—¿Viajar con su embarazo? Espero que sea una broma de muy mal gusto, Charlie.

—Descuida Olivia, es una tradición que tenemos. Con cada embarazo hemos viajado a casa de mis padres para que puedan acompañar a Madison durante algunos días y regresamos mucho antes de que deba dar a luz.

—Es un viaje corto —aseguró James para calmarla—. Y Madison está acostumbrada, así que no debería preocuparnos.

No volvió a protestar, pero eso no disminuyó sus preocupaciones. Prefería que Madison se quedara en la granja durante el embarazo e hiciera el menor esfuerzo posible.

Comenzaron a comer cuando Riley se sentó con ellos y poco después Madison se les unió. La mesa era pequeña, pero podían apretarse y comer juntos como una familia. A Olivia comenzaba a gustarle su tiempo con los Taylor, sentía que de ellos aprendía muchas cosas sobre el trabajo duro y ganarse lo que luego servían en su mesa. Le daba a cada comida un sabor más gratificante.

—¿Usted tiene hijos, señor Morgan?

—Tuve un varón —. Olivia lo miró, sorprendida por esa información—. Pero me temo que tanto él como la madre murieron por fiebre escarlata.

—¿Era su esposa? —preguntó Madison con angustia.

—No, no eramos pareja, pero cuando me enteré que estaba embarazada accedí a cuidar de ella y del niño. Les enviaba dinero todos los meses y los visitaba cuando podía.

—Es muy amable de su parte haberlos ayudado y lamento que tuviera que perderlos, señor Morgan.

Jonathan agradeció y no continuó el tema.

A Olivia le sorprendió aquella información pues él nunca había mencionado algo de eso en su diario. Ninguna de todas las páginas que se había leído describía algo respecto a un hijo, sí mencionaba a una prostituta con la que se había acostado un par de veces, pero nunca nada más detallado. 

La comida continuó por otros minutos hasta que un caballo acercándose por el camino los interrumpió. James abandonó su asiento y se fue hacia la puerta que permanecía abierta, llevando su rifle y Jonathan lo siguió poco antes de que Charlie decidiera hacer lo mismo.

El hombre que llegaba en un caballo tenía la ropa de alguien que trabajaba en la ciudad y no aparentaba poseer muchas riquezas. Se bajó del animal con las manos en alto e hizo el ademan de meter una dentro de su chaqueta, por lo que Jonathan desenfundo su revolver y le apuntó.

—¿Se le ofrece algo, señor?

—Tengo una carta para un tal Jonathan Morgan.

—Ese sería yo, señor.

Se acercó y buscó en el interior de la chaqueta del hombre. Sacó un sobre y se la guardó. Era de su amigo Derby Apted, pero lo firmaba como Marcel Cornwell.

—Gracias, puede irse.

El hombre regresó al caballo y se marchó rápido sin mirar atrás.

Jonathan guardó el revolver, le agradeció a James por la comida y se fue hacia el establo para leer la carta. No pasó mucho hasta que James lo siguió.

—¿Debería preocuparme por visitas indeseadas en mi casa, señor Morgan?

—No señor Taylor, me iré en la mañana y no seré un problema, se lo aseguro.

—Eso espero, porque no me gustaría perder la buena imagen que me he hecho de usted, señor Morgan —. Sacó un reloj de oro del interior de su pantalón y se lo entregó—. Usted ha recuperado esto, así que ahora puede venderlo a cambio de dinero.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORDär berättelser lever. Upptäck nu