7||💜

1K 219 55
                                    

~BELL ROUX:

Grité muy alto buscando que me escuchara bien dejando pasar el pequeño detalle de que me iba arrepentir muchísimo al día siguiente.

—¡No creo que yo te guste a ti, pero ahora mismo no me importa! ¡Es solo atracción! ¿Verdad, Lu?

—¡Siiiiii! —Chilló Luce. En mi oído esta vez.

—Adiós —Me despedí arrastrando la «S» antes de tirar el móvil dentro de la bolsa y seguir en lo mío: beber y hacer el ridículo con Luce.

En ese instante no le daba mucha importancia a nada, pero no estaría toda mi vida con medio litro de alcohol en la sangre. Sin embargo, media hora después, cualquier rastro de lucidez había desaparecido de nosotras. Había pasado la etapa de "Esa mala idea suena bien" y llegamos a la de "Necesito mi cama con urgencia". No podíamos ni con el peso de nuestras intangibles almas.

Luce, utilizando sus últimas neuronas activas, llamó al chófer de su padre para que nos llevara de vuelta a casa. Pues, obviamente, ella no podría conducir. Salimos al exterior del establecimiento sosteniéndonos una de la otra. Falto poco para que rodáramos escalera abajo como bolas de boliche debido a que Luce ya no recordaba como caminar con coordinación y tropezaba con sus propios pies. No obstante, de alguna forma milagrosa, no pasó. A pesar de que estábamos en verano la noche albergaba cierta frialdad. Sentí que el alcohol en mi organismo era humo y la brisa nocturna comenzaba disiparlo con lentitud. No dejé de percibirme ebria, aunque me noté algo más consiente. Luce por otro lado yacía sentada en el suelo sin remedio.

Recosté la espalda en la gélida pared con relieves metálicos de la fachada del bar, a la espera del auto que nos llevaría de vuelta a casa. Intenté vislumbrar la hora en mi móvil, pero la intensa luz de la pantalla me provocó un mareo tan intenso que tuve que devolver el aparato a la bolsa sin saber que tan tarde era.

Un montón de coches de varios modelos y colores estaban aparcados a ambos lados de la calle delante del bar, y algunos mas fueron llegando con el tiempo descolocándome con la intensa luz de sus focos. Por ello, no fue hasta que un coche negro sonó el claxon varias veces, que me planteé la posibilidad de que fuese el que venia por nosotras. Animé a Lu a ponerse de pie susurrándole que en unos minutos estaría en su cama, a pesar de que no estaba segura que Luce procesara mas información que un vegetal ahora mismo. 

Una vez estuvimos junto al auto alguien abrió la puerta para nosotros. Alcé la vista para enfocar a esta persona y di varios pestañazos con la sensación de que estaba teniendo visiones o delirando bajo los efectos del alcohol. Mi rostro debió reflejar mis pensamientos confusos.

—Sí, soy real.

Sí, definitivamente era Deccan.

Hasta borracha podía notar sus gestos burlones.

—Durante la llamada me pareció que necesitarían a alguien que las llevara a casa —espetó señalando la puerta abierta del coche.

—Perfecto —soltó Lu exagerando su alivio, perdiendo la voz al final de la palabra.

—No... —Quería decir que no era necesario, que en breve llegaría el chófer, pero Luce levantó la cabeza para mirarme y su rostro no se veía bien.

—Bell, necesito mi cama —estaba pálida, mareada, como si en cualquier instante fuese a desmayarse. Daba miedo. Hizo una arcada —, y un baño. Urgente.

Se inclinó un poco con una mano sobre su frente e hizo otra arcada antes de intentar encogerse en el suelo nuevamente. Luce había bebido más que yo, mucho más. Cuando sentí que ya no me importaba nada y que la vida era demasiado maravillosa, me detuve. Pero ella continuó.

Un chico amante a las flores [✓]©Where stories live. Discover now