𝐃𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐃𝐢𝐜𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞

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–Ja. Ja. Que risa –contesta con sarcasmo. Yo asiento mientras río con fervor–. ¡Deja de reírte, y cuida mis galletas!

–¡Nuestras! –reclamo revisando nuevamente las benditas galletas–. No están ¿lo vez? –me cruzó de brazos recargandome en el mueble que está aun lado de la estufa–. Y deja de gritar, ¿O quieres que los niños te oigan?

–¿Como quisieras llamarte? –cambia de tema, dejando la masa para galletas ya lista sobre la mesa

–¿Que?

–Si. Si no te llamaras Amelia ¿Que nombre quisieras?

–Uhmmm –me quedó pensando un momento–. Ay muchos, supongo

–Dime cuáles –exigue mirándome con curiosidad

–Mmm. ¿Atenea? ¿Cleopatra?¿Artemisa? ¿Nefertiti? ¿Afrodita? ¿Hera? Todos los nombres que alguna vez hallan usado las mujeres más famosas y poderosas del mundo.

–Wow –murmura sorprendido

–Sip –asiento–. Supongo que les pondré esos nombres a mis hijas. Si es que llegó a tener

–¿Y si son niños?

–Ares. Apolo. Artemis. Poseidón. Zeus. Hades. Tengo una obsesión por los dioses griegos –reimos–. ¿Tu tendrías hijos?

–Si, eso creo –se encoje de hombros–. Si encuentro a la correcta

–Eso es lindo. Incluso para ti

–¿Cómo era tu familia? –pregunta de repente. Abro los ojos

Directo. Me gusta...

Jamás habíamos hablado de algo tan... Personal

–¿Por qué la pregunta? –sonrio nerviosa y miró a todos lados.

¿Que te da miedo? ¿Decirle la verdad?

–No se –se enoje de hombros otra vez–. Si tú me cuentas, yo te cuento ¿trato?

–Okey –suspiro–. Mi madre era.... Una mujer de gustos caros –ladeo la cabeza, extrañada, pues no se bien como hablar de ellos–. Y, bueno, ella necesitaba un cierto estándar de.... ¿Vida? No lo sé. Pero no le agradaban las cosas baratas. Y, siempre obligaba a papá a trabajar. Lo que ponía de malas a mi padre. Así que, mientras mamá se iba de compras, y nos dejaba con papá. El estaba tan irritado, y molesto que..... A veces nos golpeaba a Abe y a mi. O más bien a Abe, yo solo miraba, o gritaba y lloraba, suplicando por qué se detuviera... –Enoch me miraba con lástima. Una de las razones por las que no hablamos de eso–. El día que descubrió mi peculiaridad, el..... El iba a golpearme a mi. Y yo.... Yo solo me quedé ahí, parada –mis mejillas estaban rojas, y asta ahora me percató de mis propias lágrimas. Que estan calientes, y ruedan por mis mejillas–. Esperando el golpe. Entonces Abe se metió. A pesar de ser gemelos. El tomo el papel de padre, y me protegió. Ese día, lo estaba golpeando peor que nunca. Así que, no se bien que fue lo que hice, o al menos no lo sabía asta que Olive y Víctor me ayudaron. Pero, yo lo saqué volando de la casa. Abe jura que mis ojos se volvieron negras, y mi boca igual. Cómo sea, fue algo, repentino. Casi lo mato. Ese mismo día mi padre nos subió al primer avión que encontró, y nos envió aquí. Abe estaba como "todo saldrá bien" y eso ka verdad casi me volvió loca –intento bromear, pero el permanece serio, mirándome atentamente–. ¿Que? ¿Tengo algo en la cara?

Yo más bien hubiera dicho: "¿Que me vez hijo de tu puta madre?" Pero está bien. Luego trabajamos en tu dialecto

–No, no. –niega sin dejar de mirarme–. Es solo que...

Sonrió con sarcasmo. Y niego algunas veces. Sabía que esto pasaría–. ¿Que, Enoch? ¿Es solo que, que?

–No pareces el tipo de chica que tiene una historia así –suelta suspirando. Parpadeo algunas veces, sorprendida–. Pensé que... No se... Que tu vida era perfecta

–¿Por qué crees eso? ¿Solo por qué no esté en el piso llorando por todas las cosas malas? Por qué si se trata de eso –amenazo mirándolo seria–. Déjame decirte, que soy fuerte. Soy una mujer que se levanta. Soy la clase de mujer que cada que está vida de mierda la tira se vuelve a levantar. Y empiezo otra vez. Con una sonrisa. La vida me ha hecho cosas inimaginables. Cosas que yo no merecía. Pero me pasaron. He escuchado cosas que me destruyeron por dentro. Me han traicionado las personas más importantes para. E sido la persona más leal del mundo para gente de mierda. He llorado sin cesar por años. Pero eso no significa que me voy a rendir. E tenido una sonrisa en la cara mientras ayudo a los demás. La gente, está tan ocupada pensando en ella, que jamás se dio cuenta de que yo estaba mal. Me trataron como la mierda. Pero yo me levanté. Y me levantare. Pero que eso soy. –me acerco a el, sería–. Cómo dice el dicho: "Soy una mujer, oiganme rugir"

–Jamas lo dude –susurra con una sonrisa de lado. Me acerco más a el.

Pero antes de que algo más pasara, el horno sonó. Anunciando que las galletas estaban listas

A partir de ahora odio a los hornos

–Tu turno –lo apunto sacando la galletas. El pone la masa en una charola y la mete al horno

–Pues....

𝐃𝐢𝐟𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭 «𝓔𝓷𝓸𝓬𝓱 𝓞'𝓒𝓸𝓷𝓷𝓸𝓻»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora