𝐄𝐥 𝐇𝐮𝐞𝐜𝐨

1.9K 138 12
                                    

{Chales no quiero escribir esto}

𝐀𝐦𝐞𝐥𝐢𝐚


El peor día de mi vida. Eso era hoy.

Por alguna extraña razón, desperté llorando. Había tenido un sueño. Un sueño que me recordó las atrocidades que viví de pequeña. Un sueño que me hizo sentir lo que no había sentido en muchos años. Mi antigua realidad.

Nadie lo noto. Por mi mente pasaban miles de recuerdos, pero nadie noto que no sonreí ese día. Tampoco notaron mis ojos llenos de lágrimas. Nadie se dio cuenta que mis ojos reflejaban los peores días de mi vida. Ni si quiera Abe.

El llanto de mi hermano lo escuchaban asta mi escondite.

—¿¡Dónde está?! —le gritaba—. ¡Dime dónde esa pequeña estúpida de mierda! —estaba ebrio, lo sabía.

—¡No te lo diré! —grito Abe, y no paso ni medio segundo para que yo volviera a escuchar los golpes.

De la nada, paro. Abe aún lloraba en algún lugar de la sala. Pero ya no escuchaba los golpes. En su lugar, oía pasos.

Iba por mi.

—¡Amelia! ¡Amelia, sal ahora mismo! ¡O yo mismo te mataré! —gritaba como loco. No estaba en si mismo. Cuando nos golpeaba no sonaba tan cruel...tan monstruoso

—¡Lya no lo hagas! —grito mi hermano, como pudo

Los pasos se acercaban a mi. Me encontraría, yo lo sabía. Pero cada segundo contaba, para que mi madre llegará más rápido, y le dijera a mi padre que si seguía maltratando nos así, alguien se daría cuenta. Entonces el pararía.

Agarre mis rodillas con fuerza, sollozos salían de mi, pero los intentaba parar. De la nada, el se acerco al armario donde estaba. Un quejido de miedo se escapó de mi. Escuché si risa

Me había escuchado...

—Lya, Lya —regrese a mi cuando Millard me llamo. Sacudí la cabeza y lo mire, con la más falsa de mis sonrisas—. ¿Me pasas la salsa?

Asentí, y se la pase sin decir nada.

—Amelia, ¿Que te pasa, cariño? ¿Te sientes mal? —pregunto la señorita Peregrine preocupada

—No, tranquila —se están dando cuenta por qué no he comido. Me acerque a mi plato, y empecé a comer. Es difícil, el nudo en mi garganta apenas me deja pasar el agua.

—¡Levantanse ya! —grito mi madre entrando a nuestro cuarto.

Papá había salido de viaje. 4 semanas sin el. Eran como el paraíso para nosotros

Medio dormidos nos levantamos.

—Hoy, va a venir un amigo mío —"amigo" una palabra que mi madre usaba para referirse a sus amantes—. Y ustedes serán los sirvientes.

En ese momento, la idea no me molestaba. Pero valla que llegue a odiarla horas después.

Su amigo llegó horas después. A las 7 en punto. Mamá vistió a Abe como mayordomo, y a mi como sirvienta. No entendía por qué. Mi ropa era un vestido, según Abe me veía adorable con eso.

Desearía a ver quemado ese vestido.

Primero paso Abe, les sirvió la comida con mucho esfuerzo, y después pase yo. Con una botella de vino. Justo después de que lo serví, mamá se levantó para ir al baño. Me dirigió una mirada "no lo arruines" y después desapareció de nuestra vista.

𝐃𝐢𝐟𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭 «𝓔𝓷𝓸𝓬𝓱 𝓞'𝓒𝓸𝓷𝓷𝓸𝓻»حيث تعيش القصص. اكتشف الآن