Yeongyu's Shipper [Yeongyu] Completa

Final

—¡Aaww!— exclamaron al unísono los demás, no pudiendo evitar emocionarse por las últimas palabras del peliazul.

—Ok, todos ustedes sí que dan miedo— habló un poco exasperado.

—¡A ver! ¡A ver! ¡Mucha charla y poca acción!— Kai gritó ya impaciente —¡Prepárense! ¡Entrará la última operación!.

De inmediato, todos comenzaron a sacar cuaderno y pluma, listos para escuchar al castaño, dejando a Yeonjun sumamente confundido e incrédulo.

—¿Qué están....

—Calla Yeonjun hyung— interrumpió el extranjero —No sabes nada.

Lejos de ofenderse, el peliazul simplemente abrió aún más su boca de manera sorprendida.

—Se llamará "YFFPS,Y".

—¿Qué significa?.

HueningKai suspiró y miró alegremente a Yeonjun, algo en su interior le decía que ésta vez no fallarían.

—Y fueron felices para siempre, Yeongyu.

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Beomgyu tomaba un poco de su leche de fresa mientras leía un libro, una buena forma de despejarse era siempre llendo a la biblioteca, lo relajaba en demasía.

Soobin se acercó a paso lento y tomó asiento justo frente al rubio, con una pequeña sonrisa adornando su rostro.

—Hola Beomgyu.

—Bin hyung— el menor casi se atraganta con su bebida por la sorpresiva de ver al pelimorado frente a él —¿Qué haces aquí?.

—¿Estoy leyendo?— preguntó obvio, alzando su libro —Y te vi muy solitario así que decidí hacerte compañía, claro, si no te molesta.

—No, no, para nada— el rubio negó con sus manos de manera frenética —Al contrario, gracias por sentarte conmigo.

Un breve silencio se formó, con ambos Choi comenzando a enfrascarse en sus respectivas lecturas, hasta qué un estrepitoso golpe de una puerta siendo azotada, los sobresaltó.

—¡Joven Huening!— la anciana bibliotecaria frunció el ceño y miró desaprobatoriamente al castaño.

—Lo siento, lo siento— el shipper se disculpó dando grandes reverencias y con sus mejillas más que rojas —No medí mi fuerza, perdón.

La anciana rodó sus ojos y resopló, asintiendo pesadamente y acomodando sus lentes, regresando a su lectura e ignorando al estudiante. No era la primera vez que HueningKai causaba un revuelo en el área de la biblioteca.

El extranjero era de todo menos silencioso.

—¡Beomgyu hyung!— gritó bajito, acercándose hacia la mesa donde reposaban los dos mayores —¡Al fin te encuentro! Necesitas ir urgentemente al lago, Yeonjun hyung te está esperando.

—¿Qué?— frunció el ceño confundido —¿Para qué?.

Pero el castaño no respondió y en su lugar, únicamente mordió su labio inferior con impaciencia.

—¡Ve!— alentó —Es muy importante que vayas por favor.

La suplica que se podía notar entre cada línea que el menor soltaba, pudo con la autodefensa del rubio, quién suspiró y asintió, cerrando su libro con algo de fuerza y corriendo su silla hacia atrás. Tomó su mochila y la colgó sobre su hombro, mirando alternadamente a los mejores amigos.

—Bien, iré allá. Ya vuelvo.

Con pasos seguros, Beomgyu cada vez se fué alejando de Choi y Huening hasta salir por completo de la biblioteca, no sabía que era exactamente lo que pasaba, pero daba igual. Después de todo, era Yeonjun de quién se trataba y él nunca podría decirle que no a su mejor amigo.