comenzó a sonar "Ciudad de las luces", ambos países parecían caminar al ritmo de la canción mojándose entre ellos con los charcos que se formaban en las incoloras ceras, riendo a carcajadas y jugando como dos niños pequeños entre el agua que pintaba las bellas calles de Nueva York, empapándose entre la lluvia sin importarle nada más que su pequeño mundo Amatista que apenas nacía. Un mundo que se embelleció mas cuando por primera vez aquel chico de constelaciones albugíneas fue capaz de chocar sus labios con los del peruano, aquellos labios perlinos tan dulces como los caramelos y tan suaves como el algodón, labios hipnotizadores y adictivos como la droga más hermosa que muy pocas personas tendrán la suerte de probar una droga tan peligrosa que te hacia perder la razón y viajar aquellos cuentos de fantasía que solo podías visitar entre los párrafos de un libro. Sus mejillas se pintaron de un resplandeciente rubí, mientras que la lluvia los seguía bañando con aguas descaradas que los acariciaban entre el beso de un paraíso recién nacido, con flores tan bellas como la inocencia de sus acciones y un aura rojal e índigo que daban la belleza de un malva como la Amatista. El primer beso que comenzo su amor.

Celos enfermisos_USA x Perú ♡Where stories live. Discover now