—Número cuatro, por tu paciencia. Realmente debo decir que tienes mucha— rió —Por lo menos conmigo.

Lee Félix dió pequeños saltitos hasta llegar frente al rubio, extendiendo su flor.

—Toma.

La voz grave de Lee era algo a lo que Beomgyu aún no se acostumbraba, así que fué muy entendible el escalofrío que recorrió su espina dorsal al escucharlo.

—Número cinco, tu olor corporal— Yeonjun suspiró —En verdad me gusta embriagarme con tu aroma todos los días. Notas acuáticas y florales.

Wonyoung (con la elegancia que la caracterizaba) le entregó el narciso y le dió una leve venia, siendo enseguida correspondida torpemente por el rubio.

El día parecía ir cayendo lentamente, pero éso no impidió que el peliazul enumerará dichas razones del porqué está enamorado de Choi Beomgyu.

Desde algo tan insignificante como la curvatura de su cabellera, hasta su forma de caminar, podrían ser una de las tantas cosas que volvían loco a Choi Yeonjun.

Sus ojos, su nariz de botón, el tamaño de su boca perfecta, su alta y linda altura, su cuerpo delicado y delgado, el color lechoso de su piel que se asemejaba a la porcelana, sus pequeñas orejas, el tono de su voz, su acento cantarín y marcado; la forma en cómo jugaba baloncesto, su instinto protector para con sus amigos, su sed de competencia y justicia a la vez, su increíble sentido de la moda, su casi nada "masculinidad frágil", sus pucheros y berrinches, el aegyo que portaba sin siquiera saberlo, entre muchas más que Yeonjun se encargó de aclarar cada una de ellas.

—Y aún me falta una— murmuró —La más importante.

A éstas alturas, Beomgyu no sabía ni como sostenerse por el hecho de cargar aproximadamente cincuenta y cuatro narcisos entre sus brazos. Ryujin pareció notar su apuro y rápidamente le acercó un "ramo improvisado" hecho con papel, dónde pudo colocar cada flor amarilla, agradeciéndolo eternamente.

Ya ni siquiera sentía sus manos. Las flores cuando quieren, sí qué son pesadas.

—¿Cuál es?— preguntó curioso, aún sin tener muy en claro lo que Yeonjun quería decirle con todos ésos "cumplidos".

Tal vez demasiado despistado, pero era entendible su desconcierto e ignorancia puesto que el mayor se pasó rechazándolo durante los últimos meses.

—¿Tú querías saber lo que hiciste ésa noche que te embriagaste?.

—¿Sí?— murmuró confundido.

Yeonjun vió como HueningKai se separaba de Soobin y se acercaba cada vez más hacia ellos, con el último narciso.

—Ése día es el mejor de mi vida— confesó, ante los ojos atónitos del menor —Porque me enteré de la noticia que me hizo más feliz en toda mi jodida vida.

—¿De qué te....

—Te me declaraste Beomgyu— respondió directamente.

El aludido enmudeció y palideció, con su rostro comenzando a ponerse como un tomate (que los odiaba con su alma).

—Estabas ebrio— continúo, al ver que el rubio se había quedado prácticamente sin palabras —Y lo confesaste. A decir verdad, en ése momento me sentí muy aturdido y feliz, inmensamente feliz— sonrió sin ánimo —Pero, también me dijiste que no debía de enterarme porque te lastimaría.

Beomgyu bajó su mirada tímidamente, sin saber que decir al respecto.

—Y lo que quiero saber es....— Yeonjun cortó la poca distancia que existía entre ambos y alzó la cabeza del rubio, obligándolo a mantener contacto visual —¿Por qué dijiste que te lastimaría?— preguntó dolido —Eres la persona que más amo en la vida. Me partió el corazón saber que no confías en mí y....

Yeongyu's Shipper [Yeongyu] CompletaWhere stories live. Discover now