Capiítulo 44

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Zayn miró al irlandés en un claro estado de shock y después miró al rizado, dejando salir la única palabra que golpeaba su cabeza con fuerza.

–Liam–frunció el ceño y comenzó a caminar, tambaleándose por la impresión, hacia la puerta que llevaba al jardín trasero.

–Sigues débil–dijo Harry deteniéndolo por los hombros–Zayn, mírame–lo agitó hasta hacerlo reaccionar–necesito que vayas con Louis.

–Pero...–se inclinó a un lado para mirar por la ventana bloqueada por el ojiverde.

–Zayn–volvió a sacudirlo hasta que lo miró e inmediatamente se puso de rodillas provocando un desconcierto por parte del moreno–te suplico que cuides a Louis, no dejes que le pase nada–miró al ojiazul con los ojos coloreados de rosa–te ruego que lo mantengas con vida.

–Pero...–Zayn miró por la ventana hacia el jardín.

–A cambio te juro que Liam va a estar bien–se levantó del piso y le dio un empujón moderado hacia Niall–llévatelo–dijo recuperando la autoridad en su voz.

Niall tomó al moreno por ambos brazos y comenzó a jalarlo hacia atrás, sin embargo Zayn no ponía resistencia, simplemente caminaba hacia atrás mirando al rizado y a la ventana alternadamente.

–Vamos–dijo Niall dirigiéndose a Louis.

El ojiazul asintió una sola vez y después miró al menor con una leve expresión de preocupación.

–Ten cuidado–fue lo único que dijo y comenzó a seguir a Niall por el pasillo en el que se encontraba la oficina.

Harry simplemente le dedicó dos segundos a observarlo alejándose y dio media vuelta para comenzar a correr hacia el jardín, yendo a la máxima velocidad que le permitían sus piernas en dirección directa a los senderos. Unos minutos después pudo ver al castaño sentado en el pasto mientras leía su libro con comodidad. No se detuvo ni un segundo, continuó moviéndose en silencio, pensando en que no quería gritar y revelar su ubicación; siguió corriendo hasta llegar con Liam provocándole un pequeño salto por la sorpresa.

–¿Qué haces aquí?–preguntó confundido–¿no tienes una reunión?

–Tenemos que irnos–respondió mientras lo jalaba por el brazo para obligarlo a levantarse.

–Estaba por volver a la casa–dijo mientras se levantaba–ya está anocheciendo–señaló el cielo con obviedad–no tenías que venir a buscarme.

–Date prisa–lo jaló un poco más fuerte.

–Harry, tranquilízate–rodó los ojos y se puso de pie–¿qué pasa contigo?

–Los guardias en la parte delantera de la casa están muertos–lo miró con seriedad–algo me dice que no van a conformarse simplemente con matar a la seguridad exterior de la casa.

–Mierda–sacudió la cabeza intentando ordenar sus ideas–de acuerdo, ¿cuál es el plan?

–Por ahora, entrar a la casa–lo tomó del antebrazo y comenzó a correr nuevamente a toda velocidad.

–¿Cuál es el plan después de eso?–dijo levantando la voz.

–Ir a un lugar seguro, donde no puedan rodearnos–lo miró de reojo por un segundo–más importante aún, donde podamos defendernos.

Harry soltó al castaño para poder correr con mayor comodidad y velocidad, sin embargo, a pesar de tener un entrenamiento policial y tener gran resistencia en las piernas, el castaño se quedó unos cuantos pasos atrás y el ojiverde se preguntaba por qué esa situación le parecía familiar, pero completamente diferente, fue ahí cuando recordó la primera vez que atravesó esos mismos jardines corriendo fue con Zayn, la única persona que corre exactamente a la misma velocidad que él, le dio un golpe de nostalgia al pensar en todo lo que estaba atravesando con la persona a la que consideraba su hermano. Suspiró con fuerza y volvió a mirar delante de él hasta que algo lo hizo detenerse en seco, tomar a Liam nuevamente por el brazo y agacharse.

Síndrome de Crapgras ||  Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora