LA CHICA DESASTRE ©°

PARTE II

 
QUE COMIENCE EL JUEGO
|Sara Stone|

 
Mi jefe, Esteban y yo, salimos de Córdoba  por la mañana a la conferencia de Valencia. El día era soleado y la carretera estaba despejada.

El nuevo mencionado, se podría decir que es un amigo muy cercano al señor Pereira y me di cuenta de ello por su forma tan familiar de hablarse. Él es director ejecutivo en finanzas y supervisor en el área de ventas. ¡Todo un veterano en el tema! Además de que es sumamente apuesto. Lo único malo de él, era que babeaba por todas las mujeres hermosas que pasaban a su frente.

Durante el trayecto, él y Esteban iban sentados en el asiento trasero del auto charlando de negocios mientras bebían margaritas y disfrutaban del aire acondicionado. En cambio yo, iba en la parte delantera junto al chófer y para joder, en ese lugar el aire acondicionado no salía por dónde debía hacerlo. Intenté bajar la ventanilla, pero el jefe me reprendió.

«¿Qué no te das cuenta que está el aire acondicionado?» Fue lo que dijo.

«¡No, no me doy cuenta porque yo no lo siento!” Quise responder, pero que  por obvias razones no hice.

Nos tomó un par de horas llegar a nuestro destino y entonces me pregunté: ¿Por qué un hombre tan adinerado no pidió un jet privado para tomarnos tan solo quince minutos?

Los misterios de la vida.

Entramos a un salón de eventos súper lujoso llamado de The Roll y no pude evitar babear ante la maravillosa vista que tenía frente a mis ojos. El diseño era bastante similar al arte gótico. Bien estructurado, hermoso, gigantesco y mega espectacular con paredes hechas de mármol y granito.

— Señorita Stone.

— ¿Si, señor?

— Límpiese la baba.

En el mismo acto lo hice y me sentí muy, pero muy avergonzada.

Caminé tras él mirando a nuestro alrededor e intenté detectar a cualquier piruja que pudiese llegar al ataque, pero lo único que había eran hombres.

Después de informarle a mi jefa sobre la situación actual, nos dirigimos a un salón de fiestas. Y vaya que era lujoso, estaba a otro nivel. Jamás en mi vida había estado en un lugar así.

El banquete fue crema de champiñones acompañada con arrachera al carbón y una exquisita pasta. Después hice los apuntes necesarios sobre la plática que se llevó a cabo al terminar la comida y el jefe se veía más que satisfecho con mi trabajo. Enseguida comenzó la pequeña fiesta para celebrar que el trato se había cerrado correctamente.

Ya iban dando las once de la noche cuando la gente comenzó a irse, así que busqué con la mirada a mi jefe para poder irnos de inmediato, pero me quedé petrificada en cuanto lo vi hablando con una guapísima pelirroja envuelta en un vestido negro. Rápidamente saqué el móvil y mensajeé a la señorita Amelia, explicándole la situación a detalle. Tipo de mujer, tipo de mirada, de sonrisa y su forma de tocarlo.

Ella no dejaba de acariciarle el hombro descaradamente.

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Más te vale impedir que esa zorra se

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