capítulo cuatro

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Alysia

Después de unos segundos separamos nuestras bocas y unimos nuestras miradas. Mi mirada mostraba el deseo de no dejar escapar este momento y la suya sólo expresaba la confusión que sentía dentro de él.

Quizá no debería haberle dado ese beso y así hubiera evitado todo lo que vendría después, una tormenta llena de caos y sentimientos, pero no podía vivir ignorando a Alexander cuando en el fondo de mi cabeza sólo deseaba estar cerca de él, mientras que físicamente cada día lo alejaba más de mi lado.

— Alysia, te quiero pero no puedo seguir a tu lado si no me das explicaciones — dicho esto, se marchó dejándome allí.

Desde luego no es la reacción que esperaba pero sí la que me merecía. Tendría que haber sido más valiente y contarle de una vez porque hice lo que hice, disculparme con él y ser sincera con todos mis sentimientos hacia él pero soy incapaz de hacerlo. No entiendo porque me cuesta tanto arreglar las cosas con él de una vez cuando es lo que más deseo, sin embargo el miedo que hay dentro de mí me echa siempre para atrás y nunca logro reaccionar como hubiera hecho en todos los escenarios previos que monté en mi cabeza. Siempre hago algo mal y la cago.

Regresé al resto de mis clases hasta que por fin sonó el timbre de salida. Necesitaba pensar en buscar la forma de arreglar todo lo que había roto últimamente así que le envié un mensaje a Daphne de que hoy me iría andando sola a casa. Emprendí mi camino hacia casa, desde luego mi cabeza no se iba a quedar sin entretenimiento antes de llegar ya que tenía muchas cosas por las que pensar.

Mientras descartaba mi escenario número 10989876 de como arreglar las cosas de una vez con Alexander me empecé a sentir observada. Giré mi cabeza hacia atrás para ver si alguien me seguía, seguidamente lo hice para mi derecha y luego para mi izquierda para encontrarme con absolutamente nadie aunque la sensación seguía muy presente. Llegué hasta casa sin perder aquel sentimiento de estar siendo observada así que decidí apresurarme para entrar dentro y poder perder ese sentimiento de mi cuerpo, no necesitaba más sentimientos ahora mismo la verdad. Pero como siempre la curiosidad mató al gato, antes de cerrar la puerta y tirarme al sofá respectivamente decidí echar una ojeada a la calle a ver si encontraba el porqué de aquella sensación tan profunda que sentía a pesar de no haber visto nadie antes. Para mi sorpresa esta vez sí había alguien. Un chico de pelo negro y ojos verdes que no paraba de mirarme fijamente desde el otro lado de la calle.

Cerré la puerta de golpe y me apresuré a echar la llave. No había visto nunca antes a ese chico aunque sentí algo extraño al conectar mi mirada con la suya, algo imposible de describir con palabras porque ni yo misma sabía que significaba aquellos sentimientos. Aunque esos sentimientos no cambian el hecho de que ese chico lleva persiguiéndome varias calles y me está observando cual acosador desde la calle de en frente.

Me asomé por una de las ventanas para comprobar si seguía allí y al ver que ya no se encontraba en la tétrica posición de hace unos minutos y había desaparecido del lugar decidí suspirar aliviada. Alivio que resultó ser bastante efímero debido a que empecé a escuchar ruidos en la cocina.

Mierda, la puerta de atrás estaba abierta. Premio a la más tonta de la ciudad, por favor.

Me acerqué sigilosamente hasta la puerta de la cocina pero no sin antes coger un palo de golf para usarlo de arma en caso de que alguien se encontrará dentro. Entré a la cocina pero no se veía a nadie en ella, no parecería que haya entrado alguien de no ser que la persona que entró se dejó la puerta abierta. Después de una gran comprobación de todos los armarios de la cocina en busca de un sospechoso y de sólo encontrar a mi gato encerrado en la nevera, volví al salón decidida a sentarme en el sofá de una vez a esperar a que vuelvan mis padres de trabajar. Hubiera sido un plan realmente increíble si alguien no me hubiera agarrado por detrás inmovilizándome completamente y tapándome la boca.

AlysiaWhere stories live. Discover now